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Los mercados de deuda castigan a España por los vaivenes de la política económica de Zapatero
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Los mercados de deuda castigan a España por los vaivenes de la política económica de Zapatero

La deuda española vuelve a estar bajo presión en los inversores internacionales. Después de caer a su nivel más bajo desde agosto, en sólo una semana el diferencial

Foto: Los mercados de deuda castigan a España por los vaivenes de la política económica de Zapatero
Los mercados de deuda castigan a España por los vaivenes de la política económica de Zapatero

La deuda española vuelve a estar bajo presión en los inversores internacionales. Después de caer a su nivel más bajo desde agosto, en sólo una semana el diferencial del bono español con el alemán se ha disparado desde 1,62 hasta 2,02 puntos porcentuales. Es cierto que ha sido un movimiento generalizado de los países periféricos, pero distintos gestores internacionales aseguran que el mercado empieza a preocuparse seriamente por la falta de voluntad del Gobierno de Zapatero para llevar a cabo las reformas que prometió esta primavera para calmar la crisis de la deuda.

El último ejemplo de estos vaivenes se produjo ayer mismo, cuando el nuevo ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, aplazó hasta una fecha indefinida en 2011 la reforma del sistema de pensiones, una de las medidas estrella del paquete anunciado en primavera. Pero es sólo la última muestra de una serie de actuaciones que han dado la imagen generalizada fuera de nuestras fronteras de que el Ejecutivo no tiene ninguna intención de llevar a cabo las reformas prometidas. Y que. si no le queda más remedio, lo hará lo más tarde posible.

Otros ejemplos son la relajación del ajuste presupuestario al permitir un mayor gasto en infraestructuras y, sobre todo, el anuncio de que se va a renegociar la reforma laboral para hacer más concesiones a los sindicatos tras la huelga general. "Al Gobierno se le están olvidando las lecciones del palo de mayo, se nota claramente que no quiere mover un dedo antes de las elecciones autonómicas, y eso puede provocar otro susto para la deuda española", asegura un broker español afincado en Londres.

"Es lo de siempre, prometen y prometen, y luego no cumplen. Eso es malísimo para la percepción del mercado y nos puede costar muy caro. La gravedad del asunto queda clara si recordamos que hasta Obama y Merkel llamaron a Zapatero en mayo para que hiciera algo que evitara una catástrofe en el mercado", añade otro profesional desde la capital británica.

La reforma financiera no convence

Y no se trata sólo de las promesas incumplidas, sino de la insuficiencia de las reformas ya adoptadas. En especial, la del sistema financiero: "Todo el mundo tiene claro que no es suficiente con la oleada de integraciones que han vivido las cajas y que habrá una segunda vuelta, pero ni el Gobierno ni el Banco de España parecen querer hacer nada hasta que alguna entidad más tenga problemas de solvencia", según otra de las fuentes consultadas. De hecho, la propia vicepresidenta Elena Salgado reconoció la semana pasada que se producirá esta segunda ronda.

También ha causado alarma entre los grandes inversores la colocación de los famosos bonos "patrióticos" de la Generalitat de Catalunya, que se venden al público minorista por el rechazo del institucional, que tienen que ofrecer un interés altísimo del 4,75% y cuyos ingresos se utilizarán para pagar las nóminas de los funcionarios. Esto da una imagen de situación crítica de las regiones españolas que alimenta la desconfianza.

Más allá de los problemas específicos de España, podemos estar en la antesala de una nueva crisis de deuda de los países periféricos, esta vez por culpa de Irlanda, donde los bancos se encuentran en situación crítica. En una semana, el diferencial de la deuda irlandesa respecto a la alemana se ha disparado de 4,24 puntos a 5,08, el de Portugal ha pasado de 3,34 a 4,04, el de Italia de 1,83 a 1,97 y el de Grecia, que sigue siendo el peor, de 7,82 a 8,64 puntos.

La deuda española vuelve a estar bajo presión en los inversores internacionales. Después de caer a su nivel más bajo desde agosto, en sólo una semana el diferencial del bono español con el alemán se ha disparado desde 1,62 hasta 2,02 puntos porcentuales. Es cierto que ha sido un movimiento generalizado de los países periféricos, pero distintos gestores internacionales aseguran que el mercado empieza a preocuparse seriamente por la falta de voluntad del Gobierno de Zapatero para llevar a cabo las reformas que prometió esta primavera para calmar la crisis de la deuda.

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