La mala imagen de España pasa factura a la prima y la bolsa

La crisis se ceba con la imagen internacional de España. Mientras el Rey don Juan Carlos y el presidente Mariano Rajoy se afanan estos días en Nueva York por mejorar la ‘marca España’ en el extranjero, las manifestaciones del 25-S, las ansias independentistas de Cataluña y un hipotético rescate europeo han provocado que la prima de riesgo subiendo con fuerza y la bolsa cayendo a plomo. Ya no hay tregua para los mercados.

España es este miércoles protagonista del todos los medios internacionales. La foto de los incidentes ayer en el Congreso entre los manifestantes del 25-S y la Policía, que cargó con contundencia, ha dado la vuelta al mundo en un momento en el que el país no puede permitirse echar más leña al fuego de los mercados. “Violencia” es la palabra que más se repite para definir el 25-S, una “violencia” fruto del descontento generalizado.

Todo eso aderezado con las amenazas independentistas de Cataluña, cuyo presidente ha convocado elecciones anticipadas al 25 de noviembre en lo que quiere comparar con una suerte de referéndum al calor de la Diada. A esto hay que sumar las últimas declaraciones de Rajoy en las que apuntaba que pediría el rescate si aumentaban los intereses de la deuda.

Esta crisis de imagen internacional ya tiene respuesta en los mercados. El secundario aumenta de la presión sobre la deuda española. El diferencial entre el bono español y el bund alemán, que ayer cerró en los 416 puntos básicos, salta hasta los 460 puntos básicos, mientras que la rentabilidad a diez años ha vuelto a alcanzar el 6%, la del cinco años el 4,7% y la del dos años, el 3,3%. Entre tanto, en la renta variable el Ibex 35 ha cerrado con una caída del 3,92% hasta los 7.854 puntos.

"Esta era una semana complicada. Y lo estamos viendo. Pero, por el momento, en términos de los mercados, sigue siendo una semana de consolidación. Nada más", asegura José Luis Martínez Campuzano. "En el caso de España me inquieta más, por el desarrollo de los acontecimientos a nivel interno".

Estos problemas de credibilidad llegan en un momento que España está intentando relanzar la marca España en todo el mundo. Las autoridades españoles buscan generar confianza en el extranjero, sobre todo de cara a los inversores y mercados. Por ello, el Gobierno ha intensificado sus salidas al extranjero con delegaciones empresariales en los últimos meses.

Por otro lado, el viaje a Nueva York tanto del Rey Juan Carlos como de Mariano Rajoy, que finaliza hoy su visita, está encaminado a normalizar la situación de España. De hecho, el presidente ha defendido en la Asamblea de la ONU el papel de España como potencia internacional. Además, para incrementar la confianza, ambos dirigentes visitaron sendos medios de comunicación. El Rey se sentó con los periodistas del New York Times el mismo día que publicaron un artículo titulado “En España, austeridad y hambre”, mientras que el presidente visitó y concedió una larga entrevista a The Wall Street Journal, donde aseguró que pedirá el rescate si no bajan los intereses de la deuda.

A la espera de los presupuestos

A España se le empiezan a poner de nuevo las cosas cuesta arriba tras varias semanas de tregua en un mal momento. El bálsamo que supuso el anuncio del Banco Central Europeo sobre la compra de deuda soberana comienza a dar señales de agotamiento tras un mes sin ver intenciones por parte del país de pedir ayuda. Y apenas queda una semana para que llegue el temido mes de octubre, en el que el Tesoro tiene que hacer frente a unos vencimientos de 27.500 millones de euros y aunque el país ya tiene cubiertas más del 83% de sus necesidades de capital, no se puede permitir que el bono vuelva a saltar al 6% de rentabilidad y mucho menos al 7% en el que se encontraba el pasado mes de julio.

Todo esto ocurre un día antes de que el Gobierno presente los Presupuestos Generales del Estado para 2013, así como la hoja de ruta de las reformas. Un día antes de que el viernes Oliver Wyman concrete las necesidades de capital de cada banco español y mientras en Bruselas se debate la Unión Bancaria. Demasiados frentes para unos mercados que parecen superados por los acontecimientos.

Y es que a todo esto hay que sumarle que mientras Bruselas debate la Unión Bancaria,  ayer Alemania, Finlandia y Holanda alimentaban de nuevo la incertidumbre tras rechazar gran parte de lo acordado en la cumbre europea del pasado mes de junio sobre la recapitalización directa de la banca. Concretamente, en el comunicado exponen que estarían dispuestos a permitir que el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) recapitalice a los bancos problemáticos si se distingue entre problemas futuros y "heredados", con lo que los bancos españoles seguirían siendo responsabilidad del Estado y, por tanto, no se rompería el vínculo entre el sistema financiero y la deuda pública