El fichaje de un asesor empresarial de Mas pone en pie de guerra a la gran patronal catalana

La gran patronal catalana, Fomento del Trabajo (la CEOE catalana), ha declarado la guerra al presidente de la Generalitat, Artur Mas. El detonante ha sido otro de los nombramientos de personal de confianza realizado hace pocas semanas. El pasado 8 de junio, el presidente catalán decidía nombrar a Vicenç Mauri asesor en materia de política empresarial, con una categoría de funcionario de grupo A, nivel de destino 30, además de complemento salarial de 38.916,72 euros anuales y horario especial. Todo hubiera ido sobre ruedas si no fuera porque Mauri era, hasta ese momento, vicepresidente de la Petita i Mitjana Empresa de Catalunya (Pimec), la patronal que agrupa a las pymes catalanas. Y esta organización está enfrentada a sangre y fuego con Fomento del Trabajo.

El tema se le complicó al presidente catalán porque tan sólo unos días antes el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) había emitido una sentencia por la que reconocía a la Federación de Pequeñas y Medianas Empresas (Fepime) la organización empresarial más representativa entre pequeños empresarios. Fepime es una asociación empresarial con 120 entidades adheridas y varios centenares más representadas indirectamente que está afiliada a Fomento. Dirigida por el carismático Eusebi Cima, es la gran rival de Pimec en el sector empresarial.

En el 2008, Fepime había presentado un recurso ante el Departamento de Trabajo de la Generalitat para ser considerada agente social. La Generalitat respondió con el silencio administrativo, por lo que la organización presentó un recurso ante la justicia, que ahora le dio la razón. Ello quiere decir que Cima podrá estar presente en los órganos consultivos del Gobierno autonómico, junto a Fomento, Pimec, CCOO y UGT.

Pero Pimec presentó un nuevo recurso de casación ante el Tribunal Supremo el pasado 21 de junio. Y junto a ella, presentó otro recurso la Generalitat, con Mauri de asesor en temas de política empresarial. Ello fue suficiente para que en la gran patronal saltasen chispas. “¿Porqué el Gobierno presenta un recurso, precisamente cuando el vicepresidente de una de las partes implicadas acaba de ser nombrado alto cargo de confianza?”, dice a El Confidencial una fuente de Fomento del Trabajo.

Se da la circunstancia, son embargo, de que el recurso de la Generalitat ya estaba hecho cuando Mauri se incorporó como asesor presidencial. “El escrito que hemos hecho se debe a que la sentencia del TSJC no entra en el fondo de la cuestión, sino que se basa en un tema de formas. Y nosotros entendemos que son las partes quienes deben ponerse de acuerdo”, señalan fuentes gubernamentales a este diario. Y hay más: “Además de que el texto ya estaba hecho cuando Mauri se incorporó, él fue destinado a Presidencia, mientras que el recurso se lleva desde el Departamento de Empresa y Ocupación. Por tanto, no tiene nada que ver la postura del Gobierno y la incorporación de esta persona”.

El tema no es baladí. El reconocimiento de la representatividad significa que la organización entra en el reparto de ayudas públicas que concede el Gobierno. Y ahora serán más a repartir, por lo que la cuota recibida será menor.

Pero hay más: Fomento y Pimec pasan una etapa de desentendimiento tras dos ocasiones en que han estado a punto de fusionarse. Pero las maniobras para crear una sola patronal en Cataluña fracasaron estrepitosamente por cuestiones de cuotas de poder y de protagonismo personal entre los entonces dos presidentes, Joan Rosell (Fomento) y Josep González (Pimec). “Es cierto que en la Pimec hay más conexiones con CiU. Por eso, el Gobierno debería vigilar más sus acciones para que no se puedan malinterpretar”, dicen en Fomento.

Una excusa inaceptable

Desde Pimec se justifican diciendo que Artur Mas fichó directamente a Mauri sin saberlo Pimec. “Nuestro presidente, Josep González, se enteró del nombramiento cuando ya estaba atado y más que atado. No hubo intereses ajenos a la cuestión personal. Mauri era vicepresidente de la organización, aparte de presidente de una de las territoriales. Llevaba muchos años con nosotros y, por un lado, nos alegramos por él, pero por otro lamentamos perderlo, ya que conocía perfectamente la Pimec”.

Estas fuentes rechazan las veladas acusaciones de que pudiera haber una especie de complot entre la patronal de las pymes y el Ejecutivo, aunque es notoria la cercanía que ha habido durante las últimas décadas entre Pimec y Convergència i Unió (CiU). “Lo que hemos recurrido es que la sentencia reconoce la representatividad de Fepime por silencio administrativo. Para nosotros, esa excusa es inaceptable. De hecho, seguiremos teniendo la representatividad. Y si hay que compartirla, la compartiremos, pero no se puede concebir que esto sea así por silencio administrativo”, subrayan en Pimec. La decisión del TSJC, por tanto, no ha hecho más que ensanchar la brecha abierta entre ambas patronales.