Australia consagra a una nueva estrella

Jordan Spieth ha conseguido en Australia una de esas victorias que pueden quedar para siempre en el recuerdo. Este joven texano de 21 años es una estrella en ciernes, el jugador al que todo un país como Estados Unidos, con el permiso de Rickie Fowler, se agarra como sucesor de Tiger Woods.

Hace tiempo que viene apuntando grandes cosas. Se pasó a profesional en 2012 con sólo 19 años y al año siguiente consiguió la tarjeta exprimiendo cada invitación que recibió, hasta el punto de que logró un triunfo en el circuito americano. Se impuso en el John Deere Classic. Era su primer chispazo de estrella, a pesar de que fuera un torneo de los considerados menores al otro lado del Atlántico. Su siguiente chispazo, más serio aún, fue la segunda posición en el último Masters de Augusta.

Además, en los tres últimos años ha defendido a Estados Unidos en las tres competiciones por equipos más importantes que existen: Walker Cup (amateur), Presidents Cup y Ryder Cup. Precisamente, en la última Ryder de Gleneagles fue de lo más destacado del bando americano, pese a acabar cediendo el domingo en el individual frente al indomable empuje de Graeme McDowell.

Spieth ha logrado una de esas victorias que consagran, por el torneo en sí, con 110 años de historia; por el campo, un recorrido centenario y por los rivales, Rory McIlroy, número uno, y Adam Scott, número tres. Spieth ha vencido a lo grande, batiendo el récord del campo con una vuelta final estratosférica de 63 golpes, una de las mejores que se recuerdan en el Open de Australia desde su puesta en marcha en 1904. Su renta lo dice todo: seis golpes de ventaja sobre el segundo, Rod Pampling, nueve sobre Scott y quince sobre McIlroy. Ha finalizado con un resultado total de trece bajo par en un campo donde sólo ocho jugadores consiguieron bajar del par. Ha sido una demostración de las que quedan grabadas.

Si finalmente Spieth se acaba confirmando como uno de los jugadores más importantes del mundo en los próximos años, siempre se le recordará esta victoria en el Australian Golf Club de Sídney. Se va a colocar undécimo en el ranking mundial. Y todo ello, apenas una semana antes de que vuelva a la competición de manera oficial cuatro meses después Tiger Woods, que disputará del 4 a 7 de diciembre su torneo, el Hero World Challenge.