Los socialistas podrían perder la alcaldía de Barcelona si hubiera elecciones hoy

Los últimos datos del barómetro de opinión han desatado la euforia en las filas de Convergència i Unió (CiU), el principal partido de la oposición de Barcelona: su líder, Xavier Trias, aventaja en tres décimas al alcalde de la ciudad, el socialista Jordi Hereu (5,4 frente a 5,1 puntos) en aceptación popular. El PSC gobierna la capital catalana en coalición con Iniciativa per Catalunya (ICV) y con el apoyo puntual de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), que deshizo el tripartito municipal. 

Según la última encuesta de opinión, CiU ganaría en estos momentos las elecciones y podría gobernar con el apoyo del PP. El tradicional tripartito (PSC-ERC-ICV) no lograría la mayoría absoluta para hacerse con el sillón del alcalde. Según los números del dirigente de CiU, su partido sacaría de 12 a 13 concejales; el PSC, 11 a 12; el PP, 7 a 8; ICV, 5; y ERC, 3. De ninguna de las maneras la izquierda lograría los 21 necesarios para gobernar. Y eso aún cuando el 41% de la población cree que la situación de la ciudad ha empeorado en el último año pero el 46% cree que la gestión del Ayuntamiento ha sido buena o muy buena. 

“En estos momentos, pensamos que hay posibilidades de cambio en Barcelona. Después de 30 años de gobierno socialista, la gente se da cuenta de que, aunque en este periodo ha habido cosas buenas, ahora existe un gobierno que cae en la rutina. Son precisas ideas nuevas y equipos nuevos, con diferentes maneras de hacer”, declaró el portavoz convergente, Joaquim Forn, a El Confidencial. 

El propio Trias reconoció el pasado viernes que los datos son relativos, ya que aún no hemos llegado al ecuador de la legislatura, pero marcan tendencias. Forn redunda en esta idea: “Lo normal es que Hereu hubiese consolidado su imagen en estos dos años, pero eso no ha pasado. Los datos del barómetro oficial coinciden con el nuestro y demuestran que el alcalde no tiene liderazgo ni capacidad para liderar proyectos”. 

Las multas de los urbanos

Barcelona tiene muchos puntos débiles. ”Es una de las ciudades más caras. Es complicado vivir aquí. Tenemos muchos impuestos y como no se pueden poner más, se intenta recaudar por todos los medios. Para poner un ejemplo, tenemos la grúa más cara de España y además les imponen un cupo mínimo de coches diarios que han de retirar. Tienes la sensación de que la Guardia Urbana se utiliza, en vez de para ayudar al ciudadano y ordenar el tráfico, para poner multas y engordar las arcas del Ayuntamiento”, afirma Forn. 

Para el portavoz de CiU, hay otros problemas que atenazan a los barceloneses: el año pasado, por ejemplo, 300.000 personas denunciaron haber sido víctimas de algún delito. La seguridad, pues, es deficiente. Además, dentro de tres o cuatro meses, el número de parados puede llegar a los 100.000. Por si fuera poco, hay otros problemas derivados del modelo de ciudad. “El modelo que se había creado de grandes acontecimientos hace agua. Todo lo que se ha construido ha de mantenerse y el Gobierno municipal mira hacia otro lado. Aquí se creció durante años con las plusvalías generadas por la venta de suelo y ahora se ha acabado el chollo y nos encontramos con una ineficacia total”, subraya Joaquim Forn. 

“El alcalde no se entera”

El dirigente convergente pone otro ejemplo: “La feria Bread & Butter se va de Barcelona y el alcalde no se entera. Y luego tenemos la crisis económica azotando a las ferias y los salones, como el del Automóvil, donde grandes marcas han anunciado su ausencia. Por otro lado, el PSC ha vendido durante mucho tiempo la consigna de que Barcelona ha de ser una ciudad de servicios, pero nosotros no estamos de acuerdo. Aquí hay espacio para más industria y para una mayor diversificación económica. Por eso, propugnamos un gran pacto de todas las fuerzas políticas”. 

Pero no es todo. “Hereu es débil y se preocupa más de su imagen que de cómo ha de funcionar la ciudad”, afirma Forn. Y aporta un dato: sólo en el 2008 gastó en publicidad 14 millones de euros. “Gasta mucho más de lo que presupuesta”, añade. Y reconoce que algunas campañas están plenamente justificadas, mientras que otras son más sospechosas. Pero sí denuncia que “los contenidos de todas las campañas son para enaltecer la figura del alcalde. Sin ir más lejos, un folletín distribuido hace unos días por Santa Eulàlia, la patrona de la ciudad, llevaba una foto de Hereu. ¿A santo de qué ha de incluir esa foto?  Y la campaña “Barcelona batega” no tiene explicación lógica. No hacía falta. Casos como éstos contradicen los principios de lo que marca de ley de publicidad”. 

El retraso en las obras de la estación del AVE, el ruido o el desarrollo paralizado de algunos barrios son otros de los problemas que arrastra el Ayuntamiento. Ante ello, CiU es contundente y seguirá en los próximos meses con su estrategia de denuncia de temas y de propuestas que, de vez en cuando, son aprobadas en el pleno porque el líder de ERC, Jordi Portabella, vota a su favor. Es una tremenda labor de desgaste del alcalde que puede acabar pasándole factura a éste. Su eje de actuación es una máxima con la que concluye Forn: “Hereu no tiene un equipo de Gobierno capaz de afrontar los retos del futuro”.