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El PSOE intensifica las críticas a la Iglesia para movilizar a sus votantes más de izquierdas
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El PSOE intensifica las críticas a la Iglesia para movilizar a sus votantes más de izquierdas

El próximo mes de marzo se celebrarán dos elecciones que marcarán el futuro de España. Por un lado, el día 9 serán los comicios generales. Por

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El PSOE intensifica las críticas a la Iglesia para movilizar a sus votantes más de izquierdas

El próximo mes de marzo se celebrarán dos elecciones que marcarán el futuro de España. Por un lado, el día 9 serán los comicios generales. Por el otro, el 4 de marzo, la Iglesia católica elegirá al nuevo presidente de la Conferencia Episcopal. Esta confluencia ha provocado la colisión de las respectivas campañas, de tal forma que el PSOE pesca en río revuelto mientras el PP no sabe cómo transmitir a la cúpula católica que algunas de sus actuaciones públicas son perjudiciales para los intereses del centro-derecha, aunque las respete.

Los socialistas llevan semanas magnificando las iniciativas de los simpatizantes del arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco, dispuesto a arrebatar la presidencia de la Conferencia al obispo Ricardo Blázquez, quien le quitó el poder en 2005 por sólo un voto. Así ocurrió en diciembre pasado, con la concentración organizada en Madrid en el día de la familia. Y así ha ocurrido ahora con la Nota ante las elecciones generales emitida el jueves por la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal. En ambos casos, el mensaje del PSOE ha sido el mismo: la Iglesia invade el terreno de la política e intenta imponer su modelo a toda la sociedad.

José Luis Rodriguez Zapatero ha convertido las críticas de los obispos en uno de los ejes de su campaña con la intención de captar al electorado de Izquierda Unida que le apoyó en 2004, mientras intenta identificar a Mariano Rajoy y al PP con la derecha "radical" y retrógada. Su pulso con la jerarquía le llevó a expresar el "malestar" de su Gobierno ante el Vaticano, y a tensar tanto el debate que el obispo de Sigüenza-Guadalajara, José Sánchez, le pidió que no los utilice "para agitar a las masas".

El documento sostiene que una sociedad que quiera ser libre y justa no puede reconocer como representante político a una organización terrorista, “ni puede tenerla como interlocutor político”. Observación que, para los socialistas, supone un cuestionamiento del proceso de negociación con ETA en el que se embarcó Zapatero y un apoyo implícito al PP. Los obispos replican que ese párrafo es copia literal de la Instrucción Pastoral Orientaciones morales ante la situación actual de España, de noviembre de 2006. Pero el documento actual omite algunos matices que hubieran aguado la polémica. Entonces aseguraron que los "eventuales" contactos con los terroristas debían excluir todo lo referente a la organización política de la sociedad y aceptaron "alguna medida de indulgencia que facilitara el fin de la violencia".

La famosa Nota es interpretada también en clave interna, como una crítica implícita al actual presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Blázquez, quien ha mantenido una línea caliente con el Vaticano para informar sobre las negociaciones del Gobierno español con ETA. Se da la circunstancia de que uno de los principales impulsores del documento fue un fiel colaborador de Rouco Varela, el obispo auxiliar de Madrid Juan Antonio Martínez Camino.

La jerarquía católica suele emitir notas con motivo de las elecciones. Las de los años 2000, 2004 y 2008 tienen consejos similares para que sus feligreses voten en coherencia con sus principios. Por ejemplo, en todos ellos figura el respeto a la vida y el rechazo al aborto; la defensa de la familia y del matrimonio; la garantía a la libertad de los padres para escoger el modelo de educación de sus hijos o la condena a la violencia o el terrorismo.

El próximo mes de marzo se celebrarán dos elecciones que marcarán el futuro de España. Por un lado, el día 9 serán los comicios generales. Por el otro, el 4 de marzo, la Iglesia católica elegirá al nuevo presidente de la Conferencia Episcopal. Esta confluencia ha provocado la colisión de las respectivas campañas, de tal forma que el PSOE pesca en río revuelto mientras el PP no sabe cómo transmitir a la cúpula católica que algunas de sus actuaciones públicas son perjudiciales para los intereses del centro-derecha, aunque las respete.