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Pago Baldío San Carlos: ¿aceite o perfume?
  1. Economía
TRABAJAN CON CHEFS DE LA TALLA DE PEDRO SUBIJANA

Pago Baldío San Carlos: ¿aceite o perfume?

Al principio nadie les quería comprar su aceite. Tanto era así que tuvieron que crear su propia distribuidora para colocarlo en el mercado, y echar mano

Foto: Pago Baldío San Carlos: ¿aceite o perfume?
Pago Baldío San Carlos: ¿aceite o perfume?

Al principio nadie les quería comprar su aceite. Tanto era así que tuvieron que crear su propia distribuidora para colocarlo en el mercado, y echar mano de los comerciales que uno de los socios tenía en otro sector de actividad, el inmobiliario, para vender el producto. De esto hace cuatro años, muy poco tiempo si consideramos que hoy en día su preciado líquido es utilizado en el Ritz, en el hotel Puerta de América, en la cadena NH, o por chefs tan renombrados como Pedro Subijana o Ferrán Adriá. ¿Qué razones explican este éxito? “La verdad es que el aceite es magnífico, la región donde cultivamos, en Majadas del Tietar, Cáceres, disfruta de un micro-clima así que recogemos 15 días antes que el resto de productores. La aceituna además no toca el suelo. Yo diría que el clima y la tierra son las dos claves”, cuenta Ana Sánchez, de la firma Pago Baldíos San Carlos (www.pagobaldiosancarlos.com).

En esta pyme extremeña trabajan seis personas, 25 en época de recogida. Producen unos 90.000 litros al año que venden a Japón, Canadá, Francia, Singapur, EEUU, China… “La estrategia fue que los comerciales llevasen el producto, que era desconocido, a chefs y catadores de aceite. Empezó a correr la voz y al mismo tiempo acudíamos a  muchas ferias, no paramos de viajar”, continua Sánchez. El aceite no se envasa en garrafas, sólo en botella y el envasado se hace únicamente bajo pedido: desde que recolectan la aceituna hasta que ésta se transforma pasa hora y media.

Expertos en seguir la regla de Juan Palomo, en Pago Baldíos se lo han hecho todo ellos mismos: por ejemplo, uno de sus aceites, el Full Moon, cuenta con un packaging de lo más espectacular. Más que alimento se diría un perfume. “El envase también es obra nuestra, queríamos algo distinto, dar a entender, sólo con ver el envoltorio, que el producto era muy especial”, añade. Este artículo está muy orientado al mercado chino: “Nos costó tres años entrar en China, no es fácil. Al final conseguimos dar con el distribuidor adecuado”, confiesa Sánchez.

La recolección de las aceitunas con las que se produce Full Moon, que ha sido reconocido con distintas medallas a nivel internacional, se realiza en noches de luna llena porque es en esos momentos que la fruta está en su máximo esplendor. Lo último que han lanzado al mercado es un vinagre que, al parecer, marida a la perfección con el aceite. Pago Baldío San Carlos facturó en el último año 300.000 euros.

El consejo del emprendedor: “Hay que estudiar siempre los mercados a los que quieres llegar y tener la máxima seriedad en la entrega. Ser buen emprendedor requiere de mucho trabajo, trabajar mucho”.

Al principio nadie les quería comprar su aceite. Tanto era así que tuvieron que crear su propia distribuidora para colocarlo en el mercado, y echar mano de los comerciales que uno de los socios tenía en otro sector de actividad, el inmobiliario, para vender el producto. De esto hace cuatro años, muy poco tiempo si consideramos que hoy en día su preciado líquido es utilizado en el Ritz, en el hotel Puerta de América, en la cadena NH, o por chefs tan renombrados como Pedro Subijana o Ferrán Adriá. ¿Qué razones explican este éxito? “La verdad es que el aceite es magnífico, la región donde cultivamos, en Majadas del Tietar, Cáceres, disfruta de un micro-clima así que recogemos 15 días antes que el resto de productores. La aceituna además no toca el suelo. Yo diría que el clima y la tierra son las dos claves”, cuenta Ana Sánchez, de la firma Pago Baldíos San Carlos (www.pagobaldiosancarlos.com).