Crisis en el PSOE de Madrid: Simancas y Gómez se pelean tras el batacazo electoral

Y tras las elecciones, regresan las cuchilladas. Una tradición de los socialistas de Madrid, divididos esta vez entre los partidarios del ex líder regional Rafael Simancas y los defensores del actual secretario general, Tomás Gómez. Los cuchillos han salpicado al propio José Luis Rodríguez Zapatero. En el entorno del presidente no ha gustado nada que las críticas se centren en la pérdida de votos registrada en Madrid durante las pasadas elecciones generales, porque era el propio líder socialista quien encabezaba la lista y no se considera adecuado exhibir sus vergüenzas en público, reconocen fuentes socialistas.

El PP sacó al PSOE en Madrid una distancia de 10 puntos el pasado 9 de marzo, hecho que ha sido interpretado en clave positiva por Gómez y los suyos. Argumentan que en las elecciones municipales y autonómicas de 2007 la diferencia con el PP era aún mayor, de 18 puntos, y que, al fin y al cabo, sólo han perdido un escaño, como ha ocurrido con la lista socialista de Cádiz o Málaga.

Esa actitud del secretario general del PSM, con la difusión del mensaje de que vive en el mejor de los mundos posibles, ha hecho saltar a los simanquistas que piden una autocrítica. La revuelta interna la encabeza el secretario de Organización, Paco Pérez, ex jefe de gabinete de Rafael Simancas, el anterior líder de los socialistas madrileños defenestrado tras la debacle electoral del PSM en 2007, llamada también en el partido "El Hundimiento", en alusión a la pérdida de tres escaños autonómicos.

"Son los responsables de la sima de 2007 los que ahora claman contra los resultados de marzo", explican fuentes del sector oficial que define el duelo entre ambos bloques como "una lucha entre el pasado y el futuro". Desde esta visión, "el pasado son los de Simancas; el futuro es de Tomás Gómez". Es más, responsabilizan al primero de los resultados de las generales respecto de 2004 porque Simancas gestionó el partido durante 40 meses, frente a los ocho meses que lleva el alcalde de Parla.

La pugna no pasaría a mayores si no fuera porque en la opinión pública ha calado que el PSOE ha tenido en Madrid un importante batacazo electoral, con Zapatero a la cabeza. De ahí que el entorno de Moncloa brame en privado contra los dirigentes madrileños, por no mantener la boca cerrada. Porque las críticas de los simanquistas se han solapado con la exhibición de resultados que hace, un día sí y otro también, Esperanza Aguirre, la líder del PP madrileño que saca sus galones ante Mariano Rajoy, quien también era candidato por Madrid.

"Pasarlos por la piedra"

La solución de la pugna llegará en junio, al más puro estilo del PSM, antigua FSM: "Los vamos a pasar por la piedra en el próximo congreso", reconoce un socialista en un arranque de sinceridad. En junio los socialistas madrileños renueva su dirección, y la relación de fuerzas estimada es la siguiente: un 20% de la militancia orbita alrededor de Simancas, y el resto se aproxima al de Gómez.

Al sector que reclama al PSM una reflexión se adscriben cuatro miembros de la Comisión Ejecutiva Regional: Paco Pérez, Javier Gómez, Pilar Sánchez Acera y Elvira Aranda, apoyados desde la Asamblea de Madrid por Ruth Porta, quien ve peligrar su candidatura a senadora por designación autonómica. Otros 17 miembros apoyan a Tomás Gómez y hay tres que se mantienen algo neutrales, según fuentes internas.

Los socialistas madrileños llevan tiempo en crisis, debido entre otras causas a que los dirigentes federales suelen inmiscuirse en sus asuntos internos al ser Madrid capital de España y sede del Gobierno. La última interferencia la protagonizó en 2007 el propio Zapatero. A la vista de que no se presentaban candidatos para disputar la alcaldía de Madrid al popular Alberto Ruiz Gallardón, nombró cabeza de lista a su asesor Miguel Sebastián, con el consiguiente batacazo electoral de su amigo. Ocurrió en 2007, elecciones donde el PSM tuvo una diferencia de 17,38 puntos respecto del PP, ya que los socialistas lograron el 33% de las papeletas y los populares el 50,38%. En cambio, la diferencia del pasado 9 de marzo fue de 10 puntos (el 49,34% de los electores optaron por el PP y el 39,45% por el PSOE).