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Disputas por cuotas de poder y “problemas de actitudes” paralizan la tercera fusión de cajas catalanas
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DELOITTE COBRÓ MÁS DE 400.000 EUROS POR SU INFORME

Disputas por cuotas de poder y “problemas de actitudes” paralizan la tercera fusión de cajas catalanas

Cuotas de poder y falta de voluntades o “problemas técnicos y de actitudes”. Éstos parecen ser los principales motivos de la congelación de la tercera fusión

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Disputas por cuotas de poder y “problemas de actitudes” paralizan la tercera fusión de cajas catalanas

Cuotas de poder y falta de voluntades o “problemas técnicos y de actitudes”. Éstos parecen ser los principales motivos de la congelación de la tercera fusión de cajas catalanas, que había de agrupar en una misma entidad a Caixa Penedès y Caixa Laietana. Diversas fuentes consultadas por El Confidencial coincidieron en apuntar a la “desconfianza mutua” el hecho de la paralización de la operación. “Al director general de Laietana, Josep Ibern, no se le garantizaba el segundo puesto del organigrama”, señala una fuente conocedora de las interioridades de la fusión.

El director general de Caixa Penedès, Ricard Pagès, sería el hombre fuerte de la nueva institución, “pero quiere junto a él a sus dos adjuntos, Joan Caellas y Manel Troyano. Por tanto, Ibern habría sido colocado en tercero o cuarto puesto”, añade la citada fuente. Por tanto, es preciso acabar de atar todos los extremos antes de llevar la fusión a los respectivos consejos de administración. El que Caixa Penedès había convocado para hoy era extraordinario y ha sido desconvocado. El consejo de Laietana era ordinario y se celebrará esta tarde, aunque fuentes de la entidad afirmaron a este diario que no se abordará el tema de la integración.

Pero, según fuentes de Caixa Penedès, los motivos principales “son técnicos y problemas de voluntades o actitudes. Por eso, el pasado sábado por la tarde llamamos a Laietana, a nuestros asesores y a los sindicatos para desconvocar la reunión prevista para el lunes [ayer]”. En el plan de negocio enviado al Banco de España, el reparto de poder ya estaba plasmado: el 63% de la cuota era para Penedès y el 37%, para Laietana. Evidentemente, estos porcentajes no son proporcionales al peso de cada entidad, ya que “en este tipo de operaciones, las entidades pequeñas suelen alcanzar cuotas de poder más grandes que las que les corresponde, ya que de no ser así quedarían muy diluidas”.

Pero lo cierto es que el organigrama de la nueva entidad hubiese quedado totalmente controlado por Penedès. Además, el equipo que Josep Ibern tiene en Caixa Laietana hubiese sido poco menos que borrado del mapa ante la apisonadora de Penedès. Desde esta entidad, se reconoce que “es lógico que Pagès quiera junto a él a los que hasta ahora habían sido sus dos directores generales adjuntos”. Pero esta decisión se mira con desconfianza desde Laietana, ya que en la gran cúpula quedaría muy aislado su hombre.

Por eso, desde algunos círculos se apunta que Ibern ha hecho un enroque confiando en que puede forzar un mayor margen de maniobra. La Generalitat, la primera interesada en los procesos de integración de las cajas, ha comenzado a moverse y ha hablado con ambas entidades. Desde la Administración, no se vería mal que el director general de Laietana quedase como número 2 de la nueva entidad, pero antes tendrá que vencer la resistencia del núcleo duro de Penedès.

Así pues, las dos entidades se han dado un plazo, que posiblemente se alargue hasta después de las vacaciones, “para mirar detalles y recabar más información. Es un pequeño paréntesis que esperamos cerrar pronto”.

Un informe que sirve de poco

Los sindicatos ven el tema desde la distancia. “Estábamos dispuestos a negociar incluso en sesiones maratonianas para alcanzar un acuerdo y llegar a un pacto para que el 22 de diciembre se produjese la fusión oficial”, afirmó a El Confidencial Mario Rifaterra, secretario general de CCOO en Caixa Penedès. Las previsiones que habían hecho las respectivas direcciones de las entidades eran de un excedente de 600 trabajadores, que corresponden al 15% de la plantilla, así como unas 160 oficinas, que corresponde también a un 15% de las mismas.

Estas cifras de máximos, sin embargo, podrán quedar sensiblemente reducidas durante el periodo de negociación. De hecho, Deloitte, en su informe de integración, preveía que sobraban 634 empleados. El informe, que costó más de 400.000 euros, fue distribuido incluso por los máximos directivos en diferentes reuniones que mantuvieron durante las pasadas semanas. Sin embargo, a la hora de establecer la mesa de negociación, el número de bajas se había ampliado a 692. Y los mismos directivos que habían entregado el informe de Deloitte, le restaban credibilidad a éste. Según los sindicatos, a los 692 excedentes había que restarles 121 que ya habían causado baja y otros 170, correspondientes a trabajadores a los que se había hecho contrato indefinido pero que fueron despedidos en el periodo de prueba. Por tanto, el número inicial para empezar a negociar se hubiese situado en 501.

Cuotas de poder y falta de voluntades o “problemas técnicos y de actitudes”. Éstos parecen ser los principales motivos de la congelación de la tercera fusión de cajas catalanas, que había de agrupar en una misma entidad a Caixa Penedès y Caixa Laietana. Diversas fuentes consultadas por El Confidencial coincidieron en apuntar a la “desconfianza mutua” el hecho de la paralización de la operación. “Al director general de Laietana, Josep Ibern, no se le garantizaba el segundo puesto del organigrama”, señala una fuente conocedora de las interioridades de la fusión.

Ricard Pagès Deloitte