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El euro necesita un Tesoro único y emitir su propia 'deuda' para competir con el dólar
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El euro necesita un Tesoro único y emitir su propia 'deuda' para competir con el dólar

El papel del euro tras diez años de vida y una grave crisis financiera mundial ha sido puesto en entredicho por unos y destacado por otros.

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El euro necesita un Tesoro único y emitir su propia 'deuda' para competir con el dólar

El papel del euro tras diez años de vida y una grave crisis financiera mundial ha sido puesto en entredicho por unos y destacado por otros. La divisa europea ha sido un eficaz paraguas ante el entorno económico adverso de los dos últimos años, pero la crisis ha constatado que los mecanismos de coordinación macroeconómica en la zona euro son mejorables.

 

También ha puesto en evidencia que la unión monetaria no cuenta con un mecanismo de toma de decisiones suficientemente centralizado y efectivo. Estas son dos de las conclusiones del libro “El euro, al rescate de Europa”, publicado por el Real Instituto Elcano y coordinado por Federico Steinberg, uno de los investigadores de la institución. Ahora es el momento de superar las debilidades del euro, tal y como destacó ayer en la presentación del documento el comisario europeo de Competencia, Joaquín Almunia.

Además, existen importantes diferencias en cuanto a la confianza que los Gobiernos tienen en la efectividad de la política fiscal discrecional, subraya Steinberg en su introducción, en la que afirma que “en contra de lo que los europeos más optimistas deseaban, la crisis ha demostrado que el euro todavía no está preparado para reemplazar al dólar como moneda de reserva interior”.

La moneda única, que no tiene detrás ni un Estado, ni un ejército como el dólar, seguirá por detrás del billete verde “mientras no emita su propia deuda”, destaca Steinberg. Esta es una de las tesis del estadounidense Barry Eichengreen, autor del primero de los cinco capítulos del libro. Eichengreen, profesor de economía en la Universidad de Berkley (California), considera que “hasta que la zona euro no emita un instrumento homogéneo de deuda y cohesione su gobernanza interna, tendrá problemas para rivalizar con el dólar”. Se trata de construir un Tesoro Único en la eurozona que financie las políticas económicas impulsadas desde Bruselas, como hace EEUU.

Por su parte, Charles Wyplosz, profesor del Graduate Institute de Ginebra y autor de otro de los capítulos, piensa que es necesario avanzar en la creación de un “mercado financiero único” con un regulador central. Aunque no cree que esto vaya a suceder a corto plazo, debido a las luchas territoriales y a “los desacuerdos filosóficos e ideológicos”.

Todos los autores coinciden en que la respuesta europea a la crisis fue la adecuada y sin la moneda única podría haber tenido unas “consecuencias económicas y sociales catastróficas”. Pero en el libro se subraya que, además de contar con mecanismos más flexibles de respuesta a la crisis, sería bueno tener una cara del euro. Una idea en la que insistió Almunia, que dijo que uno de los “límites claros” de la moneda única es “la débil representación exterior: hay demasiadas voces, está mal organizado”.

Otro de los límites que el comisario percibe es que “el Pacto de Estabilidad está lastrado en la opinión pública, porque desde la crisis de noviembre de 2003 –cuando Francia y Alemania se enfrentaron al pacto tras superar el déficit público que permite- hay un déficit de credibilidad”.

Como dicen Jean Pisani-Ferry y André Sapir, “el meollo del problema es la falta de una entidad política en la zona euro que sea capaz de tomar decisiones financieras y fiscales apropiadas en tiempos difíciles”.  Creen que las debilidades del euro se podrían subsanar, en parte, mediante el aumento del poder del Eurogrupo, aunque son pesimistas sobre que esto se pueda conseguir a corto o medio plazo.

El euro se ha ganado la confianza de los mercados internacionales en poco tiempo, pero aún le falta mucho camino por recorrer para alcanzar el estatus internacional que tiene el dólar. Guillermo de la Dehesa, otro de los autores del documento, defiende que la moneda única todavía sufre “una clara desventaja estructural, con poco atractivo más allá de las fronteras de Europa” y salvo que se haga un esfuerzo importante para superar los obstáculos que tiene por delante, el euro seguirá sin alcanzar al dólar.

De la Dehesa se pregunta si los líderes europeos podrán emprender las reformas necesarias para mejorar la estructura de gobernanza de la Unión Económica Monetaria y si podrán elaborar las políticas necesarias para promover el papel del euro sin provocar un conflicto grave con Estados Unidos. De momento, afirma, Europa no ha aprovechado la oportunidad que le ha brindado la crisis para tomar impulso como divisa de referencia.

Por otra parte, ayer el banco BNP Paribas advertía de que el problema de deuda de Grecia no es la única preocupación que mina al euro. La entidad apuntaba a los riesgos deflacionarios derivados de la consolidación fiscal en los países de la periferia de la eurozona, que serán aún mayores si los países centrales de la unión, como Alemania, cumplen la limitación fiscal que piden algunas voces. "Se espera que el euro siga extremadamente vulnerable y seguimos apostando por aprovechar cualquier rebote del euro frente al dólar como una oportunidad para vender", dijo el banco.

El papel del euro tras diez años de vida y una grave crisis financiera mundial ha sido puesto en entredicho por unos y destacado por otros. La divisa europea ha sido un eficaz paraguas ante el entorno económico adverso de los dos últimos años, pero la crisis ha constatado que los mecanismos de coordinación macroeconómica en la zona euro son mejorables.

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