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Oliver Wyman estresó las participadas de Bankia, pero no las de La Caixa
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TAMPOCO CONSIDERÓ EL CONSUMO DE CAPITAL SEGÚN BASILEA III

Oliver Wyman estresó las participadas de Bankia, pero no las de La Caixa

Los test de estrés realizados por Oliver Wyman han dejado una serie de agravios comparativos entre entidades al medir con distintos raseros diversas variables del ejercicio.

Foto: Oliver Wyman estresó las participadas de Bankia, pero no las de La Caixa
Oliver Wyman estresó las participadas de Bankia, pero no las de La Caixa

Los test de estrés realizados por Oliver Wyman han dejado una serie de agravios comparativos entre entidades al medir con distintos raseros diversas variables del ejercicio. Una de ellas se refiere a las participaciones empresariales de los bancos, en algunos casos -las entidades nacionalizadas con BFA-Bankia a la cabeza- fueron estresadas (es decir, se asumió una pérdida de valor) mientras que en el resto no se consideraron esasposibles pérdidas. Tampoco se tuvo en cuenta el consumo de capital de estas posiciones en empresas según las normas de Basilea III, lo cual beneficia a la entidad que tiene unas mayores participaciones: La Caixa.

Según fuentes del sector, la razón para esta diferencia de trato es que las entidades nacionalizadas deben vender sus participaciones industriales según las condiciones impuestas por Bruselas para su recapitalización, mientras que La Caixa y el resto de entidades sanas no tienen pensado acometer esas enajenaciones de forma inmediata, por lo que no tienen necesidad de reconocer una pérdida de valor de mercado. Asimismo "tampoco hay constatación de una pérdida del valor intrínseco de estas participaciones" en el caso de la entidad catalana (que tiene un superávit de capital de 5.720 millones en el peor escenario). Lo que sí se ha estresado son los ingresos por dividendos provenientes de estas empresas, lo que reduce la capacidad de absorción de pérdidas de las entidades.

En cambio, en el caso de Bankia se han estimado 3.950 millones como impacto negativo de los saneamientos extraordinarios de la cartera de participaciones industriales, según la propia entidad. Esta pérdida viene a coincidir con los cálculos de la propia entidad en el plan de recapitalización presentado en mayo (el que calculaba sus necesidades en 23.500 millones) y se resta de la estimación del resultado de explotación antes de provisiones para el periodo 2012-2014, es decir, de su capacidad para absorber las pérdidas de crédito y de los adjudicados.

Esto se refiere al impacto en la cuenta de resultados, pero hay otro potencialmente mucho mayor: el impacto en el capital. Las normas de Basilea III endurecen notablemente el tratamiento de las participaciones en otras entidades financieras y de seguros al deducir dicha participación del capital (actualmente se incluye con ciertas limitaciones) y elevar su peso en los activos ponderados por riesgo. Asimismo, los intereses minoritarios en las participaciones industriales (porcentaje que poseen terceros en las empresas controladas por La Caixa) también se restarán del capital.

Sin embargo, Oliver Wyman no lo ha tenido en cuenta a la hora de realizar sus pruebas. Y este impacto puede ser mucho mayor que el anterior porque reduce directamente el capital de las entidades con importantes participaciones, no se limita a disminuir su capacidad para absorber pérdidas. 

Curiosamente, los test de estrés sí han aplicado las normas de solvencia de Basilea III a otro concepto: los créditos fiscales. Estas reglas establecen que los activos diferidos que tienen las entidades frente a Hacienda (derecho a recuperar impuestos, normalmente por las provisiones que se han dotado; dado que esas provisiones no son una pérdida real, Hacienda no te la devuelve, sino que te guardas ese derecho para el futuro) dejarán de computar como capital como hacen en la actualidad. Eso ha hecho que se resten a todas las entidades en los test de estrés: por ejemplo, Bankia reduce su capital en 1.060 millones por este motivo y eleva sus necesidades a 24.743.

Numerosos agravios

Los agravios comparativos entre entidades no se refieren únicamente a la cuestión de las participadas. El cálculo de pérdidas esperadas en los test de estrés también ha levantado ampollas, en especial en el Popular, donde no entienden que sus pérdidas sean mayores que en otros bancos con muchos más activos. Lo mismo ocurre con el cálculo de los beneficios que serán capaces de generar las entidades en los próximos años, donde de nuevo sale perdiendo el banco que preside Ángel Ron frente a sus competidores.

Estas diferencias en los cálculos arrojaban que las mayores pérdidas esperadas (sumando crédito y adjudicados) son para las cuatro nacionalizadas más Sabadell y Popular, mientras que las menores corresponden a Bankinter, Kutxa y la Caixa, por delante de los grandes. En cuanto a la absorción de pérdidas, los peor situados son Santander, Bankinter y BBVA, y los mejores, Sabadell, Unicaja, ibercaja y Kutxa.

Los test de estrés realizados por Oliver Wyman han dejado una serie de agravios comparativos entre entidades al medir con distintos raseros diversas variables del ejercicio. Una de ellas se refiere a las participaciones empresariales de los bancos, en algunos casos -las entidades nacionalizadas con BFA-Bankia a la cabeza- fueron estresadas (es decir, se asumió una pérdida de valor) mientras que en el resto no se consideraron esasposibles pérdidas. Tampoco se tuvo en cuenta el consumo de capital de estas posiciones en empresas según las normas de Basilea III, lo cual beneficia a la entidad que tiene unas mayores participaciones: La Caixa.

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