El fracaso en la reforma laboral anticipa un periodo de fuerte conflictividad

El fracaso en la negociación de una reforma laboral pactada entre sindicatos y patronal tendrá efectos secundarios. Y el epicentro, como no puede ser de otra manera, serán las empresas (más de un millón), cuyas relaciones laborales permanecen bloqueadas. Hasta el punto de que durante los cinco primeros meses de este año tan sólo se han firmado 71 convenios colectivos nuevos. El resto, hasta un total de 1.519 convenios pactados entre trabajadores y empresas, corresponde a convenios revisados.

 

Para hacerse una idea de lo que significan estas cifras hay que tener en cuenta que el año pasado y por estas mismas fechas se había firmado el doble de convenios colectivos (3.037), mientras que un año antes el número de acuerdos ascendía a 2.870. Esto quiere decir que la negociación colectiva está prácticamente bloqueada. Se ha reducido a la mitad. De hecho, a estas alturas del año tan sólo el 29,81% de los trabajadores -3,08 millones de asalariados- han cerrado sus condiciones laborales para todo el año 2010, lo que significa un retraso desconocido en las series históricas. El año pasado la negociación colectiva afectó a 10,34 millones de trabajadores, con un incremento salarial medio del 2,4%.

 

Este año, por el contrario, y con datos del Ministerio de Trabajo correspondientes al último día del mayo, el aumento salarial pactado se sitúa en el 1,3% -por debajo de la inflación-; pero con significativas diferencias en función del ámbito de aplicación. Mientras que los convenios de empresa recogen un incremento del 0,9%, los de ámbito superior aumentan un 1,4%.

 

El hecho de que las negociaciones entre sindicatos, Gobierno y patronal no hayan llegado a buen puerto, supone un elemento añadido de conflictividad, toda vez que la legislación concede amplios poderes a los comités de empresa y delegados sindicales a la hora de regular las relaciones laborales en las empresas. Por ejemplo, y según datos de CCOO, el 20% de los convenios incluyen clásulas de conversión de trabajadores eventuales en fijos; el 26%, incorpora indemnizaciones por no renovación de los contratos temporales, y el 44% incluye disminución de jornadas. La negociación de un buen número de convenios se ha frenado, precisamente, hasta conocer los resultados de la reforma laboral. 

 

Flexibilidad interna

 

Esta implicación de los comités de trabajadores en el funcionamiento de las empresas lo reconoce el borrador de propuesta que trasladará hoy el Gobierno a sindicatos y empresarios en materia de flexibilidad interna. El documento establece, en concreto, que en caso de que el empresario decida modificar de forma sustancial las condiciones de trabajo, deberá abrir un periodo de consulta con los trabajadores en un plazo no superior a diez días. Y en caso de que las consultas finalicen sin acuerdo, se pondrá en marcha un proceso de arbitraje establecido en el propio convenio.

 

Si por las circunstancias que fueran el convenio no registrara esa posibilidad, se acudiría a una solución extrajudicial de conflictos establecida en el artículo 83 del Estatuto de los Trabajadores, y será esa solución la que decida en un plazo máximo de diez días. Ese laudo, sin embargo, podrá impugnarse ante los juzgados de lo social, por lo que el periodo de tiempo podría dilatarse. 

 

Es decir, se trata de un procedimiento lento que en situaciones análogas en la legislación actual limita el poder de los empresarios. Y que es habitual en casos de despido.Muchas empresas prefieren pagar las extinciones laborales como si fueran despidos improcedentes antes que afrontar un complejo proceso de negociaciones con los representantes de los trabajadores que obliga, además, a revelar la verdadera situación económica de la empresa que quiera acogerse a las cuatro causas de despido objetivo. Aquí esta el meollo de la reforma laboral. Hoy se conocerá su contenido concreto. Y en las próximas semanas se sabrá si se consolida el rebrote de la conflictividad laboral manifestada ya en 2009.

 

El año pasado, según datos de Trabajo, se perdieron 1,29 millones de jornadas de trabajo debido a las 1.001 huelgas que protagonizaron 653.483 trabajadores. Se trata de la mayor conflictividad desde el año 2003.