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Antonio Camacho, un ministro interino sin perfil político
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VERIFICÓ LA TREGUA DE ETA

Antonio Camacho, un ministro interino sin perfil político

El nombramiento de Antonio Camacho como ministro del Interior demuestra la provisionalidad del Gobierno y la intención del presidente Rodríguez Zapatero y del candidato Alfredo Pérez

Foto: Antonio Camacho, un ministro interino sin perfil político
Antonio Camacho, un ministro interino sin perfil político

El nombramiento de Antonio Camacho como ministro del Interior demuestra la provisionalidad del Gobierno y la intención del presidente Rodríguez Zapatero y del candidato Alfredo Pérez Rubalcaba de proceder a un mero reajuste para tapar los agujeros ocasionados por el cese de éste último para volcarse en la preparación de la campaña electoral. Fiscal y juez en excedencia, Camacho llegó a Interior en abril de 2004 de la mano de José Antonio Alonso, nombrado titular de la cartera en el primer ejecutivo de Zapatero. Ambos se conocían por su condición de portavoces de Jueces para la Democracia y de la Unión Progresista de Fiscales, organizaciones que habían coordinado sus protestas contra el Gobierno de José María Aznar.

La marcha de Alonso a Defensa en 2006, en sustitución de José Bono, situó a Rubalcaba en Interior con la misión de gestionar el proceso de paz con ETA, frustrado a finales de ese mismo año con la explosión de un coche-bomba en el aparcamiento de la T4 del aeropuerto de Barajas. El nuevo ministro no conocía a Camacho, pero las excelentes referencias de su antecesor en el cargo le decidieron a mantenerlo en el cargo.

El nuevo ministro fue el encargado de llevar a cabo la verificación de la tregua declarada por la banda terrorista antes de iniciar los contactos. De él depende también el equipo que desde la Secretaría de Estado lleva años sondeando a los presos de la banda terrorista y su disposición a condenar la violencia antes trasladarlos a las denominadas “cárceles laboratorio”.

Un perfecto número 2

Hombre discreto y tranquilo, ha oficiado de perfecto número 2 de uno de los departamentos considerados de Estado, reservados para personas de la absoluta confianza del presidente. Si Alonso recomendó a Camacho a Rubalcaba, éste se ha decantado por él para sustituirlo en una etapa de absoluta interinidad y en la que, salvo sorpresas (ETA lleva dos años sin cometer un atentado), no se prevén grandes novedades de aquí a la celebración de los comicios.

Las fuentes del departamento consultadas manifestaron a este diario que su nombramiento abona la hipótesis de un adelanto electoral para el próximo otoño. Los citados interlocutores creen que si la legislatura fuese a prolongarse hasta la primavera de 2012, Zapatero habría elegido a un candidato de perfil político. Una condición que encajaba mejor con Rodolfo Ares, consejero de Interior del Gobierno vasco, que durante semanas “sonó” como posible sustituto de Rubalcaba.

Casado y con un hijo, es un bebedor “compulsivo” de Coca-Cola, aficionado a la música clásica (tiene una discoteca en su despacho) y un hombre preocupado por su aspecto físico (llegó a seguir una dieta de adelgazamiento en un centro especializado). Agradable y cercano en el trato personal, tiene la virtud de llevarse bien con todo el mundo.

Su nombre se vinculó con el chivatazo a ETA a raíz de que el juez Pablo Ruz acordara el pasado 1 de febrero la identificación de tres teléfonos asignados a la Subsecretaría del Ministerio del Interior que habían intercambiado llamadas el día previo a la filtración con un móvil que era utilizado por el entonces director general de la Policía e imputado en la causa, Víctor García Hidalgo. Tres días más tarde el magistrado declinó interrogarle por “la irrelevancia del tráfico de llamadas” que, a su juicio, se enmarcaban en la “la relación orgánica y funcional” que mantenía con su subordinado.

El nombramiento de Antonio Camacho como ministro del Interior demuestra la provisionalidad del Gobierno y la intención del presidente Rodríguez Zapatero y del candidato Alfredo Pérez Rubalcaba de proceder a un mero reajuste para tapar los agujeros ocasionados por el cese de éste último para volcarse en la preparación de la campaña electoral. Fiscal y juez en excedencia, Camacho llegó a Interior en abril de 2004 de la mano de José Antonio Alonso, nombrado titular de la cartera en el primer ejecutivo de Zapatero. Ambos se conocían por su condición de portavoces de Jueces para la Democracia y de la Unión Progresista de Fiscales, organizaciones que habían coordinado sus protestas contra el Gobierno de José María Aznar.

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