Los ricos gallegos pierden todo en Novagalicia: el FROB la valora en -3.091 millones de euros

Arranque de semana convulso. El FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria) ha emitido al cierre del lunes la valoración de algunas de las entidades financieras españolas que recibirán ayudas públicas de Bruselas. Estos números dejan una fotografía final del gallego NCG Banco con un resultado negativo de 3.091 millones de euros, una vez valorado su patrimonio, provisiones, saneamiento, beneficios.

Después de estos datos, el FROB, que en la actualidad ya controla el 90% de NCG, se hará con la totalidad de la entidad una vez que inyecte los 5.425 millones de euros destinados por el rescate europeo, una cantidad a la que se llegó tras la valoración presentada hace unas semanas por tres bancos de inversión diferentes, tras un análisis previo realizado por la auditora PWCoopers.

De manera oficial, la comunicación del FROB no especifica qué pasará con las participaciones de la caja de ahorros Novacaixagalicia, que posee un 6,8%, ni con la del grupo de empresarios gallegos, con otro 2%,  tienen en el banco rescatado, aunque todo hace pensar que el valor de sus porcentajes quedará reducido a cero y por tanto habrán perdido sus derechos económicos y políticos.

Hace unas semanas, un grupo de estas fortunas gallegas mantuvo una reunión con los responsables del FROB para saber cómo podían recuperar los 70,4 millones que invirtieron en diciembre del pasado ejercicio. Entre los que acudieron a la llamada de Alberto Núñez Feijoo están la familia Somoza, dueña de Transportes Azkar; Manuel Jové, ex presidente de Fadesa y accionista de BBVA; así como los propietarios de empresas como Gadisa, Coren, Rianxeira, Copasa y Constructora San José.

Cada uno de los 16 afectados aportó una cantidad próxima a 2,7 millones de euros hasta llegar a 45 millones, ya que los 26 millones restantes procedían del acuerdo extrajudicial por el que Novagalicia pagó al propietario de Hierros Añon por una inversión fallida anterior en Corporación Caixa Galicia. La base de su demanda es que la inversión se hizo con el compromiso de José María Castellano, presidente de la entidad financiera, de que captaría al menos 500 millones más de inversores institucionales para capitalizar el nuevo banco.

Sin embargo, lejos de esa promesa, el grupo va a tener que ser rescatado por tercera vez con la inyección de capital público 7.176 millones, según el informe de Oliver Wyman. Al final, la inyección de capital efectuado por el FROB deja a los inversores locales con su aportación esfumada, entregados a que el organismo de rescate acceda a conceder una solución de gracia que Bruselas pueda aceptar. Un imposible si se tiene en cuenta que los accionistas deben ser los primeros en asumir las pérdidas.