Acebes emociona: el ex secretario general arranca aplausos y lágrimas con un discurso reivindicativo

Llegó Ángel Acebes y con él las primeras lágrimas del Congreso. El hasta ahora secretario general decía ayer adiós, y lo hizo con una intervención cargada de emociones, de recuerdos y de reivindicaciones que arrancaron los mayores aplausos de la tarde. Tanto, que en comparación con el gesto de Aznar, al término de su discurso la valoración de los compromisarios era contundente: “Aznar, cero; Acebes, diez”. Una valoración que compartía el entorno de Rajoy.

Con su mujer y sus dos hijos en primera fila, que rompieron a llorar ya en los primeros compases del discurso de su padre y marido, Ángel Acebes entonó una letanía de recuerdos de los cuatro años que el PP ha pasado en la oposición desde 2004 después de “una derrota contra todo pronóstico, un cambio de líder y un Gobierno empeñado en destruirnos como alternativa política”. Lo que Acebes definió como “la mayor operación de acoso y derribo contra un partido jamás vista en democracia”.

“Intentaron dividirnos: entre duros y blandos; centristas y extremistas; progres y carcas. Intentaron doblegarnos: querían que aparcásemos nuestras convicciones en aras de la comodidad, y que nos subiésemos al asiento trasero de un vehículo cuya conducción quedaba reservada en exclusiva al Partido Socialista”, afirmó, para añadir que el proyecto de Zapatero pasaba “por un PP sin principios o una crisis en el PP”. Pero “lo cierto es que Zapatero fracasó”, concluyó.

Mención a San Gil

En su informe al plenario del Congreso, Acebes recordó los muchos ejemplos de hostigamiento al PP, sobre todo en el País Vasco y Cataluña, para añadir que “si hay un partido en España que representa el principio democrático básico de respeto a quienes opinan de manera distinta, ese es el Partido Popular”. No faltó en su discurso un recuerdo a María San Gil –ausente del Congreso- y al resto del PP vasco, que le llevó a uno de los momentos más aplaudidos:

“La imagen de Regina Otaola izando la bandera de España en lo alto del ayuntamiento de Lizartza quedará en la memoria colectiva como uno de los momentos más nobles, más conmovedores y más dignos de la historia del Partido Popular”. Y se refirió al Estatuto catalán, el desprecio a las víctimas, las amenazas a los católicos, la exclusión de los castellanohablantes, etcétera, para afirmar que “nosotros quisimos ser útiles. Y fuimos necesarios. Quisimos ser relevantes. Y fuimos decisivos”.

¿Y después? “Todo lo ocurrido en España desde el 9 de marzo demuestra que teníamos razón”, pero precisamente por eso, el propio Acebes reconoce que “la sociedad es cambiante” y que “las organizaciones políticas tenemos la obligación de ofrecer nuesvas respouestas a los nuevos desafíos”, y que “el Partido Popular se tiene que adaptar, modernizar y renovar”. Lo cual significa, para Acebes, “mejorar todo aquello que se puede mejorar y preservar todo aquello que se debe preservar”.

Cinco peticiones

Y llegó el capítulo de peticiones. El secretario general saliente pidió un partido “unido”. “A nosotros no nos ha unido nunca ni un barón, ni una corriente, ni una sensibilidad, ni por supuesto la pertenencia a una determinada generación. Lo que nos ha unido son nuestras siglas. Y así debe seguir siendo en el futuro”. Segunda petición: “Yo quiero un PP basado en el mérito. Es decir, en el que los criterios a la hora de avanzar sean el esfuerzo, el sacrificio y la capacidad personal”.

Tercera: “Yo quiero un PP valiente”, a la hora de defender ideas y a su gente. “A nosotros no nos votan a pesar de nuestras ideas, sino gracias a ellas. Nos votan precisamente porque tenemos principios y porque los defendemos con coraje y claridad”. Cuarta: “Yo quiero un PP fuerte en el centro, pero teniendo claro que el centro no lo marca el Partido Socialista y menos, si cabe, los nacionalistas”. Y quinta: “Yo quiero un PP con un propyecto común para toda España y una Dirección nacional fuerte”. Aplausos y un sentir común al término: “Le vamos a echar de menos”.