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El PP quiere usar el 25-M como aval de los ajustes y contra la huelga general
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RAJOY A ARENAS: “JAVIER, MI DESTINO ES TU DESTINO”

El PP quiere usar el 25-M como aval de los ajustes y contra la huelga general

La posible victoria de Javier Arenas en Andalucía va a suponer para el PP de Mariano Rajoy mucho más que el control de la mayor comunidad

Foto: El PP quiere usar el 25-M como aval de los ajustes y contra la huelga general
El PP quiere usar el 25-M como aval de los ajustes y contra la huelga general

La posible victoria de Javier Arenas en Andalucía va a suponer para el PP de Mariano Rajoy mucho más que el control de la mayor comunidad autónoma del Estado. Si se cumple lo que señalan las encuestas, el Gobierno va a vender la victoria como un aval indiscutible para la política de reformas del actual Ejecutivo, y sobre todo, como una desautorización indirecta de la huelga general programada para cuatro días después. De hecho, en el entorno del Gobierno de Rajoy se da como seguro que con una victoria de Arenas en Andalucía se demostraría que los ajustes que se han visto obligados a hacer están siendo comprendidos por el electorado.

“Javier, mi destino es tu destino”. Fue la frase que Mariano Rajoy le dirigió a Arenas en el mitin celebrado en Málaga antes del inicio de la campaña andaluza. Y todo parece indicar que el mensaje de Rajoy tenía sentido. En círculos cercanos al Gobierno se asegura que Andalucía es hoy y en la actual coyuntura mucho más que el reto electoral en el último baluarte del PSOE. “Se trata de ver hasta qué punto las reformas están siendo bien comprendidas”, según fuentes del PP.

Lo que se juega Rajoy

El mejor territorio para comprobarlo es Andalucía. De un lado, la campaña electoral contra el PP se ha apoyado en el rechazo a los ajustes, sobre todo a la reforma laboral, y en el miedo a lo que pueda venir después del 25-M con los presupuestos generales. En esta batalla han estado juntos los sindicatos y el PSOE, además de IU, es decir, toda la izquierda política y social, unida por un mismo discurso; la oposición a la política del Gobierno de Rajoy y el interés por derrotarla en estas elecciones andaluzas.

Si a ello se une el hecho de que esta prueba se libre en Andalucía, la comunidad con el mayor índice de desempleo y más sensible a las políticas sociales, el resultado es un buen termómetro para que Rajoy sepa cómo respira el electorado. No es gratuito el hecho de que uno de los miembros del Gobierno que más se ha mojado en Andalucía haya sido precisamente Fátima Báñez, ministra de Trabajo, cuya constante presencia en esta campaña no se debe sólo a que sea andaluza, sino a su interés por romper el discurso del miedo y el rechazo a las medidas de ajuste en las que ella tiene un papel protagonista.

El papel de la ministra Báñez

De hecho, Fátima Báñez ha entrado de lleno en el debate electoral hasta el punto de disputarle al PSOE uno de sus últimos reductos: el rural. El pasado fin de semana, la ministra garantizaba públicamente, en la provincia de Cádiz, que el Gobierno destinaría 215 millones de euros para lo que popularmente se conoce como el PER, rompiendo así el discurso de los sindicatos y del propio Griñan, que ya días antes sembraban en el electorado el temor a que Andalucía se quedara sin los fondos de ese subsidio por no haberlos asignado el Gobierno de Rajoy al no haberse elaborado los presupuestos generales.

En relación con la huelga general, en el PP están convencidos de que si se produce el triunfo que a Arenas le dan las encuestas en una comunidad tan emblemática para la izquierda como Andalucía, la onda expansiva del 25M llegará a la convocatoria del 29M, y el impacto negativo que la huelga general tendría en la imagen del Gobierno se vería amortiguado por la victoria previa del PP en las urnas.

La posible victoria de Javier Arenas en Andalucía va a suponer para el PP de Mariano Rajoy mucho más que el control de la mayor comunidad autónoma del Estado. Si se cumple lo que señalan las encuestas, el Gobierno va a vender la victoria como un aval indiscutible para la política de reformas del actual Ejecutivo, y sobre todo, como una desautorización indirecta de la huelga general programada para cuatro días después. De hecho, en el entorno del Gobierno de Rajoy se da como seguro que con una victoria de Arenas en Andalucía se demostraría que los ajustes que se han visto obligados a hacer están siendo comprendidos por el electorado.