Un informe oficial desvelaba hace ya siete años irregularidades en el Palau de la Música

La sombra de la justicia vuelve a planear sobre la cabeza de Félix Millet Tusell, uno de los prohombres de la alta sociedad barcelonesa y presidente de la junta del Patronato Fundación Orfeó Català-Palau de la Música, una de las instituciones más respetadas de Cataluña. La irrupción de los Mossos d’Esquadra ayer, en las instalaciones del edificio modernista del Palau, pilló por sorpresa a todos. La fiscalía seguía discretamente, desde hace meses, los movimientos dinerarios en las cuentas de la Fundación y, al final, decidió actuar y enviar a los agentes para incautarse de las pruebas documentales que, según las primeras estimaciones, pretenden demostrar el desvío de casi 2,3 millones de euros.

 

Fuentes anónimas habían denunciado ante los inspectores de Hacienda los manejos de la cúpula del Palau, con Fèlix Millet a la cabeza. Una de las irregularidades más graves que se investigan es la utilización de cuentas paralelas para mover dinero sin dejar constancia de ello. Según las sospechas existentes, en el año 2003 se sacaron de las cuentas oficiales de la entidad 1,7 millones de euros. Al año siguiente, se retiraron 590.000 euros, siempre en billetes de 500 euros. De todo ello, no existían justificantes. Se trata, en resumidas cuentas, de ingeniería financiera para disponer de dinero en efectivo sin control, por lo que ahora los investigadores buscarán todos los “rastros financiero-contables” de las operaciones sospechosas.

 

A finales del año pasado, el Fisco decidió poner el tema en manos de la Fiscalía, que tras medio año de investigaciones, decidió tirar de la manta. Las investigaciones se dirigen, además de a las actuaciones de la Fundación como tal, hacia las personas de Fèlix Millet, Rosa Garicano (hija de un ex gobernador civil de Barcelona y directora general de la entidad) y un tercer miembro de la junta del Patronato. En éste, están representadas muchas instituciones públicas catalanas, además de contar con nombres propios de peso dentro de la sociedad civil. Entre los vocales figuran por ejemplo, Jaume Aragall, Daniel Baremboin, Plácido Domingo, Núria Espert, Montserrat Caballé, Lluís Claret, Jordi Savall, Antoni Tàpies, Jesús López Cobos, Alicia de Larrocha, Josep Maria Flotats, Antoni Ros Marbà, Joan Pons o Teresa Berganza.

 

Pero también hay representantes políticos y económicos, como Carlos Cuatrecasas, Carles Güell de Sentmenat, Mariona Carulla, José Felipe Bertrán de Caralt, Francesc Costabella, Isidre Fainé, Enrique Lacalle, Joan Uriach, Miquel Valls, Maria Àngels Vallvé, Carmen Mateu, Arturo Suqué, Jordi Miarnau, Evarist Murtra, Josep Lluís Núñez, Enric Reyna, Leopoldo Rodés, Paloma O’Shea, Josep Ferrer, Juan Antonio Samaranch, Antoni Serra Ramoneda, Narcís Serra, Joan Gaspart, Jorge Fernández Díaz, Jordi Pujol y Marta Ferrusola.

 

Fuentes internas del Palau señalaron a El Confidencial que “no es de extrañar que esto ocurriese, porque dentro había rumores para todos los gustos”. Otra fuente critica la gestión de la directiva. “Si ha desaparecido dinero, que paguen por ello, porque a la gente que trabaja dentro siempre le ponen trabas a la hora de sufragar gastos”. Esta fuente señala que los más de 80 miembros del Coro, por ejemplo, cobran poco más de 800 euros anuales. “¡Y ahora resulta que investigan si ellos se lo llevaban a paladas!”, subraya esta fuente, que añade que para el próximo mes de enero “se ha suspendido una actuación que había en Granada. Los rumores que corren dicen que es por problemas económicos, pero desde la dirección no se ha dicho nada”.

 

Unas cuentas poco claras

 

Pero las cuentas del Palau de la Música no han sido nunca claras. La Sindicatura de Cuentas de Cataluña ya encontró diversas irregularidades en el ejercicio del año 2000, auditado en el 2002, del Consorcio del Palau de la Música Catalana. El informe de la Sindicatura señala que los pagos se realizaban sin control alguno. “En los documentos que se anexan a la orden de pago, no consta una descripción del servicio realizado, sino que se hace una descripción genérica”, como “Asesoramientos y coordinación escolar”, “atención VIP’s” o “coordinación artistas”. “Los documentos del Orfeó Català que corresponden a los pagos hechos, tanto si se consideran una subvención por gastos corrientes como si fueran un servicio, deberían figurar con el IVA correspondiente”, señala el texto.

 

En aquel año, los pagos al Orfeó Català (englobado dentro de la Fundación que preside Fèlix Millet) fueron de 55,5 millones de pesetas. De ellos, 10,5 millones (63.000 euros) pertenecen a una subvención, 10,7 millones (casi 65.000 euros) a pagos al personal y poco más de 1.000 euros correspondían a “licencia de software”. Pero había tres partidas sospechosas: por “coordinación” se pagó más de 17 millones de pesetas (más de 100.000 euros); por “colaboraciones” más de 13 millones (unos 70.000 euros); y por esponsorización, 3,8 millones (unos 23.000 euros). El organismo fiscalizador pide “que el patronato del Consorcio del Palau de la Música analice el motivo de la diferencia de más de 31 millones de pesetas (193.000 euros) que se produce entre la declaración de operaciones con terceras personas y las cuentas del propio Consorcio referidas al Orfeó Català”.

 

La Sindicatura daba también un rapapolvo a las cuentas de la entidad: “Las cuentas anuales no se acompañan de una memoria explicativa sobre los principios contables aplicados, ni los criterios de valoración empleados, para que sea posible hacer la interpretación del balance y de la cuenta de resultados”. Por si fuera poco, el Consorcio del Palau de la Música “no tiene un inventario del inmovilizado material”.

 

“Según la Sindicatura de cuentas de Cataluña, en el seno del Comité Ejecutivo se toman acuerdos sobre la gestión y el funcionamiento del Consorcio del Palau de la Música que estatutariamente no le corresponde tomar”, dice el texto del informe oficial. Este comité ejecutivo está presidido por Fèlix Millet, ya que la presidencia institucional del Palau recae en la figura del presidente de la Generalitat. Y arremete contra la acumulación de poder de Millet: “La situación de hecho es que el presidente del comité Ejecutivo y el gerente son la misma persona, además de vicepresidente del Patronato. La situación de separación de funciones prevista en los Estatutos no se cumple”.