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El Frente Polisario asesinó y secuestró a decenas de españoles en el Sáhara
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FAMILIARES Y SUPERVIVIENTES RECLAMAN SER RECONOCIDOS COMO VÍCTIMAS DEL TERRORISMO

El Frente Polisario asesinó y secuestró a decenas de españoles en el Sáhara

La mayoría eran canarios: pescadores que faenaban frente a las costas del Sáhara y trabajadores de las minas de fosfatos de Fosbucraá; pero también hubo gallegos, vascos y andaluces. Decenas de

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El Frente Polisario asesinó y secuestró a decenas de españoles en el Sáhara

La mayoría eran canarios: pescadores que faenaban frente a las costas del Sáhara y trabajadores de las minas de fosfatos de Fosbucraá; pero también hubo gallegos, vascos y andaluces. Decenas de españoles -cerca de 300 según los cálculos de la Asociación Canaria de Víctimas del Terrorismo (Acavite)- fueron asesinados, heridos o secuestrados en los 70 y los 80 por miembros del Frente Polisario en la antigua colonia española. Ahora, tras décadas de olvido y marginación, sus familiares y los supervivientes se han organizado para reclamar al Gobierno una reparación económica y su reconocimiento como víctimas del terrorismo.

No fue el primer atentado, pero sí uno de los más macabros. El 3 de noviembre de 1980, hace poco más de 30 años, el pesquero grancanario Mencey de Abona desapareció a escasas millas de las costas del Sáhara. Un mes más tarde el cadáver de Domingo Quintana, uno de los 17 tripulantes del barco, apareció flotando en el mar, atado de pies y manos y con signos evidentes de haber sido brutalmente golpeado y estrangulado antes de ser arrojado por la borda. Los cuerpos de sus 16 compañeros jamás fueron recuperados.

Mejor suerte corrieron otros 36 pescadores españoles que, por esas mismas fechas, permanecían secuestrados a manos del Frente Polisario: en diciembre de 1980 el ya débil Gobierno de Adolfo Suárez y la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) negociaron en secreto su liberación. Pero los secuestros continuaron.

"Los asesinos eran polisarios"

Los ametrallamientos y abordajes por el Polisario de pesqueros españoles desde mediados de los 70 -tras la muerte del dictador Francisco Franco y la precipitada salida española del Sáhara- y hasta finales de los 80 fueron numerosos. Uno de los ataques más sangrientos se produjo el 29 de noviembre de 1978, dos años antes de la desaparición del Mencey de Abona, cuando activistas saharauis asaltaron el Cruz del Mar y asesinaron a siete de sus 10 tripulantes. Los otros tres lograron salvar la vida arrojándose al mar. 

La portada del diario Abc del 12 de diciembre de aquel año titulaba a toda plana: "Confirmado: los asesinos eran polisarios". Y aseguraba que los atacantes del Cruz del Mar habían sido "identificados por los supervivientes de la masacre con las fotografías de que dispone la policía en Canarias de naturales del ex Sáhara español, que durante un tiempo estuvieron acogidos a nuestra hospitalidad y que fueron expulsados de territorio nacional por actividades incompatibles con su estatus de refugiados".

Demasiado tarde

La periodista canaria Lucía Jiménez, presidenta de Acavite, era sólo una niña cuando su padre fue gravemente herido en un atentado del Frente Polisario contra el complejo minero de Fosbucraá, en pleno Sáhara Occidental, gestionado entonces por el ya desaparecido Instituto Nacional de Industria (INI). El 10 de enero de 1976 -hoy se cumplen 35 años- dos potentes bombas colocadas por los saharauis hicieron explosión junto a la cinta transportadora de fosfatos al paso de un convoy civil que se dirigía a El Aaiún. El conductor de uno de los vehículos, Raimundo Peñalver, falleció en el acto, y otros tres trabajadores españoles -entre ellos Francisco Jiménez, el padre de Lucía- resultaron heridos.

La explosión dejó ciego y sordo a Francisco, que falleció en 2006, un año antes de que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero reconociera, demasiado tarde, su condición de víctima del terrorismo. Pero otros muchos españoles asesinados, heridos o secuestrados por el Frente Polisario, pese a haber logrado ya el respaldo de los tribunales, aún están a la espera de una reparación moral y una indemnización económica.

"En los últimos 35 años se ha construido una propaganda romántica en torno al Frente Polisario que no es real", afirma la presidenta de Acavite, que acusa a todos los gobiernos de la democracia de haber practicado un "negacionismo sistemático de los atentados cometidos contra ciudadanos españoles" por los saharauis durante su enfrentamiento armado contra Mauritania, primero, y luego contra Marruecos. "Las víctimas del terrorismo del Polisario han estado durante décadas en el ostracismo, eran invisibles social y administrativamente. El PSOE y el PP han practicado siempre una doble moral, y los polisarios jamás han pedido perdón".

La Oficina de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo, dependiente del Ministerio del Interior que dirige Alfredo Pérez Rubalcaba, ha reconocido hasta la fecha que 90 trabajadores canarios se vieron envueltos en acciones armadas del Frente Polisario en el Sáhara entre 1975 y 1986, pero la mayoría de las víctimas -unas 300, según Jiménez- aún aguarda una reparación. "Nuestra esperanza es que la Ley Integral de Víctimas del Terrorismo, que se tramita ahora en el Congreso, permita equiparar a las víctimas del Polisario con las del 11-M o las del atentado de la T-4 en Barajas, porque sus indemnizaciones son muy superiores", añade Jiménez.  

La mayoría eran canarios: pescadores que faenaban frente a las costas del Sáhara y trabajadores de las minas de fosfatos de Fosbucraá; pero también hubo gallegos, vascos y andaluces. Decenas de españoles -cerca de 300 según los cálculos de la Asociación Canaria de Víctimas del Terrorismo (Acavite)- fueron asesinados, heridos o secuestrados en los 70 y los 80 por miembros del Frente Polisario en la antigua colonia española. Ahora, tras décadas de olvido y marginación, sus familiares y los supervivientes se han organizado para reclamar al Gobierno una reparación económica y su reconocimiento como víctimas del terrorismo.

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