Ibercaja Banco ultima cambios en su comité de dirección para el nuevo plan estratégico

Nuevo equipo para nuevos retos. Ibercaja Banco prepara cambios en el comité de dirección que anunciará en las próximas semanas, según fuentes financieras consultadas por este medio. Coincidirá con el nuevo plan estratégico cuyo diseño última el grupo aragonés, y que se dará a conocer en los primeros meses del año. Desde Ibercaja no hicieron comentarios.

Lo más claro del nuevo comité de dirección es quién lo liderará, el consejero delegado Víctor Iglesias, que hace algunos meses renovó hasta 2027. Se ha confirmado así como uno de los CEO con una trayectoria más larga en el sector, junto a Gonzalo Gortázar, de CaixaBank. También se da por hecha la salida de alguno de los directivos históricos del grupo, como el jefe de Personas, Rodrigo Galán, que se retira por jubilación.

Otro de los cambios con los que se especula en el entorno del grupo aragonés es con la creación de una gran dirección de negocio. Esta área está actualmente dividida en tres: Red de Oficinas, que lleva José Ignacio Oto; Banca de Empresas, que dirige María Teresa Fernández, y Marketing y Estrategia Digital, bajo el mando de Ignacio Torre.

Ibercaja ha tenido tradicionalmente hasta hace unos años direcciones de negocio sólidas. De hecho, el actual CEO ocupó esta posición hasta que fue ascendido a su actual cargo en 2015.

Pesos pesados

Al margen de estos posibles cambios, todo apunta que los pesos pesados de la cúpula de Ibercaja Banco seguirán en el proyecto en el nuevo plan estratégico. Junto a los responsables de negocio, los más conocidos de la cúpula son el director de Financiero, Antonio Martínez; el director de Medios, José Palma; el responsable de Grupo Financiero, Luis Miguel Carrasco, y la responsable de Riesgos, Raquel Martínez.

Ibercaja está culminando actualmente el plan estratégico 2021-23, en el que ha contado con el viento de cola de las subidas de los tipos de interés. Se marcó la meta de superar una rentabilidad (RoTE) del 7%, que posteriormente elevó al 9% y ya cumple con un 11%. También buscaba tener el capital por encima del 12,5%, frente al 12,9% actual; la tasa de activos tóxicos, por debajo del 4%, está en el 2,9%; y elevar el pay out (porcentaje de beneficio que se distribuye a accionistas) por encima del 50%, lo que ha logrado al situarlo en el 60%. Asimismo, se fijó metas de crecer en banca personal, seguros y empresas.

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Pero el eje central de la estrategia era seguir independiente. Cuando presentó su plan, Ibercaja estaba obligada a salir a bolsa, algo que esquivó gracias al tiempo conseguido por el covid, que le permitió convencer al Banco de España de usar la vía Kutxabank: dotar un fondo de reserva que le permita capitalizarse en caso de problemas.

De cara al próximo plan, Ibercaja afronta incertidumbres como sus competidores. Lo lanzará en un momento en el que el sector da por hecho que los ingresos han tocado techo, con amenazas sobre los gastos en depósitos, sueldos y provisiones, y con poca concesión de créditos. La banca descuenta un volátil 2024 y un mal 2025. La esperanza para el sector, y por ello Ibercaja, es que 2026 vuelva a ser buen año, coincidiendo con el ejercicio en el que fijará los objetivos del nuevo plan estratégico.