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Iberdrola recibe las ofertas por España para seducir a las amenazantes agencias de rating
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Iberdrola recibe las ofertas por España para seducir a las amenazantes agencias de rating

Iberdrola recibió este lunes las ofertas no vinculantes para vender un 25% del capital de su filial de distribución en España por hasta 3.000 millones.

Foto: El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, durante su intervención ante la junta de accionistas. (EFE)
El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, durante su intervención ante la junta de accionistas. (EFE)

Iberdrola recibió este lunes las ofertas no vinculantes para vender un 25% del capital de su filial de distribución en España, una operación que, de concretarse, le supondría unos ingresos de hasta 3.000 millones que la eléctrica destinaría a bajar aún más su deuda. Una obsesión de Ignacio Sánchez Galán para conseguir que las agencias de rating le mejoren la solvencia por primera vez en dos años.

La compañía energética confirmó ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que “está analizando diferentes alternativas de desinversión de sus activos”, en relación a la información adelantada por El Confidencial sobre las conversaciones para vender una parte de su negocio en nuestro país. El grupo matizó que, “hasta la fecha, Iberdrola no ha adoptado ninguna decisión al respecto” para advertir de que la operación no ha pasado todavía por el comité ejecutivo y por el consejo de administración.

Sin embargo, el proceso está más avanzado de lo que la compañía trasladó a los numerosos brókeres y bancos de inversión que le preguntaron por la transacción. Pepe Sainz Armada, director financiero, y Pedro Azagra, responsable de desarrollo corporativo, echaron balones fuera y remitieron a los interesados a la intervención de Sánchez Galán en la presentación de los resultados del primer trimestre que la compañía anuncia este miércoles.

Porque Morgan Stanley, el asesor de Iberdrola, recogió el pasado lunes las primeras ofertas cursadas por los potenciales compradores para que sean analizadas por la alta dirección. Aunque la operación está totalmente autorizada por el presidente, el ingeniero salmantino quiere mantener la prudencia hasta conocer qué precio puede obtener por un activo por el que existe mucho interés en el mercado. No quiere que le ocurra como en procesos similares en Brasil, Estados Unidos y Reino Unido, cuando analizó sin éxito dar entrada a un socio financiero.

Sin embargo, la situación es totalmente distinta respecto a cuando intentó esas transacciones. Los bajos tipos de interés en Europa y la certeza de que se mantendrá la moneda única han atraído a numerosos fondos de pensiones e infraestructuras, como los de Goldman Sachs y el propio Morgan Stanley, así como otros que gestionan los dineros de colectivos como los profesores de Ontario, Canadá. La australiana Macquerie también ha mirado los números de Iberdrola Distribución pese a que su negocio todavía está pendiente de la aprobación de la nueva regulación en España.

Fuentes oficiales de Iberdrola insistieron en la cautela y rechazaron dar indicaciones de qué haría el grupo de concretar la desinversión de su negocio en España. Pero fuentes financieras señalan que la compañía podría aprovechar estos ingresos extraordinarios para darle un buen bocado a su deuda neta, que al cierre del pasado año alcanzaba los 28.053 millones. Una cifra elevada, que sitúa la relación del apalancamiento operativo en el 44%.

El volumen es inferior a los 30.324 millones de pasivo que Iberdrola soportaba en diciembre de 2012. Pero esta mejora no ha servido para que las agencias de rating le hayan levantado el castigo al grupo, que ha ido refinanciando sus préstamos y sus bonos para aprovecharse de la bajada de los tipos de interés. Al contrario, la eléctrica sigue pendiente de la posible revisión a la baja de Fitch, según consta en el informe anual de 2013.

Esta sociedad todavía no se ha pronunciado sobre la solvencia de Iberdrola tras el último rejón aprobado por el Gobierno de Mariano Rajoy en febrero. Tampoco lo han hecho Moody´s y Standard & Poor´s, que desde 2012 tienen la perspectiva en negativa y estable, respectivamente. Ese año le bajaron el rating un par de veces a la compañía bilbaína, lo que alertó a Galán de la necesidad imperiosa de vender activos y adelgazar.

Pese a los esfuerzos en esta dirección, con las enajenaciones de filiales en Alemania, Chile, Francia, Polonia y Argelia, Iberdrola no ha conseguido cumplir con sus objetivos financieros de beneficio y ebitda, lo que le ha llevado a actualizar dos veces en apenas 24 meses su plan de negocio y su estrategia. Unos cambios constantes que le han obligado a bajar sensiblemente el dividendo y que deben ser avalados por los próximos exámenes ante las agencias de calificación.

Iberdrola recibió este lunes las ofertas no vinculantes para vender un 25% del capital de su filial de distribución en España, una operación que, de concretarse, le supondría unos ingresos de hasta 3.000 millones que la eléctrica destinaría a bajar aún más su deuda. Una obsesión de Ignacio Sánchez Galán para conseguir que las agencias de rating le mejoren la solvencia por primera vez en dos años.

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