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El Gobierno y el PSOE descalifican a Eguiguren y nadie en el partido lo defiende en público
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EJECUTIVA DE LOS SOCIALISTAS VASCOS

El Gobierno y el PSOE descalifican a Eguiguren y nadie en el partido lo defiende en público

Nadie defiende a Jesús Eguiguren. El presidente de los socialistas vascos se ha quedado solo en su apoyo a los pasos que está dando la izquierda

Foto: El Gobierno y el PSOE descalifican a Eguiguren y nadie en el partido lo defiende en público
El Gobierno y el PSOE descalifican a Eguiguren y nadie en el partido lo defiende en público

Nadie defiende a Jesús Eguiguren. El presidente de los socialistas vascos se ha quedado solo en su apoyo a los pasos que está dando la izquierda abertzale para romper amarras con ETA, y su apuesta por “impulsar” su vuelta a las instituciones. El Gobierno y el PSOE le han vapuleado en los últimos días, y si no han tomado medidas disciplinarias contra él es por la posición que ocupa y su fuerte ascendente entre los socialistas vascos.

La Ejecutiva del PSE se reunió en la tarde de ayer en Bilbao y abordó, entre otros temas, el documento de su presidente, las tensiones que ha creado en el propio partido y con el Gobierno de Zapatero, y la baza política que ha supuesto para el PP porque vuelve a poner en primera línea de la actualidad político el diálogo con Batasuna en un momento de grave crisis económica que tiene al Ejecutivo contra las cuerdas. Fuentes del partido mantenían ayer un mutismo absoluto sobre el contenido de la misma y emplazaban a la rueda de prensa que dará en la mañana de hoy el portavoz del partido, José Antonio Pastor. La conclusión, sin embargo, parece clara de antemano: cierre de filas con la posición oficial del lehendakari evitando zaherir más a Eguiguren tras la lluvia de críticas que le ha caído encima durante los últimos días.

Fuentes próximas al presidente de los socialistas vascos han asegurado a este diario que se encuentra  bien de ánimo, ha recibido muchas muestras de cariño en privado, y numerosas personas le han trasladado que comparten sus tesis. El propio Eguiguren se ha prodigado en entrevistas radiofónicas para explicar una propuesta que, negro sobre blanco, es meridianamente clara, sin artificios expresivos.

La larga mano del ministro Rubalcaba

Alfredo Pérez Rubalcaba, ministro del Interior, controla con mano de hierro que nadie cuestione la política antiterrorista del Gobierno, con la inestimable colaboración de Rodolfo Ares, su homólogo en el Ejecutivo vasco y ‘hombre fuerte’ en el gabinete del lehendakari Patxi López. Ares se apresuró el pasado domingo a conceder una entrevista al diario ‘El Correo’ en la que, por si no había quedado suficientemente claro, reiteró que “la política de pacificación y antiterrorista la lidera el lehendakari y, de manera especial, la desarrollo yo (…) No estamos preparando el escenario post-ETA; trabajamos en el fin de ETA”  y, para concluir, “la declaraciones de Eguiguren no van a cambiar la política antiterrorista y de pacificación”. Más leña al fuego, eso sí, tras expresar su respeto y aprecio hacia el compañero. Lo mismo que antes había dicho Rubalcaba, para quien el presidente del PSE “está profundamente equivocado”.

Leire Pajín, secretaria de Organización del PSOE, manifestó ayer, tras la reunión de la Ejecutiva, que la posición del partido es la de Patxi López y Alfredo Pérez Rubalcaba, y que personalmente no comparte “en absoluto” las propuestas de Eguiguren. “No es una posición nueva ni que haya irrumpido ahora”, pero que nunca ha sido la del partido, añadió. Pajín olvidó el destacado papel que tuvo Eguiguren en el pasado proceso de paz –fue intermediario con Batasuna y con ETA- con el visto bueno del presidente Zapatero y pese al desacuerdo del ministro del Interior, que encargó a Ares que lo controlara.

El desencuentro entre ambos Rubalcaba y Eguiguren viene de largo. El ministro intentó evitar que hiciera con la presidencia del PSE en sustitución de Txiki Benegas. El entonces líder de los socialistas guipuzcoanos pactó con Patxi López, líder de los vizcaínos, la sustitución de Nicolás Redondo Terreros de la secretaría general del partido en el Congreso de 2002. El pacto PSE-PP en los comicios de 2001, que se saldó con un estrepitoso fracaso, fue el detonante del cambio. Ni el ahora presidente del PSE de Guipúzcoa, Manuel Huerta, ni su secretario general, Iñaki Arriola, se han pronunciado al respecto. La página web del partido, ni ninguno de los blog de sus dirigentes, recogían ayer alusión alguna al debate. Tan sólo el alcalde de San Sebastián, Odón Elorza, un outsider sin cargo en el partido, coincidió con una posición que él mismo ha defendido sin eco.

El ministro de Justicia, Francisco Caamaño, sumó también ayer su voz al coro de las críticas, aunque sin citar expresamente a Eguiguren. Caamaño dijo que con Batasuna “no bastan las palabras”, que son necesarios e inequívocos que demuestren su voluntad de romper con ETA. “La lucha contra ETA está siendo eficaz, está en la buena dirección, y es en la que la ejecutiva va a mantenerse”.  

Nadie defiende a Jesús Eguiguren. El presidente de los socialistas vascos se ha quedado solo en su apoyo a los pasos que está dando la izquierda abertzale para romper amarras con ETA, y su apuesta por “impulsar” su vuelta a las instituciones. El Gobierno y el PSOE le han vapuleado en los últimos días, y si no han tomado medidas disciplinarias contra él es por la posición que ocupa y su fuerte ascendente entre los socialistas vascos.

Alfredo Pérez Rubalcaba