Los tentáculos de la mafia rusa: de Teixidó a la 'Operación Avispa'
Convergència i Unió (CiU) recibió un duro golpe mediático a la vuelta del verano de 2006. Por aquellas fechas, se conoció la relación del diputado Antoni
Convergència i Unió (CiU) recibió un duro golpe mediático a la vuelta del verano de 2006. Por aquellas fechas, se conoció la relación del diputado Antoni Fernández Teixidó (que ocupa el noveno lugar en la lista electoral de Artur Mas, además de ser vicesecretario de Economía e Innovación en Convergència) con el capo ruso M. T., quien fue detenido en junio de 2005 en el marco de la Operación Avispa, dirigida por el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu.
Era el primero de los altos cargos en estar bajo sospecha, como se hizo eco este diario. Según la investigación, tres documentos vinculaban a Fernández Teixidó con M. T.: un contrato entre las empresas de ambos para asesoramiento; el nombre del político dentro del organigrama del pequeño imperio empresarial de M.; y una carta en la que el parlamentario agradecía al ruso las atenciones durante una cena.
Tras un breve paso por el Centro Democrático y Social (CDS) en Cataluña, la “pasión” por los negocios de Teixidó le llevó a relacionarse con un estrecho círculo de convergentes de pro que al final terminaron aupándolo en el partido de Jordi Pujol. En realidad, llegó a Convergència en 1993 de la mano del hijo mayor del presidente de la Generalitat y pronto se ganó la confianza de éste hasta que en el 2002 fue nombrado una especie de “superconsejero” con las áreas de trabajo, industria, comercio, consumo y turismo bajo su responsabilidad.
El segundo de los implicados con la mafia rusa fue el ex presidente de la Diputación de Tarragona y actual alcalde de L’Alforja, Josep Mariné, que hace pocas semanas fue imputado por el juez Baltasar Garzón bajo la sospecha de que colaboraba con una peligrosa organización descabezada el año pasado en la Costa Dorada y la costa de Almería.
En una operación denominada Mármol Rojo, iniciada por el juez Grande-Marlaska el pasado año y que ahora dirige el juez Garzón, las fuerzas de seguridad detuvieron a la cúpula de la organización mafiosa en España, dirigida por Mijail Medvedev, que residía en una lujosa finca de Pedralbes, la zona alta de Barcelona.
En total, fueron apresadas 13 personas, entre los que se encontraban el empresario José Antonio Casanovas (que ya fue condenado en los años 90 por un asunto de compra de facturas falsas), el también empresario de Reus Antonio Alonso (junto a su esposa y su hijo), presidente del equipo de fútbol y de hockey de Reus, el concejal del Partido Andalucista de Vera (Almería) Francisco Vázquez y los lugartenientes del mafioso, Oleg Kharchenko y Volodimir Yaskovets. La banda había lavado dinero por un monto de unos 100 millones de euros mediante inversiones de terrenos y viviendas de lujo en toda la costa mediterránea.
Todas estas conexiones han creado a lo largo del tiempo una gran preocupación en el seno de CiU, cuya dirección ha debatido ampliamente el tema. El partido cerró filas y decidió dar apoyo total a Teixidó. Sin embargo, las ramificaciones del grupo de rusos pueden ir más allá y extenderse hacia otros sectores que podrían enturbiar la imagen del diputado y, por extensión, del partido.
Convergència i Unió (CiU) recibió un duro golpe mediático a la vuelta del verano de 2006. Por aquellas fechas, se conoció la relación del diputado Antoni Fernández Teixidó (que ocupa el noveno lugar en la lista electoral de Artur Mas, además de ser vicesecretario de Economía e Innovación en Convergència) con el capo ruso M. T., quien fue detenido en junio de 2005 en el marco de la Operación Avispa, dirigida por el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu.