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Máximo Kirchner y Axel Kicillof se quedan con el botín millonario de YPF
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EL IDEÓLOGO DE LA EXPROPIACIÓN SE CONVIERTE EN NÚMERO DOS DE LA PETROLERA

Máximo Kirchner y Axel Kicillof se quedan con el botín millonario de YPF

Doce años después, YPF vuelve a manos de Argentina. El “muro infranqueable” que forman Máximo Kirchner, hijo de la presidenta, y Axel Kicillof, autor intelectual de

Foto: Máximo Kirchner y Axel Kicillof se quedan con el botín millonario de YPF
Máximo Kirchner y Axel Kicillof se quedan con el botín millonario de YPF

Doce años después, YPF vuelve a manos de Argentina. El “muro infranqueable” que forman Máximo Kirchner, hijo de la presidenta, y Axel Kicillof, autor intelectual de la expropiación de la petrolera, impidieron que Antonio Brufau pudiera prosperar en su empeño por reunirse con Cristina Fernández la semana pasada. El máximo responsable de Repsol viajo hasta Buenos Aires para tratar de alcanzar algún tipo de acuerdo que disuadiera a la anfitriona de la Casa Rosada de la decisión más extrema, como había intentando durante los últimos meses con el mismo resultado negativo.

Ayer mismo, pocas horas después del anuncio oficial realizado por CFK, una delegación gubernamental encabezada por el alto cargo público Roberto Baratta se presentó en la sede de YPF para expulsar de las dependencias a varios de los directivos españoles. Con el anuncio de expropiación recién comunicado, el cambio de poderes ha convertido al ministro de Planificación, el arquitecto Julio de Vido, en el nuevo interventor de Yacimientos Petrolíferos Fiscales, la vieja gloria nacional del empresariado argentino que vuelve así a manos del Estado tras recuperar el 51% del capital.

A su derecha, como número dos, pero con mucho más poder real, se sentará el viceministro de Economía, el joven economista Axel Kicillof (41 años), responsable desde ahora de los "aspectos económicos y financieros de la gestión", rango equivalente al de un director financiero con mando ejecutivo. De esta manera, el ideólogo de la expropiación de YPF, líder del movimiento La Cámpora, una agrupación juvenil alentada y financiada por Néstor Kirchner y ahora presidida por su hijo Máximo, recibe su justa recompensa por dotar de empaque intelectual la operación contra Repsol.

El cargo que asume Kicillof dentro de YPF es muy parecido al que ya le encomendó Máximo Kirchner a comienzos de 2009 como primera misión de hombre del aparato del Estado, cuando su amigo y mentor de La Cámpora le propuso por primera vez pasar del plano teórico a la acción. Entonces, el economista asumió el puesto de gerente financiero de Aerolíneas Argentinas, la antigua compañía pública de aviación que nacionalizaron en 2008 tras arrebatar su propiedad a Marsans, propiedad entonces de los empresarios españoles Gerardo Díaz Ferrán y Gonzalo Pascual

"La presión del ala más radicalizada del Gobierno durante el fin de semana puso la balanza a favor de este disparate", explica desde Argentina el responsable de un despacho de economistas. "Esa gente ha instalado en Cristina Kirchner la idea de que la reacción externa poco puede afectar”. Efectivamente, así parece a la luz de los hechos, pues Argentina es el país que acumula el mayor número de demandas ante el CIADI (Tribunal Internacional de Arbitraje) y ha descendido al sexto puesto entre los países sudamericanos para el flujo de inversión bruta española.

En cualquier caso, no es la primera vez que el kirchnerismo hace bandera política con asuntos de orden internacional. "Lo que cuenta para los K es el poder; y los de afuera no votan". Respecto a YPF, "no es tanto el apoyo popular por la expropiación -hay quienes la apoyan, pero también son muchos los que la condenan- como la posibilidad de trasladar culpas y desviar la atención. Cuando en otras oportunidades el kirchnerismo puso la política exterior al servicio de su coalición interna, las represalias fueron casi inexistentes y los apoyos internos desde la izquierda, bien concretos".

La caja de 1.000 millones de beneficio y el tesoro de Vaca Muerta

Con el caso YPF, el gobierno de Kirchner vuelve a encontrar a quién echar la culpa de sus propios errores, incluida su desastrosa política energética, que obliga al país a tener que importar combustibles y lubricantes hasta generar un déficit de 3.000 millones de dólares anuales en 2011. El temor a que este año se disparara aún más esta partida de gasto, con el invierno a las puertas, está detrás de la decisión de expropiar YPF, sobre la que el Gobierno de Kirchner retuvo los 1.000 millones de beneficio, impidiendo a Repsol repatriar los casi 600 millones que le correspondían.

La delicada situación de caja del Tesoro argentino hace difícil imaginar como afrontará el pago de la expropiación, cualquiera sea el valor. Por este motivo, el argumento sostenido Kicillof para justificar la expropiación resulta amenazante para Repsol. Según el viceministro de Economía, la española se ha embolsado vía dividendos cerca de 15.000 millones de dólares de YPF, una cifra parecida a la pagada en 1999 por su compra. Por este motivo, el economista entiende que no existe dolo a la hora de recuperar YPF, lo que puede hacer que el justiprecio a pagar sea simbólico.

En este contexto, los argumentos de la inversión y la producción esgrimidos por Kicillof aparecen como la justificación formal de la expropiación. No se entendería de otro modo si no cómo hace poco más de un año, la propia presidenta Kirchner elogió públicamente la marcha de YPF y sus progresos en el aumento de producción de gas y petróleo. Desde entonces, además, a lo largo de todo 2011, Repsol ha comunicado hasta en tres ocasiones la dimensión de sus descubrimientos en Vaca Muerta, reservas que podrían duplicar la producción anual de gas y petróleo de Argentina.

El nuevo tesoro descubierto por Repsol no está al alcance de Kirchner. La puesta en marcha de Vaca Muerta requiere de una inversión aproximada de 25.000 millones de dólares anuales para poner en valor las reservas descubiertas. Para este proyecto, Argentina necesitará el apoyo financiero y operativo de algún gran inversión, bien sea el de los gigantes chinos como CNOOC o Sinopec o el de alguna major del petróleo, como la estadounidense Exxon, aunque la incertidumbre jurídica abierta con la expropiación deja en el aire cuál podrá ser la vía para financiarse.

Doce años después, YPF vuelve a manos de Argentina. El “muro infranqueable” que forman Máximo Kirchner, hijo de la presidenta, y Axel Kicillof, autor intelectual de la expropiación de la petrolera, impidieron que Antonio Brufau pudiera prosperar en su empeño por reunirse con Cristina Fernández la semana pasada. El máximo responsable de Repsol viajo hasta Buenos Aires para tratar de alcanzar algún tipo de acuerdo que disuadiera a la anfitriona de la Casa Rosada de la decisión más extrema, como había intentando durante los últimos meses con el mismo resultado negativo.