Bochorno en Budapest: la tenista Shuai Zhang se retira llorando tras esta actitud de su rival

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El tenis es un deporte especial que difícilmente se pude comparar con cualquier otro. En él es fundamental las condiciones técnicas que se tengan, no habiendo opción de destacar sin tener una buena pegada con la raqueta, pero aún más importante es la capacidad mental y de concentración. Incluso mucho más que en otros deportes al ser, por lo general, un juego individual.

Todo ello quedó de manifiesto una vez más en el WTA 250 que se celebra esta semana en Budapest. La china Shuai Zhang, número 45 del ránking a sus 34 años, se enfrentaba en la ronda de dieciseisavos de final a la húngara Amarissa Kiara Toth, una jugadora en principio mucho menor que ocupa la 548ª plaza de la clasificación. Pero todo cambió por completo al final del primer set.

Con empate a 5 juegos y 15 iguales, la china sacaba para colocar el 6-5 a su favor... y una decisión arbitral lo cambió todo. Zhang soltó una derecha a la línea pero la cantaron como out, algo que la jugadora reclamó. Después de pedirle incluso a la húngara que no lo borrara ("Espera, espera, mantén la marca"), la juez de silla bajó a comprobar el bote e incomprensiblemente lo dio como fuera pese a que se veía claramente cómo estaba tocando la línea.

Zhang se retiró llorando del WTA de Budapest

En medio de las reclamaciones de Zhang, que insistía en que la bola había entrado, el público comenzó a abuchear a la china, apoyando a la jugadora local. Después de acabar perdiendo ese mismo juego y volver a sentarse en su silla, la china decidió tirar la toalla y abandonar el partido, mientras la húngara Toth celebraba sin cortarse la decisión justo después de darle la mano.

Unas horas después del partido, Zhang subió las imágenes a las redes sociales junto al siguiente mensaje: "Todos los esfuerzos en los entrenamientos fueron para nada, porque cuando quería golpear más cerca de la línea, incluso tocando la línea fue OUT... Los amo, chicos y chicas que me apoyan y están de mi lado".

Meses atrás, la jugadora china reconoció abiertamente que sufría una depresión y que se estaba planteando dejar de competir. "Me siento profundamente cansada mentalmente, he empezado a pensar en el significado de la vida. Tengo 34 años y llevo 29 dedicada al tenis, tengo un límite", explicó.