El Gobierno pactó la tregua con ETA a través de tres cartas

ETA envió tres cartas al Gobierno antes del inicio de la tregua en marzo de 2006, según informa El Mundo. En ellas, ETA pedía una "negociación política" para resolver "el conflicto entre España y Euskal Herria". Según el diario, el Gobierno respondió a todas ellas y aceptó la propuesta sin hacer ningún tipo de matización.

La primera de las misivas llegó en las Navidades de 2004-2005. En ella, la banda terrorista comunicaba su disposición a abrir una "vía de comunicación" entre ambas partes "que pudiera prosperar sin verse afectada ni condicionada por los acontecimientos políticos diarios". En ese momento, las conversaciones para el proceso ya estaban avanzadas y el documento llegó al caserío de Txillarre, lugar donde se celebraban las reuniones entre dirigentes de Batasuna (Otegi y Barrena) y representantes del PSE (Jesús Eguiguren y Paco Egea).

Antes de la llegada de la segunda carta, Otegi envió al Gobierno, en nombre de Batasuna, una misiva ofreciendo a Zapatero "ser el Tony Blair español" y recomendando que estuviera dispuesto a admitir lo que los vascos decidiesen en esa mesa sobre su futuro.

El segundo documento llegó en febrero de 2005. La banda pregunta si el Gobierno está dispuesto a mantener una reunión y se ofrece a buscar una organización internacional que asegurara la confidencialidad de la mediación. Además asegura, según el periódico, "que lo que pretende es resolver de manera democrática el problema vasco mediante una negociación política". El Gobierno acepta que se lleve a cabo el encuentro siempre que fuera de forma discreta y aclaró que toda iniciativa era incompatible con la violencia.

La tercera carta es remitida en abril de 2005. ETA concreta la organización internacional elegida, la Henry Durant. En la comunicación se establecen también dos fechas concretas, el lugar de la reunión y la persona con la que los enviados del Gobierno debían contactar.

Gestiones oficiales

Tres meses después, en julio de 2005 se llega a un acuerdo como punto de partida. La organización Henry Durant deja constancia de que todas las gestiones han sido oficiales ya que sostiene que las cuestiones pactadas lo han sido entre el representante del Gobierno español y la delegación de ETA, siempre en cumplimiento de la resolución del Congreso de los Diputados del 17 de mayo de 2005.

"El Gobierno español respetará las decisiones que sobre su futuro adopten libremente los ciudadanos vascos. Dichas decisiones deben ser adoptadas en ausencia de violencia o coacción, respetando las normas y los procedimientos legales, los métodos democráticos y los derechos y libertades de los ciudadanos", se dice en el primer párrafo del preacuerdo.

En el segundo, el Gobierno español reconoce que han de ser los partidos vascos, así como los denominados "agentes sociales, económicos y sindicales", los que alcancen los acuerdos y establezcan los mecanismos de negociación con el máximo consenso posible. Tras esto, ETA debía realizar su declaración de tregua.

Un año después, ETA ordenó a Batasuna que se retirara de las negociaciones preparatorias de la mesa de partidos si PSE y PNV no concedían una autonomía 'a cuatro' constituida por el País Vasco y Navarra.