Barcelona da luz verde a una campaña en favor del catalán y veta una del bilingüismo

Los autobuses públicos de Barcelona han vuelto a encender la polémica entre el uso partidista del catalán y el castellano. Después de que el año pasado los autobuses fueran el marco utilizado por la Iglesia y por organizaciones no religiosas para reivindicar sus principios, ahora es el uso del catalán el que utiliza este medio de transporte como soporte publicitario y de controversia.

Mientras en la calle los barceloneses utilizan con normalidad ambas lenguas, el enfrentamiento ha llegado al transporte público de la ciudad. Desde ayer y hasta el próximo 7 de octubre, los autobuses de las líneas 17, 22, 24 y 33 de la red municipal mostrarán una campaña publicitaria privada para promocionar el uso social del catalán impulsada por la asociación no gubernamental Plataforma per la Llengua.

Hasta aquí no habría mayor polémica en una ciudad donde está normalizado el uso de las dos lenguas oficiales en Cataluña. Sin embargo, la batalla lingüística entre catalán y castellano se ha reavivado porque esta campaña publicitaria, avalada por la empresa municipal Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) -que tutela el Ayuntamiento de Barcelona-, ha logrado ver la luz. Algo que no logró el pasado marzo otra campaña en favor del bilingüismo y de que los padres tengan la libertad de elegir si sus hijos son educados en catalán o en castellano en las escuelas públicas. 

El Ayuntamiento de Barcelona (gobernado por el PSC y los ecosocialistas de ICV) no ha dado explicaciones de las razones que le llevaron a rechazar aquella acción bilingüista y a aceptar, sin embargo, la que promueve el uso exclusivo del catalán. Por el momento, TMB tampoco ha especificado por qué en marzo no salió la campaña sobre la libre elección de idioma.

 

La campaña actual lleva el eslogan El català suma y según la Plataforma por la Llengua tiene como objetivo “dar a conocer mediante datos estadísticos y comparativos la situación del catalán en diferentes ámbitos sociales” y recordar que “su uso siempre suma porque es futuro, vida en común y progreso”. Y cita un ejemplo: Un inmigrante “que adopta el catalán como lengua de uso social mejora sus oportunidades laborales y se incorpora plenamente como miembro de nuestra sociedad; o una empresa que etiqueta en catalán y ofrece sus servicios en catalán se adapta con mayor precisión a su mercado y mejora la relación con sus clientes”, aseguran los organizadores de la campaña.

Denuncian la falta de reconocimiento del catalán

La campaña publicitaria también pretende denunciar que “una lengua que suma como el catalán todavía se encuentra muy lejos del reconocimiento del que disfrutan otras lenguas en el contexto de la Unión Europea”. En el contenido que los ciudadanos podrán leer en los carteles publicitarios colocados en los autobuses urbanos aparecen datos que, según los organizadores, muestran la “inexplicable desigualdad legislativa del catalán respecto del castellano: mientras que en Cataluña existen como mínimo 156 disposiciones legales que obligan al etiquetado y las instrucciones de los productos en castellano, sólo existe una que haga lo mismo con el catalán. Es decir el 99% de las leyes obligan a que las empresas etiqueten sus productos en castellano en Cataluña”, sostiene la campaña. Los organizadores mantendrán otras acciones publicitarias después del 7 de octubre y hasta finales de año en un intento de marcar la precampaña electoral de las elecciones autonómicas catalanas previstas para octubre de 2010.

La Plataforma per la Llengua ha recibido el Premi Nacional de Cultura 2008 por su proyección social del catalán, otorgado por el actual gobierno tripartito (PSC, ERC e ICV) de la Generalitat de Catalunya. Engloba a 4.000 personas y entre sus miembros figuran profesionales, catedráticos, intelectuales y artistas que promueven la lengua catalana. Forman parte de su consejo consultivo Salvador Cardús, Jordi Font, Josep Maria López Llavi, Josep Maria Terricabras, Vicenç Villatoro, Isabel Clara-Simó, Miquel Strubell y Miquel Sellarès, entre otros.

Las reacciones en contra de la politización partidista de la campaña lingüística, que enfrenta al catalán y al castellano, no se han hecho esperar. Sobre todo porque hace cinco meses se prohibió una campaña similar en favor del bilingüismo.

Alberto Fernández Díaz, presidente del grupo municipal del Partido Popular en el Ayuntamiento Barcelona, considera “sectaria” la actitud del alcalde socialista Jordi Hereu, y de la empresa TMB “al vetar con anterioridad campañas a favor del bilingüismo y ahora permitir la inserción de publicidad en la empresa pública de transporte de Barcelona”.

Fernández Díaz cree “vergonzoso que el consistorio rechazase en marzo una campaña publicitaria en los autobuses públicos de Barcelona en la que se promovía la libertad, el pluralismo y el derecho de los padres a escoger la lengua vehicular en la que escolarizar a sus hijos que se abanderaba desde Convivencia Cívica Catalana y otras entidades” y ha añadido “en aquella ocasión el alcalde Hereu atribuyó como excusa al veto de la campaña, motivos comerciales y matizó que desde el consistorio no se permitía insertar publicidad con connotación ideológica en los medios de transporte público, ya fuera autobús o metro”. Además, lamenta que, por otro lado, “el Ayuntamiento use diferentes raseros”. El líder popular reprueba “la actitud de TMB que utiliza una doble vara de medir en función de la afinidad de una campaña lingüística. Ahora respalda la publicidad de un modelo lingüístico afín pero anteriormente veta la que no se corresponde con su modelo lingüístico”. En este mismo sentido se ha pronunciado la Asociación por la Tolerancia, a la que también se le denegó hace algunos mese el permiso para llevar a cabo una campaña que promovía el bilingüismo y la libertad para escoger la lengua en las escuelas. “No existe un mismo rasero para medir lo que el Ayuntamiento considera como algo provocativo”, asegura su presidente, Eduardo López.

En este sentido, López critica que “por nuestra parte no se puede anunciar que existe el derecho a elegir en la enseñanza, y en cambio, si se puede publicitar que el catalán está marginado. No tenemos una libertad real en nuestra sociedad, a algunos se nos ha vetado, se nos ha censurado”, añade.