Moncloa teme que el ‘duro’ Rufi Etxeberría se haya hecho con el control de Batasuna

El creciente protagonismo en el proceso de paz del dirigente abertzale Rufi Etxeberría-considerado la cabeza visible del sector más radical de Batasuna- preocupa, y mucho, en el Palacio de La Moncloa, según ha podido constatar El Confidencial en fuentes del Ejecutivo. De hecho, el Gobierno cree que gran parte del endurecimiento en los últimos días del discurso de la ilegalizada formación -incluida la filtración al diario Gara de unos supuestos compromisos entre ETA e interlocutores socialistas- es fruto de su cada vez mayor poder sobre el conjunto de la izquierda abertzale.

“[Arnaldo] Otegi es la imagen, pero el cerebro de toda la estrategia de Batasuna es otro. Y ese ‘otro’ estamos convencidos de que es Rufino Etxeberría”, apuntaban recientemente a este diario fuentes de Moncloa. Una sospecha que se comenzó a forjar a comienzos de este año, cuando se conoció que Rufi, después de un tiempo apartado de la primera línea de la política tras su salida de la cárcel en 2004 -estuvo en prisión desde mayo de 2002, acusado de integración en banda armada en la causa sobre la financiación de ETA a través de las herriko tabernas-, había sido elegido para formar parte de la Mesa Nacional de la ilegalizada formación, el máximo órgano de dirección.

En mayo, Batasuna le nombró miembro de la comisión negociadora de seis personas que se sentará en una hipotética Mesa de Partidos, en un intento de blindarle a él y a sus otros cinco integrantes -entre los que está Otegi- ante el acoso judicial. Y, finalmente, el pasado jueves, otra vez junto a Otegi y la joven Olatz Dañobeitia, formó parte de la delegación de la izquierda abertzale que se reunió en el Hotel Amara Plaza, de San Sebastián, con el secretario general del PSE, Patxi López.

El altercado con Ares

Precisamente, en esa reunión -según coinciden en apuntar varias fuentes conocedoras del desarrollo de la misma- se produjo un altercado entre Rufi Etxeberría y el segundo representante de los socialistas vascos, Rodolfo Ares. Aunque fuentes del propio PSE reconocen que el incidente pudo ser provocado por su propio compañero de siglas –quien, por otra parte, es uno de los dirigentes del partido más reacio a los contactos con Batasuna-, este suceso ha servido a Moncloa para reafirmarse en su impresión, y también en su temor, de que el dirigente abertzale está acaparando poder en el seno de Batasuna.

Fuentes socialistas vascas consultadas por El Confidencial discrepan con Moncloa sobre el papel y, sobre todo, el temor a Rufi Etxeberría. “Es duro al negociar, es cierto, pero de ahí a decir que ha marginado a Otegi hay un abismo”, apuntan. No obstante, estas mismas fuentes reconocen que el discurso de Batasuna sí ha sufrido un brusco y sorpresivo cambio justo después de su reunión con el PSE, a pesar de las buenas palabras que la formación hizo públicas tras dicho encuentro.

Un cambio que se comenzó a fraguar dos días después de éste, cuando uno de los portavoces de la ilegalizada formación, Joseba Permach, rescató en una rueda de prensa el discurso más ortodoxo de Batasuna y exigió al Gobierno la derogación de la Ley de Partidos y el regreso a la legalidad de la izquierda abertzale. La dura respuesta de Ares -considerada por algunos compañeros como excesiva- no ayudó a apaciguar los ánimos. De hecho, algunas fuentes apuntaban ayer a este diario que la noticia del lunes del diario Gara puede ser fruto, precisamente, de esta dinámica de acción-reacción