CAM debate hoy su fusión con Caja Madrid tras el rechazo de Caja Murcia

Día crucial para el mapa de cajas de ahorro. En la ciudad de Alicante, Caja Mediterráneo (CAM) celebra hoy martes consejo de administración extraordinario con un único punto en el orden del día: estudiar las distintas alternativas de fusión que baraja. Aunque en realidad, las opciones a su alcance se limitan a una integración con Caja Madrid, que también celebra hoy la reunión de su consejo de administración para abordar, entre otros temas, esta operación, según han confirmado a este diario las fuentes oficiales consultadas.

 

Por otro lado, el consejo de administración de CAM será informado de la negativa expresada por la vecina Caja Murcia para abordar un proceso de integración conjunto, que habría dado lugar a una entidad dominante en el sureste de la Península, en el arco que comprende a las provincias de Alicante y Murcia. Como reconocen desde el consejo de la murciana, han existido conversaciones recientes en el mismo tono que las mantenidas hace ya un año, aunque la respuesta ha vuelto a ser la misma que se dio entonces.

 

Esta solución regional era la primera opción manejada por el director general de CAM, Roberto López Abad, y también contaba con el visto bueno del Partido Popular, sobre todo del aparato de la provincia de Alicante. Además de unirse a una caja perteneciente a una comunidad regida por otro gobierno del PP, la dimensión de Caja Murcia, de menor tamaño aunque con mejores números proporcionalmente, podía permitir mantener el discurso de una fusión entre similares, sin que diera una imagen de falta de liderazgo en el proceso.

 

Nada de esto ocurrirá si la fusión que hoy arranca es con Caja Madrid. La segunda caja de ahorros del sistema español abanderó una eventual operación transversal que la unía con Caixa Galicia y CAM. Esta alternativa, la favorita a los ojos del Banco de España, llegó a ser tratada bajo mandato de Miguel Blesa en la caja madrileña, aunque al final los distintos derroteros emprendidos por la gallega, en pleno proceso de fusión con Caixanova tras el impulso emprendido por el presidente de la Xunta, el popular Núñez Feijóo.

 

A pesar del fracaso de esta opción, el Banco de España ha seguido comunicando a los implicados su interés en que se completará la unión, aunque fuera sólo a dos bandas, como publicó recientemente este diario. Es más, la inminente puesta en marcha del proceso está directamente ligada a la reciente reunión entre el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder de la oposición, Mariano Rajoy, donde se alcanzó un acuerdo sobre la necesidad de reestructurar el sistema financiero español cuanto antes.

 

En este sentido, según fuentes financieras, el consejo de CAM se enfrenta a una especie de ultimátum del Banco de España, al que visitó ayer lunes, para escoger pareja entre Caja Murcia, Caja Madrid o alguna de las dos entidades gallegas. Pero de entre todas las opciones, la única dispuesta a dar el visto bueno a la operación es la entidad madrileña, donde la llegada de Rodrigo Rato como presidente provocó cierto recelo en la caja con sede Alicante, insinuando que sólo aceptaría fusiones en las que lidere y pueda imponer su filosofía.

 

La urgencia por cerrar la fusión tiene que ver también con el calendario. El próximo 30 de junio expira el plazo ofrecido por el Banco de España para que las entidades puedan conseguir recursos del Fondo para la Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). Este instrumento ha sido tan poco utilizado que algunos participantes ya piensan en la inminencia de una segunda ronda de financiación que ayude a todas las cajas atrasadas a concluir el proceso de reestructuración del mapa de cajas.

 

La opción que no se ha contemplado en ningún momento ha sido la integración con la vecina Bancaja. De una parte, el presidente de la Comunidad de Valencia, Francisco Camps, no disfruta de una posición de peso respecto a Génova como para hacer valer su operación ideal. De otra, la propia Bancaja, que ve de manera positiva la integración de CAM con un tercero, entiende que podrá aprovecharse de la desaparición de un competidor directo y quedarse con parte de su mercado natural.