Cataluña se queda, de momento, sin la 'estrella' de sus traspasos: Cercanías de Renfe

La Generalitat de Cataluña ya tiene garantizados los traspasos de la inspección de trabajo, legalización de inmigrantes, gestión del litoral y expedición y homologación de títulos y estudios extranjeros en enseñanzas no universitarias. Así lo acordó la comisión bilateral Estado-Generalitat que ayer se reunió durante cuatro horas. El tema estrella de dicha reunión, el traspaso del servicio de Cercanías de Renfe, no pudo desbloquearse a pesar de que se estaba cerca de una solución.

“No aceptamos el traspaso de Cercanías a cualquier precio. Hemos puesto sobre la mesa tres condiciones para asumir esta gestión: una dotación económica suficiente para dar un servicio de calidad; un calendario del traspaso; y la cogestión de Administración central junto a la Generalitat hasta el traspaso definitivo. La intención era participar en las decisiones sobre cómo se hacen los servicios, dónde se invierte y la frecuencia de los trenes”, señaló a este diario un representante catalán de la comisión. Tal y como avanzó ayer El Confidencial, ERC ya ha cuantificado la inversión en unos 6.000 millones hasta el año 2020, ICV la cuantifica en 7,2 millones y el PSC no la tiene cuantificada.

Propuesta de última hora

La Generalitat intentó, como último recurso, zanjar el tema con una propuesta concreta que incluía tres fases: un periodo de cogestión, la renovación del contrato a Renfe y la transferencia definitiva el 1 de enero del 2010. El Gobierno central, a su vez, contraatacó con un documento en el que se mostraba a favor de un periodo de cogestión en Cercanías, pero sin fijar un calendario ni las condiciones en que se haría y condicionando el traspaso al resultado del proceso de liberalización marcado por la Unión Europea.

En las últimas semanas, había habido intensos contactos para llegar a un acuerdo en esta materia. “Se produjeron varios cruces de propuestas con matices, pero no se pudo llegar a ningún acuerdo, entre otras cosas porque el gobierno central no puso tampoco mucho empeño en ello”, añade la misma fuente. El propio presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, sin embargo, se mostró partidario de concretar cuanto antes –y, a ser posible, antes de marzo- una fecha para la transferencia definitiva. Ello le permitiría acudir a las elecciones con la agenda al día y con la tranquilidad de las promesas cumplidas.

Críticas de los socios

Los socios de los socialistas en el gobierno catalán salieron de la reunión con resquemor por no haberse concretado el principal y más vistoso traspaso. El propio Joan Saura lamentó que la propuesta del Gobierno central “no era lo suficientemente buena para Cataluña” y subrayó que “la imposibilidad de llegar a un acuerdo en Renfe enturbia el balance, que hubiera sido bastante satisfactorio”.

Más duro se mostró el portavoz de ERC, Joan Ridao, para quien la reunión “acabó francamente mal”. El dirigente republicano calificó la actitud del Gobierno central de “cínica y frívola” y cerró filas con sus socios, a los que elogió por sus dosis de realismo y sensatez por no haber aceptado la propuesta de traspaso de Cercanías tal y como la proponía el Gobierno central porque eso hubiese sido caer en “la tentación de aceptar un traspaso menor y venderlo como un gran traspaso”. Los republicanos esperarán a la correlación de fuerzas de marzo para poder presionar en este tema al Ejecutivo de Zapatero y forzar un acuerdo “más generoso”. Pero eso, si logran finalmente ser decisivos, ya que si no logran grupo parlamentario propio su poder de presión se habrá diluido completamente.