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Telefónica espera un gesto de Espirito Santo para subir la oferta por Vivo
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LOS FONDOS RECHAZAN LA PROPUESTA DE 6.500 MILLONES

Telefónica espera un gesto de Espirito Santo para subir la oferta por Vivo

A menos de 24 horas para que se decida el futuro de Vivo, la incertidumbre se acrecienta en los despachos de Telefónica y de Portugal Telecom.

Foto: Telefónica espera un gesto de Espirito Santo para subir la oferta por Vivo
Telefónica espera un gesto de Espirito Santo para subir la oferta por Vivo

A menos de 24 horas para que se decida el futuro de Vivo, la incertidumbre se acrecienta en los despachos de Telefónica y de Portugal Telecom. La operadora española tiene constancia de que, con la oferta actual de 6.500 millones, lo va a tener muy difícil para convencer a los fondos institucionales de que voten a favor. Por ello, estaría dispuesta a subir su propuesta siempre y cuando el consejo o los accionistas del núcleo duro se comprometan en firme a aceptarla.

 

Fuentes financieras dan por hecho que una mayoría de accionistas del grupo luso rechazarán la oferta mejorada de Telefónica, que el pasado 1 de junio aumentó en 800 millones los 5.700 puestos encima de la mesa en su primer intento. Fuentes de ambos lados de la batalla explican que el recuento de votos será muy reñido, pero que, a día de hoy, el resultado caerá del lado de Portugal Telecom.

“A estos precios, los fondos institucionales no van a vender sus accione”, indican desde un banco de inversión internacional, que, sin embargo, advierte de la debilidad del núcleo duro de la multinacional portuguesa si Telefónica eleva su oferta. “Los fondos tienen la llave. Si paga 7.000 millones o más, la cosa cambia mucho y lo más posible es que Telefónica se lleve el gato al agua”, indican desde otra entidad extranjera.

Los cálculos actuales señalan que el 27% del capital votará “no”. Es la participación que agrupa Banco Espirito Santo, Caixa Geral de Depositos (CGD), Ongoing, Visabeira y otros inversores institucionales lusos. Teniendo en cuenta la presión que se ha hecho desde la propia presidencia del Gobierno portugués, el cual ha dado indicaciones de que se cierren filas en torno a los intereses nacionales, es muy posible que los inversores particulares también se pongan del  lado de los gestores de PT. Eso supondría más del 35% de votos. El ganador será el que tenga el 50% más uno.

Telefónica cuenta con un 10% de su parte, el 8% que colocó entre inversores institucionales afines –UBS, Société Générale y TPG Axon Capital- y el 2% que mantuvo para comprobar si el presidente de la junta de accionistas les impedía votar en la gran cita de este miércoles. La CNMV portuguesa ha decidido que ese 8% sigue siendo propiedad de Telefónica y ahora solo falta que Menezes Cordeiro, presidente de la junta,  no le deje votar porque considera que hay un conflicto de intereses. Si así fuera, las posibilidades se reducirían para el grupo presidido por César Alierta, donde se desconfía de la labor de Cordeiro, que ya echó por tierra su propuesta de distribuir un gran dividendo extra de 900 millones si se aceptara la OPA sobre Vivo.

Los dos dispuestos a hablar

Pese a las agrias declaraciones de los últimos días tras la operación de Telefónica sobre el 8% del capital, las dos partes están dispuestas a negociar. El consejero delegado de PT, Zeinal Bava, ha admitido en público que se sentaría a hablar con el grupo español, el cual, a su vez, espera una llamada de algunos de los accionistas del núcleo duro para llegar un acuerdo de precio siempre y cuando el compromiso fuera firme.

Telefónica ha mantenido contactos con Banco Espirito Santo desde que lanzó la OPA sobre la filial brasileña de telefonía móvil. Su presidente, Ricardo Salgado, dijo a finales de mayo que, “como todo en la vida, Vivo tiene un precio”.  Un axioma que ponen en práctica los fondos institucionales de cualquier compañía y que en esta guerra pueden inclinar la balanza del lado de Telefónica si ofrece más de 7.000 millones.

Telefónica se juega mucho en el envite. Una negativa supondría un mazazo para la estrategia de consolidación en Brasil, país donde otros competidores ya han integrado la telefonía fija con la móvil. Además, sería el segundo traspié tras el fallido intento de compra de GVT, que finalmente adquirió Vivendi. Por último, supondría una demostración de debilidad que le podría pasar factura en bolsa.

La misma que a PT, que ayer cayó más de un 2% y se situó en el precio más bajo en un mes. Se cambia a 8,35 euros, aún un 24% por encima del precio a que se pagaba el 8 de mayo, la sesión previa a la primera oferta de Telefónica. De rechazarse la OPA, sus acciones podría derrumbarse hasta los las proximidades de los 7 euros.

A menos de 24 horas para que se decida el futuro de Vivo, la incertidumbre se acrecienta en los despachos de Telefónica y de Portugal Telecom. La operadora española tiene constancia de que, con la oferta actual de 6.500 millones, lo va a tener muy difícil para convencer a los fondos institucionales de que voten a favor. Por ello, estaría dispuesta a subir su propuesta siempre y cuando el consejo o los accionistas del núcleo duro se comprometan en firme a aceptarla.

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