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Juan Roig también se interesa por la segunda 'privatización' de Aguas de Valencia
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TAMBIEN ESTUDIA ENTRAR EN SANIDAD PRIVADA

Juan Roig también se interesa por la segunda 'privatización' de Aguas de Valencia

Aguas de Valencia tiene más de un novio y no sólo francés. El empresario valenciano Juan Roig, propietario de Mercadona, es uno de los potenciales compradores

Foto: Juan Roig también se interesa por la segunda 'privatización' de Aguas de Valencia
Juan Roig también se interesa por la segunda 'privatización' de Aguas de Valencia

Aguas de Valencia tiene más de un novio y no sólo francés. El empresario valenciano Juan Roig, propietario de Mercadona, es uno de los potenciales compradores de la compañía de gestión de servicios del agua, según fuentes financieras. El accionista de referencia de la compañía, Banco de Valencia, ha ofrecido al fondo de capital riesgo Atitlán, del que Roig es el principal inversor, la posibilidad de hacerse con un porcentaje representativo del capital.

Hasta la crisis, otros empresarios valencianos relevantes, como el naviero Vicente Boluda o el inmobiliario Luis Batalla (Lubasa), han formado parte del accionariado de Agval, cuyas participaciones han ido vendiendo en los últimos años para resolver sus problemas financieros. Ahora, la sólida posición de liquidez de Juan Roig acumulada tras el éxito de Mercadona le ha convertido en candidato ideal, la solución casera, para reforzar el accionariado de la compañía de aguas.

Sin embargo, según las fuentes consultadas, la operación cuenta con demasiadas pegas para salir adelante. Una de las principales es la presencia de Suez en el accionariado de Agval, donde controla un 33% desde 2007. A pesar de su participación, el gigante francés no participa en la gestión ni tiene presencia en el consejo de administración ante la oposición ejercida durante años por el Banco de Valencia, es decir, por Bancaja, su antiguo accionista de referencia. 

Ante esta situación de guerra latente arrastrada durante años, que ha tenido incluso algunos episodios judiciales por el camino, no sorprende que Banco de Valencia, cuyo máximo accionista es ahora Bankia, esté considerando alternativas locales para colocar una parte de su participación en Agval en lugar de echarse en brazos de Suez, que es propietaria de Aguas de Barcelona (Agbar), una de las competidoras de la compañía valenciana.

Pero la aparición de Juan Roig como alternativa tiene una derivada anterior. Según fuentes empresariales, algunos de los socios minoritarios de Banco de Valencia han ofrecido al dueño de Mercadona convertirse en accionista de la entidad, participando así en la ampliación de capital que han estado barajando para cumplir con las exigencias dictadas por el Gobierno, según las cuales el banco tendría conseguir 150 millones de euros para cumplir con el 8% de core capital.

Interesado en sectores estratégicos

Descartada esa opción, el empresario valenciano está interesado en aprovechar la actual coyuntura para desembarcar con su fondo de capital riesgo en compañías posicionadas en sectores estratégicos, como puede ser el de la sanidad privada. No en vano, Atitlán negocia su entrada en el accionariado de Ribera Salud, la compañía de hospitales controlada por otras dos entidades financieras, las valencianas Bancaja y CAM, interesadas en hacer plusvalías con este activo.  

Una situación similar podría darse también en Agval, aunque la francesa Suez ya dejó claro la semana pasada su disposición a ampliar su participación en la valenciana ante la potencial posición vendedora de Banco de Valencia e incluso a optar por el Canal de Isabel II, la compañía de aguas de la Comunidad de Madrid, donde la administración autonómica pretende vender hasta un 49%, previsiblemente mediante una salida a bolsa, según los planes de la presidenta Esperanza Aguirre.

El gigante francés es consciente de las necesidades financieras que atraviesa Banco de Valencia y de que además ha desaparecido, por doble vía, parte del veto que existía hasta ahora. Por un lado, porque Bancaja se ha integrado en Bankia, donde la mayoría del poder recae en Caja Madrid. Por otro, porque Francisco Camps, partidario de mantener la valencianidad de la compañía, ha sido relevado al frente de la presidencia de la Comunidad de Valencia.

Sin el paraguas indirecto de Bancaja y, por extensión, de la Generalitat, la dilución de Banco de Valencia como accionista mayoritario (controla el 60% a través de Inversiones Financieras Agval, donde comparte accionariado con Fomento Urbano de Castellón) acabaría con los restos del antiguo núcleo duro que formaron todos los accionistas valencianos, cuando se unieron en 2007 para hacerse con el control de la compañía. La privatización de Agval tiene una segunda oportunidad.