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Mala noticia para la banca: las provisiones genéricas no contarán para los nuevos requisitos de capital
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AFI ESTIMA EN 2.500 MILLONES LAS NECESIDADES ADICIONALES DE CAPITAL

Mala noticia para la banca: las provisiones genéricas no contarán para los nuevos requisitos de capital

La provisión genérica (anticíclica) con la que cuentan las entidades españolas y que las ha protegido en gran medida de la crisis financiera internacional no podrá

La provisión genérica (anticíclica) con la que cuentan las entidades españolas y que las ha protegido en gran medida de la crisis financiera internacional no podrá utilizarse para cumplir los nuevos requisitos de capital quye impone Basilea III, a pesar de su parecido con los nuevos colchones que se han creado. Así lo confirman desde el Banco de España, donde explican que una cosa es el capital y otra las provisiones, y que no pueden mezclarse.

Los nuevos requisitos de Basilea establecen dos nuevos colchones que, de hecho, están inspirados en la provisión genérica española, que ha sido muy alabada por los reguladores de todo el mundo. El primero es el llamado 'búfer de conservación', que consiste en un 2,5% adicional de core capital (el capital de mejor calidad, fondos propios y reservas) que eleva el mínimo total al 7%.

Este colchón podrá utilizarse para absorber pérdidas en períodos de dificultades... exactamente igual que la provisión genérica española, que se dota como un porcentaje de cada crédito concedido y se puede liberar para cubrir pérdidas por morosidad y deterioro de otros activos sin impactar así en la cuenta de resultados.

El segundo colchón es el llamado 'búfer anticíclico', cuyo establecimiento se deja a discreción de cada país y que puede ir del 0% al 2,5% del capital. En teoría, se debe imponer cuando se detecte un excesivo crecimiento del crédito y, en consecuencia, una acumulación de riesgos en el sistema financiero.

Esto también tiene bastante parecido con la provisión anticíclica española, pero, de nuevo, el Banco de España no permitirá que se utilice este fondo con el que cuentan las entidades para cumplir este requisito en caso de que se imponga en nuestro país (no se decidirá hasta que el G20 apruebe las nuevas normas de Basilea).

En la actualidad, algunas entidades españolas -en especial las que andan más justas de capital- incluyen en sus ratios las provisiones genéricas, aunque sólo a efectos informativos (legalmente no pueden sumarlas). Algo que ilustra la similitud entre estos conceptos y la lógica que tendría utilizar el fondo genérico para alcanzar los nuevos requisitos de capital.

Algunos expertos sostienen que el Banco de España debería permitir la capitalización de las provisiones genéricas, posibilidad que niegan desde el supervisor. Otros opinan que los bancos y cajas pueden consumir toda la genérica para dotar la morosidad y los inmuebles adjudicados, con lo que incrementarían sus beneficios y podrían destinarlos a reforzar el capital, lo que tendría el mismo efecto que la capitalización de este fondo. No obstante, existen límites a la liberación de estas provisiones en la legislación actual, aunque se relajaron el año pasado.

Hacen falta 2.500 millones más de capital

En todo caso, casi todos los analistas coinciden en que el grueso del sistema financiero español cumple sin problemas los nuevos requisitos a día de hoy (salvo algunas excepciones que destacó el lunes El Confidencial) y que las entidades que no los cumplen tienen tiempo de sobra para adaptarse: las normas de Basilea III no entrarán totalmente en vigor hasta 2019.

En ste sentido, AFI estima que las necesidades de recapitalización para alcanzar los nuevos mínimos serán de sólo 2.419 millones de euros para el conjunto del sector (después de las inyecciones realizadas por el FROB). Además, el grueso de esta cifra se concentra en los últimos años del período de adaptación: 123 millones en 2017, 664 millones en 2018 y 1.632 millones más antes del 1 de enero de 2019.

En este cálculo se tienen en cuenta los niveles de capital de partida y la estimación de generación de beneficios de cada entidad en los próximos años realizada por AFI. Por tanto, una desviación respecto a este escenario (muy probable si el estancamiento económico se prolonga) incrementaría notablemente las necesidades de capital para cumplir con Basilea III.

La provisión genérica (anticíclica) con la que cuentan las entidades españolas y que las ha protegido en gran medida de la crisis financiera internacional no podrá utilizarse para cumplir los nuevos requisitos de capital quye impone Basilea III, a pesar de su parecido con los nuevos colchones que se han creado. Así lo confirman desde el Banco de España, donde explican que una cosa es el capital y otra las provisiones, y que no pueden mezclarse.

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