La economía se colapsa y manda cada día al paro a más de 4.300 trabajadores

Las cifras hablan por sí solas. En octubre los servicios públicos de empleo registraron 134.182 parados nuevos. Y lo que es todavía más relevante, la afiliación a la Seguridad Social perdió 75.249 cotizantes. O lo que es lo mismo, cada día se van al paro 4.328 trabajadores, mientras que el sistema público de protección social pierde diariamente 2.427 cotizantes.

 

Las cifras son las segundas peores de la serie histórica. Y lo que es todavía peor,  lejos de mejorar, se vuelven cada día más negativas. En mayo el ritmo de destrucción de empleo en términos de afiliación a la Seguridad Social descendía un 0,99% respecto a un año antes, pero en octubre esta tasa se ha acelerado a casi el doble, hasta el 1,73%, lo que indica que la economía se ha dado la vuelta y vuelve a expulsar del trabajo a miles de empleados.  

En los últimos doce meses, de hecho, el paro registrado por las antiguas oficinas del Inem ha crecido en nada menos que 274.950 personas, lo que supone un fuerte aumento del 6,7% después de cuatro años de crisis. Mientras que la Seguridad Social ha perdido 213.003 afiliados.

Esto quiere decir que el sistema público de pensiones ha perdido algo más de dos millones de cotizantes desde que estalló la crisis, lo que explica que la relación entre afiliados y pensionistas (la clave de bóveda de un sistema de reparto como es el español) haya caído hasta 2,47 veces, la peor relación desde 2004.

Los datos conocidos este jueves no tienen nada que ver con el hecho de que octubre sea tradicionalmente un mes malo desde el punto de vista del empleo por la alta estacionalidad de la economía española. De hecho, si se desestacionalizan las cifras (utilizando el modelo del Ministerio de Economía) el resultado es que durante el mes pasado el paro aumentó en nada menos que 57.371 personas, lo que da idea del deterioro del mercado de trabajo al margen de efectos de calendario.

Los datos, en todo caso, no son fruto de un mes malo. Son coherentes con el enfriamiento general de la actividad económica, y los datos de empleo no son más que un indicador retrasado. Es muy probable que la economía española caiga en una recesión en este cuarto trimestre del año, aunque los datos son todavía preliminares. Para el tercer trimestre, el Banco de España ya ha adelantado que el crecimiento ha sido nulo, lo que confirma el estancamiento de la actividad con cinco millones de parados y sin Gobierno hasta la última semana de diciembre.

 

Los indicadores adelantados lo advertían

Algunos indicadores adelantados ya advertían sobre lo que se le viene encima a la economía española en los próximos meses. El consumo de energía eléctrica está cayendo a ritmos del 3,7%, mientras que el consumo de cemento se desploma un 19,6%. Igualmente, el índice de confianza en la industria (diferencia entre opiniones positivas y negativas) ha empeorado hasta los 13,8 puntos y la confianza del consumidor también ha caído hasta los 19,6 puntos. Y todo ello en un contexto en el que la financiación  al sector privado en términos deflactados (sin tener en cuenta la evolución de los precios) desciende a un ritmo del 3,7%, lo que deja a las familias y empresas sin munición para acometer nuevas inversiones.

El futuro más cercano no parece más halagüeño habida cuenta de que por delante están los peores meses de la economía española, muy dependiente de la temporada turística y en general del sector servicios. Pero con cada vez menor peso de la industria  (excepto al construcción), cuyo comportamiento es más homogéneo a lo largo del año.

La industria ha perdido desde el comienzo de la crisis más de 550.000 puestos de trabajo, lo que significa nada menos que un 20% de la fuerza laboral. O dicho en términos más directos, uno de cada cinco empleos industriales (sin construcción) se ha perdido desde que las célebres hipotecas ‘subprime’ pusieron en jaque a la economía mundial y, en particular, a la española, el país con más paro de Europa y el sexto del mundo.