El sector turístico se une en bloque contra la ecotasa que impondrá la Generalitat

Como primer gran guiño a la industria hotelera, el auténtico lobby de las Islas, Jaume Matas finiquitó la ecotasa nada más entrar al poder en 2003. El Govern balear del hexapartito, también llamado Pacte de Govern II parte (2007-2011), ni se le ocurrió volverla a plantear, pero en Cataluña han decidido que la ecotasa merece otra oportunidad.

La versión catalana del impuesto turístico gravará en las pernoctaciones hoteleras, campings, y casas rurales. También cruceros. Las previsiones de la Generalitat apuntan a unos ingresos de al menos 45 millones de euros. El dinero estaría destinado a sufragar los gastos de promoción que ahora asumen las administraciones en solitario. En el caso de Baleares la ecotasa sólo se gravaba a los clientes de los hoteles y los ingresos se destinaban -en teoría en exclusiva- a mejorar el Medio Ambiente de las Islas. La realidad fue muy distinta. Entre el 1 de mayo de 2002 y octubre de 2003 el Ejecutivo del Pacte consiguió cobrar 60 millones de euros, pero los ingresos sirvieron para derribar edificios o comprar inmuebles en el centro histórico de Palma.

Estupor en el sector turístico

La decisión de la Generalitat ha causado estupor en el sector turístico nacional. Exceltur y la Confederación Española de Hoteles (CEHAT) rechazan de modo tajante la imposición de una tasa turística que grave los alojamientos reglados y solicitan que no se lleve a efecto. Ambas asociaciones en sendos comunicados califican de “injusto” y “discriminatorio” esa tasa y recuerdan lo “desdichado” que fue en su día la aplicación de la denominada “ecotasa” en Baleares, y por tanto se debería haber aprendido de ello. Uno de los principales problemas que afronta la aplicación de esta tasa radica en que la oferta ilegal, que supone el 25% del total, se salva de la aplicación de este impuesto turístico. Además, la CEHAT avisa de la discriminación que supone ese tipo de imposición sobre los alojamientos regulados que ya se encuentran gravados fiscalmente.

El conceller de Turismo de Baleares, Carlos Delgado, ya ha dejado muy claro que no rescatará la ecotasa. Al Gobierno andaluz de José Antonio Griñán tampoco le hace ninguna gracia el impuesto turístico. El consejero de Turismo, Comercio y Deporte de la Junta de Andalucía, Luciano Alonso, descartó que la comunidad autónoma llegara a aplicar esta medida. “No quiero castigar a los turistas a los que invitamos a venir y no podemos gravar más a los empresarios que tanto esfuerzo están haciendo en esta crisis”, destacó Alonso.

La ecotasa en Cataluña perjudicaría notablemente al sector de los cruceros, en plena expansión en los puertos del Mediterráneo y al segmento de sol y playa, “ya que es vacacional y son los hoteles los que suelen tener las estancias más largas, con lo que los clientes tendrán que pagar una importante cantidad de dinero mayor a la prevista inicialmente”, según el responsable de Turismo de la Junta de Andalucía.

El nuevo ministro de Industria, Comercio y Turismo, José Manuel Soria, aún no ha enseñado sus cartas sobre Turismo. No se prevé que Soria aplique una ecotasa a nivel nacional, puesto que los sucesivos gobiernos de Canarias no se lo llegaron a plantear.