SGAE firma la 'paz inmobiliaria' con el mexicano Carlos Slim

Desandar todo lo andado. La Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) tiene pendiente de resolver una de las operaciones inmobiliarias más sonadas del mercado. De acuerdo con fuentes oficiales, la entidad de gestión de derechos está a punto de cerrar la venta de uno de sus activos más singulares que posee a lo largo de Latinoamérica. En concreto, se trata del Teatro Cervantes, emplazado en la capital de México, cuya adquisición está a punto de concretar el empresario local Carlos Slim, considerado el hombre más rico del mundo.

Con una capacidad para 1.400 butacas o hasta casi 2.000 personas de pie, este complejo arquitectónico comenzó a construirse a finales de 2008 tras el acuerdo firmado entre Teddy Bautista, el entonces controvertido presidente de SGAE, y el empresario Carlos Slim. La sociedad española firmó la compra por 25 millones de euros por un terreno dentro del complejo inmobiliario Plaza Carso que el magnate mexicano comenzó a desarrollar entonces, un proyecto faraónico de 600.000 metros cuadrados en el que el Teatro Cervantes completaba parte de la oferta cultural.

Poco antes de que su construcción esté completada, SGAE tiene casi cerrada la venta a Slim, a quien estuvo a punto de dejar colgado por la dificultad para financiar el proyecto. Tras la abrupta marcha de Teddy Bautista, la nueva junta directiva anunció el año pasado la intención de deshacer ARTeria, el holding empresarial creado por el anterior presidente. Este conjunto de empresas estaba compuesto por cinco de los edificios que los autores tienen abiertos y otros diez más en proyecto o construcción, sumando más de 160.000 metros cuadrados bajo gestión.

Como en México, donde también tiene a la venta el Teatro Lírico, el proyecto original que se abandonó tras asociarse con Slim, y el edificio de La Casona, sede de la SGAE en el Distrito Federal, la sociedad de derechos presidida ahora por Antón Reixa ha vendido ya el teatro que tenía en Buenos Aires (Argentina) y tiene previsto hacer lo mismo con sus sedes en Nueva York y Shanghai como parte del plan de ajuste puesto en marcha, a pesar de que la situación del mercado inmobiliaria, al menos en España, no es la más propicia para vender a buen precio.

Más allá del acuerdo con Slim, circunscrito exclusivamente para el espectacular Teatro Cervantes, el grueso de los activos de SGAE se concentra en España. El proyecto ARTeria de Teddy Bautista comprendía una red de teatros y salas repartidas por Santiago de Compostela, Las Palmas, Bilbao, Barcelona, Valencia, Sevilla y Madrid, que la nueva junta directiva, tras encargar un proceso de valoración a Aguirre Newman, ha decidido vender o ceder su explotación, como ha ocurrido con el Lope de Vega y el Coliseum, los teatros de la Gran Vía madrileña.

Algunos de estos proyectos millonarios están ahora la venta antes siquiera de estrenarse, como ocurre con el Auditorio Al-Ándalus, que se construye en la isla de la Cartuja en una parcela de más de 31.000 metros cuadrados que durante la Expo92 albergó los pabellones de Venezuela y Rusia. En 2007 se puso allí la primera piedra para levantar un teatro con 2.000 localidades y un complejo cultural multiusos que estaba llamado a ser "el principal eje dinamizador de la innovación cultural en el vértice que une a España, Iberoamérica y África".

Otros de los activos en venta son inmuebles adyacentes a los teatros, donde SGAE tenía previsto desarrollar complejos de apartamentos de lujo. Según fuentes del mercado, la inmobiliaria Renta Corporación es el candidato a cerrar la compra de estos activos ubicados en Madrid, que necesitan de un proceso previo de rehabilitación y construcción para ser comercializados, un riesgo empresarial que la nueva SGAE no pretende asumir y menos desde que ha decidido centrarse exclusivamente en la razón social que mueve a la Fundación Autor.