Arenas y Ana Mato presionan a Rajoy para que siga protegiendo a Bárcenas

El temor a que el irritante silencio de Mariano Rajoy sobre el imputado Luis Bárcenas acabe perjudicando no sólo al PP, sino también al propio líder del partido, se extendía ayer como una mancha de aceite en el cuartel general de los populares. Pero el senador y ex tesorero, pese a que las nuevas revelaciones del sumario del caso Gürtel conocidas esta semana le han puesto contra las cuerdas, dejándole en una situación más que comprometida, sigue contando con poderosos aliados en la sede de la calle Génova, entre ellos Javier Arenas y Ana Mato. 

Los dos vicesecretarios generales han llegado a pedir a Rajoy en privado que haga una declaración pública de apoyo a Bárcenas, según aseguran fuentes de la dirección del PP consultadas por El Confidencial, mientras que otros miembros de su equipo de confianza, como la secretaria general, María Dolores de Cospedal, y su jefe de Gabinete, Jorge Moragas, le reclaman que marque claramente distancias con su antiguo colaborador, imputado en el Tribunal Supremo por cohecho y fraude fiscal.

Cospedal y Moragas trataron de persuadir el pasado lunes a Rajoy, poco antes de la reunión de la Comisión Ejecutiva del PP celebrada en Génova y la víspera de que el juez Antonio Pedreira levantase parcialmente el secreto del sumario, de la necesidad de mostrar mayor "firmeza" frente a los casos de corrupción y condenar con rotundidad las conductas de quienes, como Bárcenas o el ex presidente balear Jaume Matas, imputado en el caso Palma Arena, han utilizado presuntamente su cargo para enriquecerse ilícitamente.

Muchos dirigentes del PP, escandalizados por las presuntas corruptelas de Matas, su fabuloso incremento patrimonial y el fantástico tren de vida de él y su esposa, Maite Areal, confiaban en que esta vez Rajoy venciese su habitual tibieza para dar un golpe de autoridad y desmarcarse del antiguo ministro de Medio Ambiente. Pero la reacción del líder del PP rozó la indolencia y no satisfizo a casi nadie: primero dejó que Matas anunciara su baja temporal en el partido para no tener que suspenderle de militancia, y luego se despachó con un flemático "le deseamos lo mejor y, si puede, que demuestre su inocencia".

Un pesado lastre

"Lo de Bárcenas huele muy mal", aseguraba ayer a este periódico un diputado del PP tras conocerse que el ex tesorero pudo haber cobrado 1,3 millones de euros en sobornos de la red Gürtel y que, además, habría actuado como uno de los "intermediarios principales" de la trama corrupta, junto al diputado Jesús Merino, el ex europarlamentario Gerardo Galeote y el ex alcalde de Pozuelo (Madrid) Jesús Sepúlveda, ex marido de Mato.

La opinión de ese diputado resume muy bien el sentir generalizado no sólo en Génova, sino también en las terminales autonómicas y provinciales del partido: Bárcenas se ha convertido en un pesado lastre que Rajoy debe soltar cuanto antes, y los privilegios que disfruta el ex tesorero frente a otros imputados en el caso Gürtel -conserva su militancia, su escaño de senador y su despacho en la sede del PP, que también paga los honorarios de su abogado- alimentan las especulaciones sobre un hipotético chantaje o un intento de comprar su silencio.

Pero Rajoy, incomprensiblemente para muchos dirigentes nacionales y autonómicos del PP, sigue sin decir una palabra sobre Bárcenas. Ni para apoyarle ni para desautorizarle. Y en las últimas horas dos fuerzas centrífugas se han desatado en Génova para presionar al líder del partido: una, mayoritaria y encabezada por Cospedal, que reclama mayor contundencia frente a la corrupción en general y contra el ex tesorero en particular; y otra, capitaneada por Arenas, que pide respaldar sin fisuras a Bárcenas mientras el Tribunal Supremo no confirme definitivamente su imputación.

El propio Arenas se apresuró el martes a salir en defensa de su antiguo subordinado -que era gerente del partido cuando el dirigente andaluz ocupaba el cargo de secretario general- nada más levantarse el secreto de sumario y confirmarse los indicios que pesaban sobre Bárcenas: "Ha hecho un trabajo extraordinario durante muchísimos años", dijo el ahora vicesecretario general, cuyo apoyo incondicional al ex tesorero le ha enfrentado en diversas ocasiones a Cospedal.