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Así funciona la 'granja de ordenadores' que está revisando tu declaración de la renta
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Así funciona la 'granja de ordenadores' que está revisando tu declaración de la renta

El año fiscal acabó el 30 de junio y el sistema informático que revisa sin descanso nuestro rastro financiero se encarga de cotejar, comparar y analizar en busca de indicios de fraude

Foto: Ilustración: Raúl Arias.
Ilustración: Raúl Arias.

“Cuando entré en la Agencia Tributaria, a mediados de los ochenta, arriesgarse a defraudar merecía la pena a mucha gente. Era complicado que te pillasen. Ni siquiera teníamos ordenadores en las mesas. Se trabajaba con carpetas, con intuición, abriendo inspecciones o mandando requerimientos por prioridades. Ahora la cosa ha cambiado. Tenemos programas muy potentes que cruzan millones de datos todos los días y que hacen muy difícil escapar al control sin una estructura compleja y buen asesoramiento. Para el común de los contribuyentes, cada vez es más difícil escaparse". Lo dice un técnico de Hacienda con décadas de experiencia. Alguien que mira atrás y no entiende cómo se podía pensar en controlar a los contribuyentes sin la ayuda de máquinas.

El fisco, administración pionera en el cruce de datos informatizados en España, está llevando a un nuevo nivel el tratamiento de nuestro rastro fiscal y personal, aprovechando la información disponible sobre nuestras vidas en cientos de bases de datos y en internet. “Ahora estamos llegando a una etapa crucial en la que se requiere dar otro salto cualitativo”, dice José Luis Groba, presidente de la Asociación de Inspectores de Hacienda. Las prioridades, explica, pasan por incrementar el uso del llamado ‘big data’, la recolección y análisis de ingentes cantidades de información en busca de patrones, discrepancias...

Foto: Rueda de prensa del Consejo de Ministros. (EFE)

En el campo tributario, los resultados de cada pequeño salto tecnológico son inmediatos. Solo así se explica que la AEAT consiga batir récords de recaudación cada año en la lucha contra el fraude a pesar de haber perdido cerca de 4.000 efectivos durante la crisis. El factor decisivo, coinciden las fuentes consultadas, se encuentra encerrado en los 27.000 metros cuadrados del Departamento de Informática, en la calle Santa Magdalena de Madrid. “Allí más que un gran superordenador lo que tenemos es una granja de ordenadores y programas”, describen.

placeholder Sala de control del Departamento de Informática de la AEAT.
Sala de control del Departamento de Informática de la AEAT.

Gran Hermano

No se trata, concretan, de una ‘máquina gigante’ como antaño, sino de torres conectadas en red y protegidas por un 'firewall' contra intrusos y 'hackers'. El sistema cuenta con una réplica exacta, “de respaldo”, en otro lugar de la Comunidad de Madrid. “Y cada edificio”, indican fuentes de la AEAT, “está dotado de la capacidad de proceso y almacenamiento necesaria para dar servicio a toda la demanda requerida”. Por lo que pudiera pasar, disponen también de otras dos copias de seguridad que funcionan en sincronía. “Para fallos lógicos y de aplicación tenemos copias de seguridad con distintas políticas, entre cuatro y 10 copias de los datos, que se guardan en el centro principal”.

La ‘granja’ de ordenadores que vigila nuestra actividad es capaz de rastrear datos personales provenientes de cerca de mil fuentes distintas. Desde movimientos bancarios a páginas de comercio electrónico, pasando por catastros, por la DGT, los concesionarios de coches o las agencias tributarias de terceros países, cada vez más interconectadas gracias a acuerdos como este... “Cada año se añaden nuevas fuentes de información. Por ejemplo, ahora tenemos una herramienta para rastrear automáticamente las webs de alquiler de pisos turísticos tipo AirBnb—. También recibimos datos de las compañías eléctricas, lo que nos permite identificar alquileres sin declarar y demostrar que están siendo ocupados”, detalla Carlos Cruzado, presidente del Sindicato de Técnicos de Hacienda (Ghesta).

Cuando una nueva declaración de la renta ingresa en el sistema, los programas la someten a una comprobación automática en la que entran en juego todas las bases de datos interconectadas. “El sistema le asigna una calificación a cada declaración al mismo tiempo que la tipifica con un conjunto de atributos”, explican. A partir de ahí, es la propia inteligencia artificial la que decide si la empresa o la persona en cuestión necesita ser sometida a una comprobación por parte de un funcionario o si, por el contrario, puede tramitarse automáticamente sin intervención humana. “Las aplicaciones mueven los expedientes a través de un flujo de trabajo definido por los órganos de control y cuando este flujo requiere la acción por parte de un gestor, la aplicación se lo presenta como tarea pendiente”, aclaran.

Metiendo el DNI de una persona se pueden sacar informes muy completos de su actividad, incluso un mapa de sus relaciones personales y con empresas

“Las declaraciones a comprobar se distribuyen territorial y funcionalmente, de modo que cada oficina pueda trabajar esos expedientes según los planes marcados”, añaden en la AEAT. En resumen, los técnicos e inspectores van recibiendo en las pantallas de sus ordenadores las declaraciones que necesitan ser revisadas, ordenadas en función de la gravedad, de los plazos de prescripción, etcétera. “El apoyo informático no acaba aquí. Una vez que tenemos en nuestras manos un expediente, seguimos apoyándonos en programas. Por ejemplo, se pueden pedir informes de personas fiscales en los que el ordenador cruza cientos de datos suyos y de las personas o empresas con las que tiene relaciones, generando un mapa de sus relaciones. Solo hace falta meter su DNI”, explica Cruzado.

placeholder Varias torres de la 'granja informática' de la AEAT.
Varias torres de la 'granja informática' de la AEAT.

La ‘granja informática’ de la AEAT no se dedica únicamente a tramitar y comprobar declaraciones. También analiza el patrimonio y los hábitos de cada contribuyente en busca de cambios bruscos que puedan ayudar a identificar una actividad no declarada. Y detecta patrones para afinar y automatizar los controles, selecciona perfiles de riesgo... Cuando detecta que un tipo de fraude se repite bajo unas determinadas características —por ejemplo, cuentas PayPal para canalizar ingresos no declarados de comercio electrónico—, se establecen 'barridos automáticos' que pueden desembocar en requerimientos masivos. En ocasiones, se capacita a la propia herramienta informática para realizar el envío.

Los programas se actualizan constantemente y, cuando se incorpora una herramienta importante o una base de datos nueva, es frecuente realizar un rastreo en el que se peinan todas las declaraciones que no están prescritas. “La gente piensa que una vez que recibe la devolución ya se puede olvidar de todo, pero en realidad tienen que pasar los cuatro años. Hay expedientes cuya revisión queda latente porque hay indicios de fraude y se estudian antes de su prescripción. En cualquier caso, nos hace falta más personal para acercarnos a la media europea. De los 24.000 trabajadores de la AEAT, solo 5.000 trabajan en inspección, el resto están en aduana, recaudación, etcétera. Lo que ocurre es que las máquinas detectan muchas más cosas de las que somos capaces de revisar los técnicos e inspectores, por lo que muchas inspecciones no se hacen aunque el ordenador haya etiquetado una declaración como sospechosa”, explica Cruzado.

Élite antifraude

El funcionamiento de los ordenadores y programas relacionados con la renta se lleva con cierto secretismo. Se trata de no dar pistas a quienes diseñan fórmulas para defraudar. En total, el sistema cuenta con una memoria de 9,503 terabytes y 12.178 procesadores (un ordenador de sobremesa suele tener entre dos y ocho procesadores y un terabyte). El coste de su funcionamiento, incluyendo el personal pero sin contar licencias y otros gastos, supera los seis millones de euros anuales. El personal que maneja la 'granja' está formado por funcionarios pertenecientes a los cuerpos TIC de la Administración General de Estado, respaldados por personal externo. Según la AEAT, reciben formación continua. "Una mezcla de cursos impartidos por personal interno y externo".

Conseguimos cantidades de datos de empresas que equivalen a varias bibliotecas en información y nos quedamos cortos de personal

La Agencia Tributaria suele presumir de mantener uno de los mejores sistemas informáticos de lucha contra el fraude del planeta. "Recibimos visitas de representaciones tributarias de diferentes países, principalmente de Iberoamérica, Europa e incluso Asia, ya que España es una referencia internacional de primer nivel". Se trata de una impresión con la que coinciden observadores externos consultados y los propios sindicatos. “Hemos sido líderes a nivel mundial en el tratamiento de datos y tenemos el reto de mantener ese liderazgo con el 'big data' y también con el procesamiento de datos”, comenta Groba.

placeholder El director general de la Agencia Tributaria, Santiago Menéndez. (EFE)
El director general de la Agencia Tributaria, Santiago Menéndez. (EFE)

Pero los recortes de personal y los años de la crisis, subrayan, han empezado a hacer mella. Por ejemplo, los inspectores se quejan de que tienen que esperar meses para que alguien analice los datos de los ordenadores que requisan durante sus intervenciones. “Conseguimos cantidades de datos de empresas que equivalen a varias bibliotecas en información y nos quedamos cortos de personal. Necesitamos muchísimos informáticos más, esa es una de las grandes prioridades. Tanto de niveles bajos como altos. Con más personal se podrían desarrollar más aplicaciones y tratar más datos. Y siempre va a ser rentable porque se recaudaría más”, señala Groba.

El poder que otorgan las herramientas a quienes las utilizan se limita mediante un protocolo que técnicos e inspectores definen como "muy rígido". "El acceso está muy controlado. Cualquier cosa que hagas deja rastro y se audita constantemente. Si alguien no es capaz de explicar por qué entró a consultar un dato, puede tener un problema. Y hay muchas sanciones”, dice Cruzado.

Foto: Los propietarios que anuncian su vivienda en plataformas como Airbnb están bajo la lupa de Montoro. (Reuters)

Las prioridades anuales que marca la dirección de la Agencia Tributaria también tienen un reflejo en la transformación del sistema informático. Este año, por ejemplo, se habla de "una nueva herramienta más ágil, potente y certera para el control del patrimonio de las grandes fortunas”. En campañas anteriores se mejoraron las herramientas para el control del comercio electrónico, los nuevos medios de pago y las ventas con IVA al consumidor final.

Para Íñigo Moré, experto en finanzas internacionales, aún quedan toneladas de información sobre los contribuyentes por añadir a las grandes bases de datos de las agencias tributarias para mejorar la lucha contra el fraude. “Hay una interconexión creciente, pero aún hay todavía muchísimo por añadir. Estamos en el décimo aniversario de la Ley de Administración Electrónica, de la pretensión de informatizarse, y ese esfuerzo ha tenido un éxito relativo, cada vez está todo más interconectado. Pero aún falta mucho”.

“Cuando entré en la Agencia Tributaria, a mediados de los ochenta, arriesgarse a defraudar merecía la pena a mucha gente. Era complicado que te pillasen. Ni siquiera teníamos ordenadores en las mesas. Se trabajaba con carpetas, con intuición, abriendo inspecciones o mandando requerimientos por prioridades. Ahora la cosa ha cambiado. Tenemos programas muy potentes que cruzan millones de datos todos los días y que hacen muy difícil escapar al control sin una estructura compleja y buen asesoramiento. Para el común de los contribuyentes, cada vez es más difícil escaparse". Lo dice un técnico de Hacienda con décadas de experiencia. Alguien que mira atrás y no entiende cómo se podía pensar en controlar a los contribuyentes sin la ayuda de máquinas.

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