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Barcelona pone detectives privados a los gruistas para controlar su trabajo
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LOS EMPLEADOS DENUNCIAN QUE LES OBLIGAN A RETIRAR MÁS VEHÍCULOS

Barcelona pone detectives privados a los gruistas para controlar su trabajo

El Ayuntamiento Barcelona, dirigido por el socialista Jordi Hereu, ha metido el miedo en el cuerpo a los trabajadores de las grúas y éstos han respondido

Foto: Barcelona pone detectives privados a los gruistas para controlar su trabajo
Barcelona pone detectives privados a los gruistas para controlar su trabajo

El Ayuntamiento Barcelona, dirigido por el socialista Jordi Hereu, ha metido el miedo en el cuerpo a los trabajadores de las grúas y éstos han respondido con protestas y manifestaciones. En la comisión de Movilidad y Seguridad del consistorio celebrada ayer, los empleados de la empresa Barcelona Serveis Municipals (B:SM) interrumpieron la sesión varias veces con pancartas ante el acoso al que se siente sometidos.

Los trabajadores de la compañía municipal denuncian que detectives privados les están espiando mientras trabajan y que “algunos de nosotros ya han recibido sanciones y amenazas de despido por no retirar suficientes vehículos” en un claro afán recaudatorio. ¿Detectives privados? ¿De quién? De sus jefes políticos. O sea, contratados por el Ayuntamiento que les paga.

La empresa B:SM ha reconocido que estas acusaciones son ciertas y que ha contratado a unos detectives para controlar a los trabajadores que “no cumplen con los ratios de productividad”. A su vez, ha desmentido que existan “cupos” de vehículos que deban ser retirados.

Nadie quiere mojarse en un tema que es recurrente y que salpica siempre a los urbanos de Barcelona: si existen cupos o no. Al margen de ello, el representante sindical de B:SM ha declarado que “la empresa lleva mucho tiempo presionando para que las grúas se lleven más coches”. Asimismo, no descarta que se lleven a cabo acciones legales.

En los expedientes sancionadores, se pueden leer unos informes de seguimiento, muy exhaustivos, en los que se señalan situaciones en las que los conductores de las grúas no retiraron algún vehículo presuntamente mal aparcado. Los sindicatos, aparte de quejarse de la presión y de ser espiados, se manifiestan en contra de que unos agentes que “no tienen preparación” decidan cuándo un coche está bien o mal aparcado, cuando esta decisión depende exclusivamente de la Guardia Urbana.

Labores de guardia urbano

Además de tener que llevar los que están mal aparcados al depósito, B:SM obliga a sus conductores a hacer de vigilantes. Así pues, ya no es necesaria la presencia de la Guardia Urbana. Una de las nuevas funciones de los conductores de grúas es localizar coches mal estacionados y enviar una foto a la policía local que, sin tener que ir al lugar donde se produce la infracción, puede dar la autorización de retirada.

Desde la oposición, el portavoz de Convergència i Unió (CiU), Joaquim Forn, declaró a El Confidencial que “todo el mundo sabe que la grúa es una de las grandes medidas recaudatorias del Ayuntamiento y, aunque no se pueda demostrar, se les obliga a un número mínimo cada día”. Los rivales del alcalde están sobre el tema y han pedido datos sobre la actuación del consistorio y sobre las consignas y los gastos extras que se supone que tienen los detectives contratados.

El Ayuntamiento Barcelona, dirigido por el socialista Jordi Hereu, ha metido el miedo en el cuerpo a los trabajadores de las grúas y éstos han respondido con protestas y manifestaciones. En la comisión de Movilidad y Seguridad del consistorio celebrada ayer, los empleados de la empresa Barcelona Serveis Municipals (B:SM) interrumpieron la sesión varias veces con pancartas ante el acoso al que se siente sometidos.