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La autoridad de Márquez en el Mundial: buena para él y ¿mala para el espectáculo?
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ADMITE QUE HA HABIDO CARRERAS ABURRIDAS

La autoridad de Márquez en el Mundial: buena para él y ¿mala para el espectáculo?

La lista de retos de Marc Márquez se vacía. El propio piloto ya ha pronunciado la palabra aburrimiento un par de veces tras el arranque del campeonato

Foto: Marc Márquez, en el box de Repsol (Efe).
Marc Márquez, en el box de Repsol (Efe).

La lista de retos de Marc Márquez se vacía. Probablemente, el piloto de Repsol Honda no la tenga en mente porque son otros los que se hacen eco de ellos. Él se limita a hacer su trabajo y disfruta que no es poco. Este fin de semana, en el GP de España, la enumeración de elogios se ha vuelto a repetir porque Marc ha añadido Jerez, circuito que se le resistía desde que aterrizó en el Mundial, a sus territorios conquistados. Y lo hizo a medio gas, algo que despierta admiración y algún que otro recelo porque mientras crece su leyenda, disminuye el espectáculo del Mundial. Tanto que este domingo apenas duró un par de vueltas en las que, eso sí, levantó a los aficionados de sus asientos mientras luchaba cuerpo a cuerpo con Valentino Rossi.

El dominio de Marc Márquez es obvio. A pesar de no haber tenido pretemporada debido a la fractura que sufrió en el peroné, su estado de forma es espectacular y Honda ha puesto en sus manos una moto potente y competitiva que forma la ecuación perfecta con su estilo. Y, precisamente, son sus formas las que lanzan una advertencia. En Jerez, a Marc le bastó con ir a medio gas para añadir otra victoria a su cuenta particular. Hasta el momento, Márquez no ha tenido que correr al borde del límite para imponerse a sus rivales. No se ha vaciado por completo en las cuatro carreras disputadas. No se han visto los ases que tiene debajo de la manga. Es cierto que quedan muchos circuitos por visitar, pero si es capaz de dominar a medio gas, ¿qué pasará cuando saque toda la artillería?

"Marc estaba inalcanzable", comentó Rossi. "No sabemos cómo pararle", se escuchó en el muro de Yamaha durante la carrera. "No sé cómo lo hace, es innato" aseguraba su orgullosa madre. El inicio de Márquez es tan perfecto que no ha encontrado rival que le pueda inquietar. Ni su compañero de box, Dani Pedrosa, se explica cómo es capaz de gestionar los neumáticos para no perder agarre en una cita como la de Jerez en la que la pista llegó a alcanzar los 54 grados. Dominio, autoridad, 'dictadura', suficiencia... lo pueden definir como quieran, pero lo cierto es que a medida que Marc impone su ley, el espectáculo sobre las dos ruedas disminuye. El estar dos pasos por delante del resto impide que la afición sea testigo de batallas por el número uno, adelantamientos imposibles, roces y piques, gestas, remontadas para el recuerdo... en definitiva, la emoción y la diversión dan paso al tedio.

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El propio Márquez ha pronunciado la palabra aburrimiento un par de veces en lo que va de temporada. La primera de ellas fue en Austin, trazado que tiene el nombre de Marc grabado a fuego. En Texas, beneficiado por el error en la salida de Jorge Lorenzo, empezó a estirar el hueco sobre sus perseguidores hasta quedarse solo; el único sobresalto tuvo lugar al final cuando perdió ligeramente el control de su moto. Después de la carrera, el piloto de Repsol Honda pidió disculpas a la afición porque la carrera había sido aburrida. Una definición que se repitió el pasado domingo "aunque no tanto como en Austin" comentó el centenario líder.

No es descabellado, por tanto, apuntar que Marc Márquez ha hecho que el Mundial salte por los aires en sólo cuatro carreras. Él se empeña en recordar que sus principales rivales siguen siendo fuertes, pero lo cierto es que el estilo de Pedrosa no le va tan bien a la Honda, Lorenzo ha confesado que el Mundial no es su prioridad y Rossi vuelve a ser humano. Y es que ahora el extraterrestre es su digno sucesor, un piloto diferente que no parece de este planeta y para el que se busca un revulsivo en forma de piloto, circuito en el que no se sienta cómodo (si es que existe) o error del propio Márquez en un Mundial roto en dos: por un lado Marc contra él mismo y por otro, el resto.

El líder del Mundial, bien aconsejado, no da nada por hecho. Se niega a creer que en cuatro carreras haya dado un golpe que pueda sentenciar el título. Marc es el encargado de recordar a todo el mundo que está por llegar la cita en la que no se suba a lo más alto del podio. Es consciente de que en ese momento será cuando tendrá que tirar de inteligencia para sumar el mayor número posible de puntos... y seguir aprendiendo porque no podemos olvidar que sólo tiene 21 años a pesar de todas las barreras que ha destrozado sobre las distintas motos que ha manejado. Rotas casi todas las marcas, sólo queda disfrutar viendo a Marc Márquez hacer historia en el motociclismo. Y eso sí que es un verdadero espectáculo.

La lista de retos de Marc Márquez se vacía. Probablemente, el piloto de Repsol Honda no la tenga en mente porque son otros los que se hacen eco de ellos. Él se limita a hacer su trabajo y disfruta que no es poco. Este fin de semana, en el GP de España, la enumeración de elogios se ha vuelto a repetir porque Marc ha añadido Jerez, circuito que se le resistía desde que aterrizó en el Mundial, a sus territorios conquistados. Y lo hizo a medio gas, algo que despierta admiración y algún que otro recelo porque mientras crece su leyenda, disminuye el espectáculo del Mundial. Tanto que este domingo apenas duró un par de vueltas en las que, eso sí, levantó a los aficionados de sus asientos mientras luchaba cuerpo a cuerpo con Valentino Rossi.

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