La situación de España es mala, pero no será dramática si acelera las reformas

España sufre de nuevo por la crisis de deuda y el sentimiento del mercado sobre nuestro país ha cambiado y se vuelve a hablar de su posible rescate y aunque su situación dista de ser tan crítica como lo eran las de los tres países europeos que ya han recibido ayudas, la prima de riesgo se ha disparado y la semana pasada rozó los máximos de noviembre. Pese a que a principios de año nuestro país se distanció del resto de periféricos, en las últimas semanas el miedo al contagio de la crisis griega ha reavivado las dudas sobre la economía y la capacidad del Gobierno de Zapatero para acometer las reformas necesarias, a lo que se suma el descontrol del gasto público de las comunidades autónomas.

“Hay grandes interrogantes sobre las finanzas y el cumplimiento del objetivo del déficit de las autonomías españolas”, comenta un analista de Roubini Global Economics a Bloomberg. Y añade que si se observan los diferenciales, “parecen bastante vulnerables a ampliarse más”.

Nada nuevo en el horizonte: hacen falta reformas contundentes

Pero a pesar de las convulsiones de los mercados, sus subidas y bajadas, sus cambios de humor y su volatilidad, prácticamente no hay nada nuevo en el horizonte y lo que se decía hace unos meses se repite ahora. Y es que más allá de las especulaciones y de los escenarios que ya contemplan los grandes fondos de inversión internacionales -que incluyen la intervención para nuestro país, según publicaba El Confidencial el viernes-, los economistas consultados por Cotizalia destacan que el problema de España es que hace falta incidir en reformas que llevan pendientes mucho tiempo.

“El meollo de la cuestión es que España ha perdido competitividad de forma espectacular desde su entrada en el euro y habrá que insistir e incidir en que se hagan estas reformas -que van desde el sector energético al laboral-“, explica Carlos Andrés, director de inversiones de March Gestión.

"La situación es la misma que hace unas semanas y ningún factor esencial ha cambiado, la prima de riesgo se ha disparado por el efecto contagio y el riesgo de intervenir a España es muy improbable", comenta Juan Carlos Martínez Lázaro, economista de IE Business School.

Otra cuestión sobre este mismo problema es la percepción que hay de nuestro país y algunas de las fuentes consultadas por esta web destacan que en Londres prácticamente te dan el pésame cuando dices que eres español, la visión es bastante negativa. Andrés comenta que “la percepción de España es muy compleja y preocupa casi más el aspecto político que el económico”.

Además, pese a que dentro de nuestro país tanto el Gobierno como el Banco de España han insistido en que reformas como la del sistema financiero están avanzando a buen ritmo, “los inversores son muy nerviosos e impacientes”, comenta un experto. La prima de riesgo de España se ha disparado y se ha movido entre los 240 y los 277 puntos básicos en las dos últimas semanas (en lo que va de mes ha subido un 16%), con la rentabilidad del bono español a 10 años jugando en torno a la resistencia que tiene desde noviembre del 5,5%.

El diferencial español está todavía por debajo de los 400 puntos que alcanzaron Grecia, Irlanda o Portugal antes de sus rescates. La debacle que ha sufrido el Partido Socialista (PSOE) en las elecciones autonómicas y municipales ha levantado dudas sobre su capacidad para llevar a cabo las acciones que necesita el país y eso, junto con el movimiento del 15-M, desde fuera se percibe como síntomas de inestabilidad, explica un economista consultado por Cotizalia.

El tiempo apremia

Entre las múltiples visiones negativas sobre nuestro país, también hay quien defiende que la situación no es tan mala. En este sentido, Miguel Ángel Bernal, profesor del IEB, comenta que el diferencial se ha disparado no solo por el riesgo real del país, sino porque ahora mismo existe una lucha enorme de recursos y España es un consumidor neto de los mismos.

Bernal reconoce que “hay problemas graves, pero no como en otros países periféricos. La situación es mala, pero no crítica y hace falta poner en marcha nuevas medidas, ya que las reformas emprendidas hasta ahora han sido tibias y tomadas a remolque”.

“No hay que perder más el tiempo”, sentencia. La insistencia en que España debe acometer las reformas pendientes es constante en todos los ámbitos. Desde el Fondo Monetario Internacional, que en su último informe sobre Europa introdujo a España en el EA4 con Grecia, Irlanda y Portugal, advierten que la tasa de paro de nuestro país es un “caso extremo”.

El organismo ha pedido al Gobierno que sea más “valiente y radical” en los ajustes. Además, los expertos destacan la importancia de impulsar el crecimiento económico, una necesidad que contrasta con la realidad: en las dos legislaturas en las que Zapatero ha estado en el poder el PIB per cápita ha vuelto a su nivel de 2004, según los datos de Eurostat.

La causa de este declive de la renta de España tiene que ver con el menor aumento de la economía derivado de la baja productividad y de la pérdida de empleo, pero también con el aumento de la población, que continúa creciendo de forma relevante pese a que el estallido de la crisis ha expulsado a un número indeterminado de inmigrantes.