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Tras el escándalo del Bernabéu, Al-Khelaïfi amenaza ahora con matar el pádel
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CIRCUITO ALTERNATIVO AL WORLD PADEL TOUR

Tras el escándalo del Bernabéu, Al-Khelaïfi amenaza ahora con matar el pádel

El catarí, capaz de amenazar de muerte a un empleado del Madrid tras el nuevo fracaso de su PSG e investigado por la Justicia, se encapricha de un deporte que no necesita que él lo toque

Foto: Nasser Al-Khelaïfi, en la entrega del Balón de Oro. (EPA/Yoan Valat)
Nasser Al-Khelaïfi, en la entrega del Balón de Oro. (EPA/Yoan Valat)

Cuenta la mitología griega que el rey Midas estaba feliz porque el dios Dionisos le había concedido el deseo de convertir en oro todo cuanto tocara, hasta que tuvo hambre y comprobó que no podía comer, pues al tocar la comida, esta también se convertía en oro. Algo parecido es lo que le está pasando a Nasser Al-Khelaïfi, el presidente del París Saint-Germain, quien al término del partido que la semana pasada contra el Real Madrid protagonizó un lamentable incidente que demuestra aquello de que es tan pobre, que solo tiene dinero. Diez años lleva su multimillonario PSG intentando ganar la Champions, y lo más lejos que ha llegado fue a la final de hace dos años, en la que perdió ante el Bayern.

Foto: Pochettino y Nasser Al-Khelaifi, en una imagen de archivo. (REUTERS/Benoit Tessier)

Tras la remontada del Real Madrid, Al-Khelaïfi bajó junto a su director deportivo a la zona de vestuarios del Bernabéu en busca de los árbitros y, según recoge el acta del neerlandés Danny Makkelie, "mostraron un comportamiento agresivo", hasta el punto de que tuvo que intervenir la Policía. "Intentaron entrar en el vestuario de los árbitros. Bloquearon la puerta y el presidente, deliberadamente, golpeó la bandera de uno de los asistentes, rompiéndola", relató el colegiado. Claro que ahí no quedó la cosa, pues la actitud del catarí fue aún más violenta cuando vio que un empleado del Real Madrid estaba grabando la escena con su móvil y, según informaron la Cadena Ser y EFE, se dirigió a él al grito de "voy a matarte". Verlo para creerlo.

Cabe recordar que tan solo dos días antes de viajar a Madrid y almorzar con Florentino Pérez, Al-Khelaïfi había comparecido ante el Tribunal Penal Federal de Bellinzola (Suiza) a petición del ministerio público de la Confederación helvética, que solicita para él 28 meses de prisión por la adjudicación de los derechos televisivos de los Mundiales de fútbol de 2026 y 2030 al consorcio catarí BeIN Media Group.

La fiscalía le acusa de tráfico de influencias e instigación a la gestión desleal del ex secretario general de la FIFA, Jerôme Valcke. Además de haber admitido una “relación amistosa desde hace años” entre ambos, Valcke se habría beneficiado durante 18 meses de una lujosa villa en Cerdeña, adquirida por una sociedad vinculada a Al-Khelaïfi, presidente del mencionado BeIN Media Group, meses antes de la adjudicación por parte de la FIFA de los derechos televisivos.

placeholder Al-Khelaïfi, presidente de la Federación de Tenis de Qatar, con la polaca Iga Swiatek. (EFE/Noushad Thekkayil)
Al-Khelaïfi, presidente de la Federación de Tenis de Qatar, con la polaca Iga Swiatek. (EFE/Noushad Thekkayil)

Atletismo, tenis... y el Mundial de fútbol

Al margen de este procedimiento, el máximo mandatario del PSG también se encuentra inmerso en un segundo proceso: su imputación por “corrupción” por parte del área de delitos económicos del Tribunal de París, que le acusa de otro “soborno activo”. En este caso, los beneficiarios de las presuntas prácticas ilícitas habrían sido el expresidente de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF), Lamine Diack, y su hijo, quien se habría embolsado cerca de 3,5 millones de dólares procedentes de Oryx Qatar Sports Investments (Oryx QSI), compañía vinculada al fondo QSI, que también preside Al-Khelaïfi.

Gracias a la amistad forjada en sus días como tenista profesional, cuando llegó a compartir pareja en la pista con el entonces príncipe y actual emir de Qatar, Tamim bin Hamad Al-Thani, en 2005 Al-Khelaïfi, se convirtió en presidente de Qatar Sports Investments (QSI), la división deportiva del fondo soberano Qatar Investment Authority. Desde entonces, Qatar se ha convertido en un actor que ha revolucionado el deporte a nivel internacional, siempre a base de dinero.

Ahí están también los patrocinios de Qatar Foundation y Qatar Airways al FC Barcelona entre 2010 y 2017, el propio desembarco de QSI en el PSG en 2011, la citada adjudicación a Doha del Mundial de atletismo de 2017 o la celebración de infinidad de eventos internacionales, más allá, claro está, del Mundial 2022 de fútbol de cuyo comité organizador forma parte Al-Khelaïfi. Entre los últimos eventos destaca la edición del Mundial de pádel del pasado mes de noviembre.

Celebrado en el imponente Khalifa International Tennis and Squash Complex, casualmente la presencia de Al-Khelaïfi como anfitrión del torneo, pues Nasser también preside la Federación de Tenis, Squash y Badminton de Qatar y la Federación Asiática de Tenis (ATF), supuso un acercamiento con la Federación Internacional de Pádel (FIP) y la posterior creación de un circuito alternativo de la mano de QSI, que supondría la vulneración del contrato en vigor entre los jugadores y World Padel Tour, el circuito profesional de pádel de referencia a nivel mundial que gestiona una empresa española.

placeholder Los palistas Juan Lebrón y Alejandro Galán. (EFE/David Fernández)
Los palistas Juan Lebrón y Alejandro Galán. (EFE/David Fernández)

Su 'amistad' con Luigi Carraro

Después de haber invertido un montón de millones y crear un producto que principalmente ha beneficiado a los propios jugadores, el primer circuito profesional de pádel a nivel global es el último en la larga lista de damnificados de Nasser Al-Khelaïfi en el deporte. Con su intromisión en el mundo del pádel, el catarí no solo ha dinamitado las bases de la “sólida colaboración” que parecía clara tras la última visita del presidente de la FIP, Luigi Carraro, a las instalaciones de WPT en Madrid, sino que pone en peligro la proyección internacional de la disciplina deportiva que ha registrado un crecimiento más rápido en los últimos cinco años y que, por tanto, no necesita que él lo toque.

Foto: Benzema y Modric celebran la victoria ante el PSG. (EFE/Juanjo Martín)

Los jugadores y, quizás menos las jugadoras —pues no olvidemos que hablamos de Qatar— que han crecido gracias al World Padel Tour son quienes al final tienen en su mano velar por la estabilidad de su deporte y no dejarse llevar por la codicia que representa Nasser Al-Khelaïfi, este rey Midas de nuestros tiempos que está condenado a morir de hambre porque hay cosas como la dignidad que no se pueden o al menos no se deberían poder comprar con dinero. Claro que la otra opción es que el catarí muera matando, como amenazó con hacer con ese empleado del Real Madrid que sencillamente le retrató...

Cuenta la mitología griega que el rey Midas estaba feliz porque el dios Dionisos le había concedido el deseo de convertir en oro todo cuanto tocara, hasta que tuvo hambre y comprobó que no podía comer, pues al tocar la comida, esta también se convertía en oro. Algo parecido es lo que le está pasando a Nasser Al-Khelaïfi, el presidente del París Saint-Germain, quien al término del partido que la semana pasada contra el Real Madrid protagonizó un lamentable incidente que demuestra aquello de que es tan pobre, que solo tiene dinero. Diez años lleva su multimillonario PSG intentando ganar la Champions, y lo más lejos que ha llegado fue a la final de hace dos años, en la que perdió ante el Bayern.

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