Claves para conocer tu perfil de inversor (y qué productos te convienen)

¿Bolsa o Letras del Tesoro? ¿Corto o largo plazo? ¿Europa u otros mercados? Existen multitud de posibilidades a la hora de invertir, y en muchas ocasiones, escoger el producto que mejor se adapte a nuestro perfil no es tarea fácil. Precisamente para allanar este camino, Miriam Ordinas, Responsable de Asesoramiento de Deutsche Bank España; y Leopoldo Abadía, profesor y escritor, explican en el séptimo programa de Referentes de Inversión los principales productos de inversión que existen en el mercado y cuáles son sus ventajas e inconvenientes.

Referentes de Inversión es un proyecto audiovisual impulsado por Deutsche Bank donde se analiza en formato video y pódcast, de la mano de grandes expertos en economía, el mundo de las finanzas desde el prisma de la actualidad.

Antes de detallar los diferentes instrumentos de inversión (renta variable, renta fija, fondos de inversión...), Leopoldo Abadía, profesor y escritor español, destacó que "nada es tan importante en el mundo de la inversión como conocerse a uno mismo. Si es un inversor atrevido, conservador, para qué quiere la inversión, durante cuánto tiempo, etc." Bajo su punto de vista, solo así podremos diseñar nuestro perfil de riesgo, es decir, "nuestro objetivo, el riesgo que estamos dispuestos a asumir y el tiempo que mantendremos la inversión".

Para realizar este ejercicio "debemos analizar nuestras necesidades actuales y definir el horizonte temporal", preguntándonos "cuánto dinero necesito para mi día a día y cuánto puedo destinar a invertir a largo plazo".

Una vez hecho esto, lo más importante, según Miriam Ordinas, Head of Offering Management de Deutsche Bank, es diversificar: "Una cartera de inversiones es como una orquesta en la que no hay instrumentos mejores o peores, sino que se complementan; donde cuentas con gestores especializados que hacen la función de director de orquesta que te permiten estar tranquilo y en línea con tu perfil de riesgo".

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Principales tipos de activos

Renta variable. Principalmente son acciones de compañías que, al contrario de lo que ocurre con los bonos, no tienen un cupón establecido ni devuelven la inversión a vencimiento. La rentabilidad en este caso se consigue por el reparto de dividendos y la apreciación del valor de las acciones. Tienen mayor riesgo pero es posible obtener más rentabilidad.

Renta fija. Los bonos son emisiones de deuda que permiten al Estado y a las empresas financiarse, realizando una promesa de pago de una renta, llamada cupón, que puede ser fijo o variable. Se conoce la rentabilidad; el riesgo está en la probabilidad de impago del emisor.

Los fondos de inversión acogen ambos tipos de activo. Son vehículos gestionados por una entidad que unifican dinero aportado por distintos participes. Como explican los expertos, "un fondo de renta fija invierte en un montón de bonos; y uno de renta variable, por ejemplo, en vez de invertir en una sola empresa americana, invierte en 40 acciones de varias compañías americanas". Al diversificar "los riesgos disminuyen". Se trata, por tanto, de "no tener todos los huevos en la misma cesta".

"La renta variable -añade Ordinas- sería el violín de nuestra orquesta. El instrumento más estable, el que siempre tiene que estar". En cualquier caso, la experta destaca la importancia de "diversificar, mantenerse invertido y contar con un buen gestor que sea consistente ya que los activos nos irán funcionando siempre de forma diferente. Esta es la combinación perfecta".

*Puede ver el resto de contenidos de Referentes de Inversión en su página web.

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