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A Luis Suárez le basta medio partido para marcar la diferencia y dar vida al Barcelona
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LUIS ENRIQUE LE DEJÓ ENTRE LOS SUPLENTES

A Luis Suárez le basta medio partido para marcar la diferencia y dar vida al Barcelona

Luis Enrique revolucionó al Barça en busca de un triunfo balsámico y le salió mal. Enmendó su error a tiempo dando salida a un Suárez que forjó la remontada (1-2)

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En busca de una victoria que mitigase los ánimos, Luis Enrique decidió revolucionar el once inicial que iba a saltar al césped de los Juegos del mediterráneo. Y la apuesta no le salió bien. La principal razón fue que el Almería se ordenó, junto sus líneas y contuvo a un Barcelona endeble que carecía de ideas. La pizarra de Francisco era magistral. Consciente de que no se podía jugar contra el Barcelona como hacían ante otros equipos, los andaluces acorralaron a los azulgranas y mandaron hasta el descanso. Ahí estuvo la clave. Luis Enrique enmendó su error sacando al único jugador que tiene ganas de todo: Luis Suárez. Y de la mano del uruguayo llegó una remontada (1-2) que calma, pero no cierra la herida abierta en el Barcelona.

El Almería hizo del contraste su mejor definición. Al menos, frente al Barcelona. Hasta el momento, al cuadro andaluz le había costado un mundo enfrentarse a sus rivales directos. Con el equipo azulgrana en frente las cosas cambiaron radicalmente: se movían con comodidad, sin preocupación y con agilidad sobre el césped de los Juegos del Mediterráneo. Tanto que el Almería era el equipo grande frente a un Barcelona frágil y arrugado. Incluso cuando parecía perder fuelle, un error de Leo Messi desencadenó el tanto local. El argentino perdió el balón en la frontal, no hizo nada por recuperarlo y Thievy recibió un pase al hueco perfecto. El jugador del Almería hiló una contra en velocidad ganando la espalda a Bartra y sólo tuvo que dar un sutil toque para situar el balón a la derecha de la portería de Bravo (36’).

El tanto hizo justicia en los Juegos del Mediterráneo. Tras el intercambio inicial de golpes, el Almería interpretó su papel a la perfección. Metidos atrás y algo previsibles, comenzaron a desperezarse y a venirse arriba con las bandas como su principal argumento. El objetivo era poner las cosas difíciles al Barcelona y vaya si lo consiguieron. La creación azulgrana se atascó y los de Luis Enrique perdieron frescura y brillo. En busca de la necesitada victoria, el técnico asturiano revolucionó su once inicial: con Luis Suárez, Messi y Piqué en el banquillo, eligió a Munir, Messi y Pedro para llevar la responsabilidad ofensiva. El problema es que al centro del campo, allí donde campaban Rafinha, Busquets y Rakitic, le costaba crear más de la cuenta.

Antes de que el Barcelona se estrellase y se arrugase contra el muro de contención del Almería, existieron las ocasiones azulgranas. Sin terminar de ver las cosas claras y con la necesidad de meter una velocidad más, Leo Messi tuvo una doble oportunidaden la que también participó Munir después de armar una contra tras un córner. El argentino volvió a ser protagonista a la media hora de partido cuando, completamente solo ante la portería de Rubén, cabeceó al travesaño. Antes, Rakitic se encontró con el buen hacer del portero almeriense. Una acción que reactivó a un Barcelona que comenzó a acercarse más al área de su rival. El problema es que la reacción fue momentánea.

Luis Enrique necesitaba desbloquear a los suyos, asfixiados por la presión de un Almería que tenía el balón en campo del Barcelona y buscaba descaradamente el juego a balón parado consciente de las carencias por alto de su rival. La primera solución llegó con un golpe en la mesa en forma de doble cambio: Luis Suárez y Neymar saltaron al campo por Pedro y Munir. Y es que el banquillo del Barcelona daba más miedo que el equipo que estaba sobre el césped. Las cosas cambiaron ligeramente: el dominio azulgrana aumentó, pero no llegó al asedio necesario para dar un giro de 180 grados a la situación porque el Barcelona estaba negado en el pase.

El Almería, por su parte, no sufría. Seguía el mismo guion que en la primera parte: defender con un Soriano espectacular. Los andaluces tenían el tiempo a su favor y el Barcelona la calidad de jugadores como Luis Suárez. El uruguayo avisó cuando, con un remate tras un córner, hizo temblar al travesaño y a su equipo. Al Barcelona le empezó a correr la sangre por la venas y con Xavi sobre el campo llegó el primer tanto. Luis Suárez se inventó una jugada para que Neymar recibiera de espaldas, caracolease y disparase un balón que entró llorando ante los inútiles intentos de Navarro por despejar.

El uruguayo marcó las diferencias: minutos después cruzó demasiado el balón y de una nueva jugada suya, de espaldas a la portería de Rubén, nació una ocasión de Messi que acabó en el palo. Luis Suárez tiene un hambre voraz, las pilas puestas y unas ganas infinitas de ser noticia por lo que hace dentro del campo de las que se benefició el Barcelona para dar la vuelta al partido sin mérito y tirando de pegada. A medida que al Almería se le hacía el partido largo, el uruguayo sembraba el peligro. Con un balón por la banda derecha, se sacó una asistencia para que Jordi Alba apareciera, casi por primera vez, certero para batir a Rubén. Al Almería se le escapaba entre las manos un partido que había disfrutado y en el que mostró una digna imagen, pero que nada sirvió ante la calidad de un jugador de la talla de Luis Suárez.

Ficha técnica

Almería: Rubén; Ximo, Trujillo, Fran Vélez, Dubarbier; Partey (W.Silva, min.85), Azeez, Verza, Soriano (Hemed, min.68), Jonathan; Thievy (Edgar, min.76)

FC Barcelona: Bravo; Adriano, Mascherano, Bartra, Jordi Alba; Rakitic, Busquets (Xavi, min.67), Rafinha; Munir (Luis Suárez, min.45), Messi y Pedro (Neymar, min.45).

Goles: 1-0, min.37, Thievy; 1-1, min.73, Neymar; 1-2, min.82, Jordi Alba.

Árbitro: Alberto Undiano Mallenco (C. Navarro). Amonestó a Partey (min.30) y a Soriano (min.34) por parte del Almería.

En busca de una victoria que mitigase los ánimos, Luis Enrique decidió revolucionar el once inicial que iba a saltar al césped de los Juegos del mediterráneo. Y la apuesta no le salió bien. La principal razón fue que el Almería se ordenó, junto sus líneas y contuvo a un Barcelona endeble que carecía de ideas. La pizarra de Francisco era magistral. Consciente de que no se podía jugar contra el Barcelona como hacían ante otros equipos, los andaluces acorralaron a los azulgranas y mandaron hasta el descanso. Ahí estuvo la clave. Luis Enrique enmendó su error sacando al único jugador que tiene ganas de todo: Luis Suárez. Y de la mano del uruguayo llegó una remontada (1-2) que calma, pero no cierra la herida abierta en el Barcelona.

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