Es noticia
Los sindicatos, de grandes enemigos a aliados de las empresas
  1. Empresas
MANTIENEN EL DISCURSO COMBATIVO DE CARA A LA GALERÍA

Los sindicatos, de grandes enemigos a aliados de las empresas

Los sindicatos mantienen un discurso combativo contra las compañías y las medidas laborales del Gobierno, pero solo de cara a la galería. Desde el mundo empresarial

Los sindicatos mantienen un discurso combativo contra las compañías y las medidas laborales del Gobierno, pero solo de cara a la galería. Desde el mundo empresarial reconocen que, en las negociaciones, las organizaciones de los trabajadores aflojan. El momento es crítico y la supervivencia de las empresas y de los puestos de trabajo pasa por que los empleados y sus representantes hagan concesiones. Y se están haciendo:los sindicatos han pasado a ser grandes aliados en esta crisis y en medio del debate interno sobre su renovación, según fuentes empresariales.

Las organizaciones empresariales intentan evitar las generalizaciones, pero reconocen que sí ha habido un cambio en la postura de los sindicatos. “La situación es de tal gravedad que, al final, se impone el sentido común sobre la necesidad de las empresas de adaptarse al nuevo entorno para sobrevivir. La realidad es muy tozuda y los sindicatos han visto que para los intereses que defienden, los de los trabajadores, es imprescindible la supervivencia de las compañías”, afirma José Antonio Neira, director de relaciones laborales de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG).

“De puertas para afuera los sindicatos se están mostrando muy beligerantes, pero de puertas para adentro, lo cierto es que hay que llegar a acuerdos que benefician tanto a las empresas, como a los trabajadores, aunque eso implique concesiones. La situación es la que es”, comenta un portavoz de la patronal catalana Foment de Treball Nacional.

Cifras hinchadas

La patronal catalana pone un ejemplo: “Los sindicatos están hablando públicamente de que en Cataluña 800.000 trabajadores se quedarán sin convenio porque las empresas no quieren llegar a un acuerdo, tras la retirada de la ultraactividad” -el Gobierno suprimió en 2012 la ultraactividad o renovación automática de los convenios cuando no hay acuerdo-. Sin embargo, “esas cifras que utilizan los sindicatos en sus discursos están hinchadas” y la realidad es que “se están firmando los convenios, que los sindicatos están negociando y colaborando”, explicaFoment de Treball. Hasta julio queda tiempo para llegar a acuerdo sobre estos convenios y no se sabrá la cifra final de trabajadores que se quedarán sin la cobertura de uno. Según los datos de esta organización, de los 55 convenios sectoriales cuya vigencia finaliza el próximo 8 de julio, hay una veintena prácticamente cerrados y doce ya han sido publicados en los boletines oficiales.

Los expertos creen que deben reconvertirse y señalan como ejemplo los sindicatos de los países escandinavos: necesitan despolitizarse. Sandalio Gómez, titular de la Cátedra SEAT de Relaciones Laborales del IESE, destaca que lo que deberían hacer los sindicatos es reducir su carga ideológica, profesionalizarse, renovar los cuadros directivos para dejar entrar a gente con otra preparación y más joven, cambiar y flexibilizar su forma de negociación y ofrecer mayores servicios a los afiliados. Una opinión muy similar manifiesta Pablo Nuevo, profesor de la Universidad CEU San Pablo, quien, además, destaca que sería importante que prestasen más atención a los autónomos y asegura que “los sindicatos parecen anclados en el pasado”.

Los sindicatos, por su parte, han puesto en marcha algunas iniciativas para tratar de reconquistar el apoyo popular ante el descenso de los afiliados y reivindican que, si hay menos movilización, es por el miedo y desánimo de los trabajadores, pero defienden su modelo. En concreto, tanto UGT como CCOO subrayan que se está poniendo especial atención en los parados, en defender sus derechos y facilitarles, con la bajada o eliminación de las cuotas, la permanencia en el sindicato.

Un portavoz de UGT contesta a quienes acusan a los sindicatos de no evolucionar: “Si no nos hubiéramos ido adaptando a los cambios del mercado laboral y del mundo empresarial, no habríamos sobrevivido 125 años” y asegura que ellos estarían encantados de cambiar a un modelo de representación de los afiliados, como en el norte de Europa.

El sistema en España difiere del modelo nórdico en una cuestión básica y que viene marcada por la ley: los sindicatos representan a todos los trabajadores y negocian las condiciones laborales no solo para sus afiliados, sino para el conjunto de la población. Por este motivo reciben subvenciones y es una de las razones por las que dicen que en nuestro país el número de personas que pagan cuotas es muy inferior al de otros. “Con el modelo nórdico, solo defenderíamos los intereses de quienes perteneciesen al sindicato. Crecería muchísimo la afiliación y los sindicatos ganarían poder, pero eso no les interesa a los empresarios”.

Los sindicatos mantienen un discurso combativo contra las compañías y las medidas laborales del Gobierno, pero solo de cara a la galería. Desde el mundo empresarial reconocen que, en las negociaciones, las organizaciones de los trabajadores aflojan. El momento es crítico y la supervivencia de las empresas y de los puestos de trabajo pasa por que los empleados y sus representantes hagan concesiones. Y se están haciendo:los sindicatos han pasado a ser grandes aliados en esta crisis y en medio del debate interno sobre su renovación, según fuentes empresariales.