CiU se suma al ‘pacto anticrisis’ de Montilla y participará en las reuniones del Tripartito

El presidente de la Generalitat de Cataluña, José Montilla, quiere dar ejemplo a José Luis Rodríguez Zapatero y ayer tendió una mano al líder de la oposición, Artur Mas (CiU) para formar un frente catalán contra la crisis económica que sea ejemplo para el resto de España. Mas aceptó el reto, aunque no está dispuesto a dar su apoyo de forma “gratuita”. “No vamos a darle, señor Montilla, un cheque en blanco. Y si quiere realmente motivar medidas para relanzar la economía en Cataluña, debe contar con los agentes sociales, es decir, sindicatos y empresarios”.

Así de contundente se mostró el líder de CiU en el debate monográfico sobre la crisis económica que se celebró en el Parlamento autonómico. Montilla, por su parte acordó ya con Mas la convocatoria de una cumbre del Acuerdo Estratégico -que jamás había contado con los partidos de la oposición-, con todas las formaciones con representación parlamentaria y agentes sociales, para alcanzar un "pacto catalán" sobre reformas estructurales anticrisis.

Montilla ha aceptado defender "juntos" estas reformas. Fuentes socialistas confirman a El Confidencial que el Gobierno de la Generalitat “estaría dispuesto a aceptar que participen los sindicatos, las patronales territoriales de Fomento y también los representantes de las pequeñas y medianas empresas”. De modo inaudito, el principal partido de la oposición se sumará a las reuniones que el Gobierno catalán realizará con los agentes sociales en un futuro próximo, aunque falta por conocer qué harán los restantes partidos de la oposición, PP y Ciudadanos, que posiblemente no participarán.

Mas es consciente de que tanto el Tripartito como el PSOE tienen en contra a los sindicatos y empresarios. A los primeros, porque se oponen frontalmente a alargar la jubilación hasta los 67 años para contribuir a mantener el sistema público de pensiones a partir del año 2030; y a los segundos, porque acusan al Ejecutivo central de no emprender las reformas estructurales que España necesita.

A cambio de su apoyo, Artur Mas, puso sobre mesa cinco puntos sobre política económica que deberían ser defendidos conjuntamente por todos los partidos catalanes. Estos acuerdos son oponerse a la subida de impuestos, ya que la crisis no es un momento para subir el IVA; dar más liquidez a las empresas desde el sector público; reducir el tiempo de pago de las Administraciones entre 30 y 45 días; austeridad en el gasto público; y elaborar una propuesta catalana de las reformas estructurales que debería impulsar el Gobierno, y que los partidos catalanes defenderían juntos en Madrid.

Este punto, sin embargo, tiene un grave inconveniente: los 25 diputados del PSC están integrados dentro del grupo parlamentario del PSOE y no tienen intención de romperlo. Además, Montilla dejó claro que un “frente catalán” en Madrid podría ser incluso contraproducente, ya que podría dar la sensación de que Cataluña quiere “dar lecciones” a España.

Bombardeo de baja intensidad

En opinión del líder de CiU, hasta la fecha, el Tripartito se ha limitado a "mucho bla bla bla, mucha escenificación y gesticulación", pero en realidad durante esta legislatura ha menospreciado las propuestas anticrisis propuestas por los convergentes.

El dirigente convergente contrastó la actitud del Tripartito hacia las iniciativas económicas de CiU con las que tiene en las Cortes el Gobierno y el PSOE, mucho más pactistas. Así, en el Congreso el Gobierno ha aceptado el 56% de las propuestas económicas presentadas por los convergentes, mientras que el Tripartito, en Cataluña, sólo ha aprobado el 12% de las mismas. Artur Mas destacó también que el paro juvenil está en el 38% y el de larga duración -más de un año-, en más de 200.000 personas, un tercio del total.

También subrayó que hay 172.000 familias en las que ninguno de sus miembros tiene trabajo; que casi el 60% de jóvenes que trabajan tienen empleos precarios; y que Catalunya es la autonomía con más empleados afectados con expedientes de regulación de empleo: el 25% del total de toda España, un porcentaje muy alto si tenemos en cuenta que la comunidad no tiene este porcentaje ni en población ni en contribución a la riqueza nacional.

Hubo, pues, entre Mas y Montilla, un bombardeo de baja intensidad, ya que el segundo aprovechó una de sus intervenciones para expresar sus dudas de que CiU se sumase al pacto anticrisis catalán si no se evidencia un recorte de los derechos laborales. Y el primero se atrincheró en su oferta. “Aparte de convocar una cumbre, ¿está dispuesto a ir más allá?”, le espetó. Y zanjó: “Sigue sin responder. Hay cosas que se responden con un sí o con un no”.

Por su parte, el diputado del PP catalán Josep Enric Millo pidió al presidente de la Generalitat un pacto para lograr que los bancos den créditos a las empresas con el fin de que puedan recuperar liquidez, para parar la subida del IVA que tiene previsto el Gobierno central y para reformar el mercado laboral. Todo ello es necesario, según Millo, para salir de la crisis.

Joan Puigcercós, líder de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), aprovechó para llevar el agua a su molino y resaltó que "cuando hablamos de morosidad, tenemos que hablar también de concierto económico". El presidente republicano vio con buenos ojos el frente catalán en Madrid pero se quejó de que “el margen de maniobra de esta Cámara no es tan amplio como nos agradaría y eso nos obliga a pasar demasiadas veces por Madrid, sobre todo cuando hablamos de medidas fiscales y financieras”. De todas formas pidió que, si se llega al pacto, se mantenga hasta el final. “No puede ser que en el último instante haya una retirada, como ha pasado tantas veces, en un acto de nocturnidad y alevosía. Por ello, es preciso estar unidos y mantener la coherencia hasta el final”.

La portavoz del grupo ecosocialista ICV-EUiA, Dolors Camats, por su parte, emplazó al President a que defienda ante el Gobierno central que se evite la reducción de las inversiones estatales por los recortes previstos en el Ministerio de Fomento.