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El Titadyn sale del armario
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El Titadyn sale del armario

Dinitrotulueno, nitroglicerina, nitrato amónico, metenamina, nitroglicol, dibutilftalato... La madre de todas las batallas del juicio del 11-M, la que protagonizan los peritos que han redactado los

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El Titadyn sale del armario

Dinitrotulueno, nitroglicerina, nitrato amónico, metenamina, nitroglicol, dibutilftalato... La madre de todas las batallas del juicio del 11-M, la que protagonizan los peritos que han redactado los diferentes informes sobre los explosivos empleados en la matanza, ha comenzado. Y lo ha hecho con tal avalancha de términos científicos que amenaza con acabar en un par de sesiones con la salud de todo aquel que asista a ellas y no tenga en su haber un par de master en Química y un doctorado en dinamita por la Universidad de Oxford. Hasta once expertos se han sentado hoy juntos ante el Tribunal en un debate a lo 59 segundos que ha moderado como ha podido el juez Javier Gómez Bermúdez y en el que, al menos, todos los peritos han llegado a un conclusión unánime: lo que estalló en los trenes fue dinamita... sin más nombre ni apellidos.

No es mucho, la verdad, sobre todo teniendo en cuenta que estaban presentes los ocho peritos -dos de la Policía, dos de la Guardia Civil y cuatro nombrados por acusaciones y defensas- a los que el juez Bermúdez encargó hace tres meses y medio que se dedicaran en cuerpo y alma a aclarar de una vez por todas cuál fue la mortífera arma homicida utilizada aquel 11 de marzo. Claro que, tampoco se podía esperar mucho más después de que el pasado 16 de mayo estos ocho mismos expertos entregaron un informe de 2.397 folios -222 de ellos de conclusiones- en el que ni siquiera pudieron ponerse de acuerdo en algo aparentemente tan evidente como cuál era el explosivo que se recuperó sin estallar: para cinco era Goma 2 Eco y para los tres restantes, simplemente Goma 2.

Por todo ello, no resultó extraño que la sesión de este lunes amenazara por momentos con ser una discusión sin fin sobre si el quimicefa recomendaba o no lavar con agua y acetona las muestras que se recogían en los focos de la explosiones, o si el manual de uso del buen químico admite la metenamina como animal de compañía de la Goma 2 cuando ésta ha pasado por un cromatógrafo de gases. Al final, la mayoría de los peritos ha aceptado que el baño con quitaesmaltes, más que una maldad enfocada a borrar pruebas, es un método indispensable para detectar los componentes orgánicos y algunos inorgánicos que pueden dejar las bombas cuando estallan. Y que lo de la malvada metenamina encontrada en un cartucho utilizado como patrón y en otra muestra -un detalle que fue considerado durante algún tiempo como una de las pruebas claves de los agujerólogos- no era más que fruto de una reacción química incontrolada al analizar las muestras con una fuente de calor.

Más discrepancias ha habido con la presencia en la muestra bautizada como M-1 de nitroglicerina, un elemento presente en el Titadyn etarra, pero no en la Goma 2 ECO. Para una parte de los peritos -a los que se ha unido la jefa del laboratorio de los Tedax que fue la primera que analizó la misma-, el hallazgo en los últimos análisis de este componente en esos poco más de tres gramos de polvo rosáceo de extintor que se recogieron en uno de los focos de las bombas de El Pozo es tan sorprendente como accidental y no puede ser más que fruto de una contaminación. Para otros, sin embargo, lo de la contaminación es un cuento chino que intenta ocultar como sea que este dato, por si solo, es capaz de involucrar a ETA en estos atentados y en la muerte de Manolete.

Dinitrotulueno, nitroglicerina, nitrato amónico, metenamina, nitroglicol, dibutilftalato... La madre de todas las batallas del juicio del 11-M, la que protagonizan los peritos que han redactado los diferentes informes sobre los explosivos empleados en la matanza, ha comenzado. Y lo ha hecho con tal avalancha de términos científicos que amenaza con acabar en un par de sesiones con la salud de todo aquel que asista a ellas y no tenga en su haber un par de master en Química y un doctorado en dinamita por la Universidad de Oxford. Hasta once expertos se han sentado hoy juntos ante el Tribunal en un debate a lo 59 segundos que ha moderado como ha podido el juez Javier Gómez Bermúdez y en el que, al menos, todos los peritos han llegado a un conclusión unánime: lo que estalló en los trenes fue dinamita... sin más nombre ni apellidos.