Josu Urrutia se ha quedado solo y es el único que apoya la continuidad de Bielsa

Josu Urrutia se queda solo en su defensa a Marcelo Bielsa. El que fuera centrocampista y hoy es presidente del Athletic no quiso escuchar a nadie. Jugadores y directivos, entre otros, se acercaron a él y le pidieron que diera un golpe de timón, que terminara con la aventura del exseleccionador chileno al frente del equipo por el bien del club y de la afición. Los compañeros de Junta se lo comunicaron en el mismo palco del Vicente Calderón, nada más consumarse la derrota ante el Barcelona en la final copera. Algunos de los pesos pesados, en diferentes ocasiones durante la pasada temporada y al término de la misma.

Con el paso de los meses, las críticas de los directivos también apuntan a una pésima gestión de recursos humanos asociados a lo deportivo. Los casos de Fernando Llorente y Amorebieta son el mejor ejemplo (a uno no le dejó presentar una oferta de renovación  y al otro se la retiró), más allá de los iniciales episodios protagonizados por el técnico y las continuas largas dadas a Ernesto Valverde, tanto que el técnico no lo dudó en cuanto el Valencia se cruzó en su camino. Su escaso bagaje como ejecutivo le ha pasado factura en cuanto la situación se ha vuelto tensa en lo deportivo. 

Los jugadores, por mucho que Urrutia lo haya negado, lo hicieron antes y después de la final. Estaban exhaustos, rotos física y mentalmente, y pidieron al presidente que pusiera fin a lo que estaban viviendo con el técnico argentino. "Una temporada con Bielsa, como experiencia, hay que vivirla, pero más tiempo es un castigo", afirma un jugador del equipo vizcaíno, dejando patente lo que en el vestuario piensan del argentino. La carga que el argentino pone al entrenamiento y a la vida cotidiana. Lo primero se ha transformado en múltiples lesiones; y lo segundo, en un distanciamiento con el entrenador, tal y como ha quedado patente en el caso Iraizoz.  

Urrutia no hizo caso a nadie, miró hacia otro lado y se acercó al populismo ampliando el vínculo con Bielsa durante una temporada. Hoy, la afición ya ha demostrado públicamente su rechazo al técnico. Los que le pidieron el cambio han demostrado tener razón y el Athletic, un año después de llegar a dos finales, coquetea con el descenso de manera descarada. Las seis derrotas en San Mamés y los 50 goles encajados han condenado al Athletic a jugar en Pamplona el próximo sábado con la amenaza cada más real de un posible descenso, que ya está a tan sólo tres puntos.

Las voces críticas se han multiplicado en las últimas semanas, pero la derrota ante la Real Sociedad ha sido definitiva. Hasta la fiel y modélica prensa cercana al club ha levantado la voz. La amenaza de estrenar estadio en Segunda División ha calado. La cuesta abajo del equipo es imparable y ya se empieza a cuestionar el futuro de Bielsa. El problema que tiene Urrutia ahora mismo es que apenas tiene alternativas en la mano a excepción de Ziganda, actual entrenador del Bilbao Athletic. No hay más. Algunos apuntan a Javier Clemente como salvador, tal y como sucedió en la temporada 2005-2006, cuando llegó al club con el equipo clasificado en último lugar, pero sus últimas aventuras no invitan a pensar en que el que fuera seleccionador pudiera regresar a San Mamés.

El elegido, incluso durante el pasado verano, para el banquillo rojiblanco era Ernesto Valverde. Ahora, el técnico que hizo campeón a Olympiacos en tres ocasiones, es el jefe del vestuario del Valencia y si consigue que el equipo valencianista vuelva a entrar en la Champions, su continuidad parece segura. Era el candidato de Urrutia durante la pasada primavera para ocupar el puesto de Bielsa, pero la continuidad del argentino le dio libertad para elegir. Lo hizo aceptando la llamada del Valencia. Urrutia, incluso, le presionó para que no aceptara la oferta del equipo presidido por Manuel Llorente, pero el técnico ya no quiso esperar más. Ahora desde Ibaigane han filtrado que Valverde será el relevo, pero la realidad dice que Valverde se cansó de esperar y que su compromiso con el Valencia parece firme.