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El PSOE pierde Canarias pero gana Baleares, mientras Navarra continúa en el alero
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El PSOE pierde Canarias pero gana Baleares, mientras Navarra continúa en el alero

Las relaciones personales se han convertido en pieza clave en las negociaciones sobre los gobiernos de las tres autonomías que auguraron un cambio de signo tras

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El PSOE pierde Canarias pero gana Baleares, mientras Navarra continúa en el alero

Las relaciones personales se han convertido en pieza clave en las negociaciones sobre los gobiernos de las tres autonomías que auguraron un cambio de signo tras las elecciones. El PSOE perdió ayer Canarias porque su candidato, Juan Fernando López Aguilar, se lleva tan mal con su rival de Coalición Canaria, Paulino Rivero, que esto se convirtió en un obstáculo insalvable. En cambio, ganó Baleares, también por las malas relaciones. Allí todo apunta a que Maria Antònia Munar (Unió Mallorquina) dará su apoyo al socialista Francesc Antich en vez de a Jaume Matas, el líder del PP que hasta intentó encarcelar a su todavía socia. En Navarra, Fernando Puras (PSN) avanza cada día más hacia una coalición con Patxi Zabaleta, de Nafarroa Bai, e IU.

“Sólo hay una cosa peor que perder: ganar, pero que tu victoria sea inútil”. La sentencia, del popular Alberto Ruiz Gallardón podría aplicarse a López Aguilar. El pasado 27 de mayo el PSOE obtuvo en Canarias un resultado histórico: de ser la tercera fuerza más votada, se convirtió en la primera con la sorpresa adicional de la mayoría absoluta que logró en Las Palmas. Pero para sus 26 escaños del Parlamento necesita el apoyo de Coalición Canaria (19 diputados), frente a los 15 del PP.

A López Aguilar le ha durado el subidón de adrenalina dieciocho días, el tiempo dedicado a negociar un pacto con CC y que finalizó ayer cuando este último anunció la ruptura de las conversaciones y la invitación a que explore un acuerdo con el PP. En este tiempo hablaron de la reforma del Estatuto, el empleo, la vivienda o la inmigración. Aunque los avances no fueron suficientes para “obviar quién era el candidato socialista”, según el secretario de Organización de CC, José Miguel Barragán.

Y es que López Aguilar no ha tendido puentes de confianza suficientes con Rivero. Ambos han convivido en el Congreso como diputados en los últimos siete años, pero su relación fue deteriorándose con el tiempo, en especial cuando López Aguilar se convirtió en ministro de Justicia, y permitió el frenazo a la reforma estatutaria, por ejemplo. Además, CC opina que su caída electoral es fruto de su apoyo al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. En concreto, por la mala gestión de la inmigración ante la avalancha de pateras.

En Canarias se asiste a una escenificación política hasta llegar a la casilla final: a un gobierno presidido por Paulino Rivero y apoyado por el PP. Así se ha valorado en las reuniones de estrategia popular, en las que se descarta gobernar en coalición ya que la anterior experiencia acabó hace dos años como el rosario de la aurora. Al líder socialista le ha pasado como al PP en Cantabria que, aunque gane por goleada, las relaciones personales y entre partidos superan toda lógica de la Realpolitik.

“¿Qué me pides?”

Ésa fue la pregunta que Jaume Matas lanzó ayer a María Antònia Munar nada más sentarse a comer para abordar, juntos por primera vez, un posible gobierno en Baleares. Ella se quedó sorprendida: esperaba un despliegue de ofertas y no esa pregunta, ni tampoco ese folio tan inconcreto que le acababa de entregar. Oferta difusa donde las haya: el papel citaba en cuatro áreas futuros pactos sobre turismo, dependencia, sanidad y hasta cambio climático, pero sin distribuir responsabilidades ni objetivos, según fuentes conocedoras de la conversación.

La ruptura estaba consumada. Matas había sido forzado por Génova a negociar con su socia, cuando quiso derrotarla durante la campaña y hasta la intentó procesar. Tras el almuerzo, Munar anunció que apoyaría a un gobierno socialista en el Ayuntamiento de Palma y que el lunes respondería al PP.

Las relaciones personales se han convertido en pieza clave en las negociaciones sobre los gobiernos de las tres autonomías que auguraron un cambio de signo tras las elecciones. El PSOE perdió ayer Canarias porque su candidato, Juan Fernando López Aguilar, se lleva tan mal con su rival de Coalición Canaria, Paulino Rivero, que esto se convirtió en un obstáculo insalvable. En cambio, ganó Baleares, también por las malas relaciones. Allí todo apunta a que Maria Antònia Munar (Unió Mallorquina) dará su apoyo al socialista Francesc Antich en vez de a Jaume Matas, el líder del PP que hasta intentó encarcelar a su todavía socia. En Navarra, Fernando Puras (PSN) avanza cada día más hacia una coalición con Patxi Zabaleta, de Nafarroa Bai, e IU.