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“Si tiene que caer la dirección, que caiga. Y si ha de caer el Gobierno, que caiga también”
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“Si tiene que caer la dirección, que caiga. Y si ha de caer el Gobierno, que caiga también”

Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) vive uno de los momentos más tensos de los últimos años con un grave enfrentamiento interno entre la dirección oficialista y

Foto: “Si tiene que caer la dirección, que caiga. Y si ha de caer el Gobierno, que caiga también”
“Si tiene que caer la dirección, que caiga. Y si ha de caer el Gobierno, que caiga también”

Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) vive uno de los momentos más tensos de los últimos años con un grave enfrentamiento interno entre la dirección oficialista y dos corrientes críticas que apuestan claramente por el independentismo y que abogan por romper incluso el Tripartito catalán retirando su apoyo al presidente de la Generalitat, José Montilla. Para los críticos, ERC ha de seguir una estrategia rupturista y situar como prioridad absoluta la consecución de la independencia.

La situación se ve agravada por la celebración, el próximo 20 de octubre, de la Conferencia Nacional del partido, que ha de aprobar una ponencia política que marcará la estrategia y el programa electoral de los republicanos de cara a las próximas elecciones generales. La principal corriente, denominada Reagrupament.cat, está liderada por el ex consejero Joan Carretero, a quien tanto el presidente como el secretario general de Esquerra, Josep Lluís Carod-Rovira y Joan Puigcercós respectivamente, han tratado de disuadir mediante intermediarios.

El pasado fin de semana (ver El confidencial del martes 9 de octubre), el portavoz de ERC en el Parlamento autonómico, Joan Ridao, había ofrecido una “mano extendida” a los críticos, prometiendo incorporar enmiendas parciales a la ponencia oficial a cambio de que retirasen sus respectivas enmiendas a la totalidad. En el fondo, lo que existe en la dirección oficialista es pavor a que haya un voto de castigo contra la dirección, lo que dejaría en entredicho a la cúpula republicana.

La propia portavoz del partido, Marina Llansana, reconocía más tarde que había ofrecido a los críticos hacer listas abiertas para incorporar gente vinculada a “entidades de la sociedad civil organizada”, dar mayor relevancia al “eje nacional” frente al “eje social” y negociar el encaje de Esquerra en el Gobierno autonómico, estudiando incluso la posibilidad de hacer salir del mismo a Joan Puigcercós para que asumiese más tareas de partido.

Llansana se despachaba también diciendo que las ponencias de los críticos sólo habían sido votadas en 22 agrupaciones locales en su totalidad, mientras que ERC tiene 424 agrupaciones. Eso, evidentemente, suponía un gran fracaso de Carretero y de Uriel Bertran, que lidera la otra corriente, Esquerra Independentista (EI).

“Falsea los datos”

Pero los críticos han pasado enseguida a la ofensiva. “La dirección falsea los datos. Los ofrecimientos de Ridao no fueron tales, sino que dijo que se harían algunas concesiones. En el tema de las listas abiertas, por ejemplo, sólo se comprometió a incorporar a algunos independientes, cosa que Esquerra ya hace en todas las elecciones".

Y la revisión del pacto con el PSC e ICV sigue siendo un tema tabú. Además, prometió que se hará todo lo posible por desarrollar una ley de consultas populares, sin referirse para nada a un referéndum, pero esa posibilidad ya está contemplada en el Estatuto”, señaló a El Confidencial una fuente crítica.

Pero eso no es todo. Los críticos afirman que la dirección ha empleado “guerra sucia” en la preparación de la Conferencia Nacional. “Ha estado tratando de que no se celebrasen asambleas locales para discutir las ponencias y sabemos que a militantes críticos no se les envió el boleto de suscripción, por lo que no podrán participar en la Conferencia”, añade la misma fuente.

Este es, precisamente, el principal problema que tiene la dirección: ERC es un partido asambleario y pueden participar todos los militantes que lo deseen. Para la próxima reunión, por ejemplo, se han apuntado 2.800 de un total de 10.000 militantes.

Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) vive uno de los momentos más tensos de los últimos años con un grave enfrentamiento interno entre la dirección oficialista y dos corrientes críticas que apuestan claramente por el independentismo y que abogan por romper incluso el Tripartito catalán retirando su apoyo al presidente de la Generalitat, José Montilla. Para los críticos, ERC ha de seguir una estrategia rupturista y situar como prioridad absoluta la consecución de la independencia.