Mourinho se siente perseguido; llega Bielsa el gran amigo de Guardiola

En esas intensas horas de conversación, con Menotti de testigo, por cierto, el recién retirado de los terrenos de juego mostró a Bielsa su convencimiento por ser entrenador, por seguir respirando ese olor a linimento del vestuario. El argentino intentó frenar ese deseo de Guardiola, advirtiéndole del peligro de una profesión tan arriesgada y cuyo destino suele estar en manos de terceras personas. El intento fracasó y Pep se hizo entrenador. Lo tenía claro.

Ambos tienen en común aquello de la pasión por el fútbol, por su profesión. En el caso del entrenador del Athletic ese amor se convierte en ocasiones en algo enfermizo, ya que su vida queda encerrada al fútbol. De hecho, cuando el devastador terremoto que asoló Chile en 2010, Bielsa no respiró hasta que comprobó que su colección de vídeos de todos los posibles rivales mundialistas no había pasado a mejor vida. 

Dos técnicos que no conceden entrevistas

Guardiola recibió un mensaje directo del argentino. "No concedas entrevistas. No hay lugar a ellas". El argumento esgrimido caló en el azulgrana. "¿Qué diferencia hay entre un reportero de provincia y un periodista poderoso? Ninguna, así que a nadie". Es más, según Bielsa, una entrevista no es buena ni para que circule un mensaje determinado. No sería ético. Dicho y hecho, Pep se hizo con el puesto y cerró el grifo de entrevistas salvo con su compromiso publicitario con el Sabadell, claro está. Dos años después la medida decidió ampliarla a los jugadores. Al menos, sí permite que los jugadores pasen por la sala de prensa.

Entrenadores como La Volpe, Oriol Tort, Robson, Van Gaal y Mazzone han marcado la vida de Guardiola, pero su maestro ha sido y es Bielsa, algo que el argentino no termina de asimilar. "Pero qué le voy a decir yo. No tengo nada que decirle. Ha ganado todo", proclamó a su llegada a Bilbao. Lo cierto es que el diálogo entre los dos no se ha terminado en esas once horas de asado, café y algún que otro whisky. Ambos siguen hablando, cambiando ideas, compartiendo teorías sobre el fútbol, uno de los factores que une a dos locos de este deporte. 

El destino ha querido que sea Bielsa el que bien pueda llevar a la ruina a Mourinho o bien le libere de los pecados cometidos el pasado miércoles. 'El Loco' apuesta por el buen fútbol, prohibe a sus jugadores utilizar el pelotazo, quiere tocar la pelota desde la defensa. Su puesta en escena es de 4-1-4-1, lejos del 4-3-3 de Guardiola, con el que comparte el gusto por el buen fútbol, las horas de estudio y el no conceder entrevistas. Ahora la duda es saber si el argentino también tendrá en su haber eso de llegar al Bernabéu y hacerlo bien. La solución, mañana.